Capítulo Nueve

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"Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido".

Nunca había entendido un refrán tan bien. Ahora no solo sabía lo que aquello significaba, lo sentía.

- ¡Mamá! Voy a la casa de Ely.

- ¿A dónde vas?

Bill, quien pensaba que su hermano no estaba en casa, palideció.

- Eh, yo... Yo, voy...

- Está bien, Bill. Mamá salió a comprar.

Dicho eso subió las escaleras y comenzó a andar por el pasillo como si de un zombi se tratase.

- ¡Vuelvo después, le avisas a mamá!

Escuchó gritar a su hermano desde el primer piso y luego la puerta de la entrada fue cerrada. Estaba solo.

Se odiaba a si mismo por no poder retener sus lágrimas, y es que se había vuelto todo un llorón. Eso es lo que él decía.

- Ellen, Ellen, Ellen...

Susurraba mientras revisaba las fotos antiguas que tenía de ella. No dejaba a nadie revisar su celular y esa era una de las razones.

Todavía conservaba sus fotos, las canciones que le dedicó y hasta los mensajes. El último de ellos fue recibido una noche antes de que terminaran, no obtuvo respuesta. Tom estaba decidido a terminar con ella al día siguiente.

"Tomi, que tengas una linda noche. Te amo".

Leía y releía el mensaje. Ella siempre había estado para él. Su gran error fue pensar que no lo amaba.

- ¿Por qué rayos terminé con ella?

Se preguntaba entre lágrimas, estaba harto de llorar pero no podía evitarlo. Se sentía destrozado.

Entonces se imaginaba a las protagonistas de las películas que solía ver con Ellen, se sentía igual de patético e idiota, y también quería comer helado de chocolate por más estúpido que sonara, a ellas parecía alegrarlas un poco. Aunque sabía que aquí el culpable era él.

*Se quedó encerrado en su habitación hasta que Simone lo llamó para cenar.

- Bill, come y deja ese celular en paz.

- Ya mamá, solo envío esto y listo.

Su gemelo había llegado muy entusiasmado de su salida por la tarde, no soltó su celular hasta que su mamá se lo arrebató de las manos.

- ¿Quién es "corazón"? ¿Desde cuándo tienes novia?

- Es... Bueno es, es...

- Bill, dinos ¿cómo se llama tu novia?

Tom estaba sorprendido de que no le hubiese dicho nada aún.

- Es... Ella se llama... Ellen.

Poco faltó para que la mandíbula se le despegara del cráneo.

- Bueno, no estamos para bromas, Bill. Terminemos de cenar.

Nadie dijo ninguna palabra más. La cena transcurrió en completo silencio.

~

- Voy a salir, niños. Ahora regreso.

Vieron salir a su mamá e inmediatamente el menor de los Kaulitz desapareció de la sala.

- ¡¡Vuelve aquí, mentiroso!!

Tom lo siguió hasta su cuarto, donde entró y cerró la puerta detrás de él para impedir que su hermano escapara.

- ¿¡Qué fue lo que dijiste hace un rato durante la cena!? ¿Ellen, en serio?

- Tom, en verdad lo siento, hermano. Las cosas se dieron por sí solas. No la traeré a casa si te incomoda.

- ¿Incomodarme? Que va. Si me encanta el hecho de que salgas con mi ex, a quien por cierto todavía amo.

Un incómodo silencio reinó en la habitación. Mantenían el contacto visual y pareciera como si en cualquier momento alguno de los dos se fuera a lanzar contra el otro.*

- ¿Tom?

De repente todo le pareció irreal.

- Hermano, despierta.

- ¿Bill, qué haces aquí?

- Llegué hace un momento. Mamá me dijo que te despertara. Ya está servida la cena, baja pronto.

*Todo había sido un sueño*

~

El día había comenzado bastante mal. Al bajar de su auto se encontró con una escena que le revolvió el estómago.

Ellen se estaba besando con un chico.

Un idiota al que conocía de sobra, Edward Collins. Jugaban en el mismo equipo desde hace años.

- Te veo después, amor.

- Sí. Adiós.

Una punzada de dolor le atravesó desde la cabeza a los pies. Nadie excepto él podía llamarla así.

- Oh, hola, Tom.

Ellen se había girado en cuanto "el idiota" se alejó del estacionamiento.

- Hola, Ellen.

- Que tengas un buen día.

Le colocó la alarma a su camioneta y se alejó de ahí a paso apresurado.

Las clases para su gusto, pasaron demasiado rápido. No quería salir al receso pues al hacerlo, se encontraría por los pasillos a más de uno que comentaría la nueva relación de Ellen West. Ya se le hacía bastante extraño no escuchar nada sobre eso durante las clases.

- ¡Tom! -lo llamó Misty- Te estaba esperando, vamos siéntate.

No ponía atención a nada de lo que platicaban sus amigos. Tenía la mente demasiado ocupada procesando lo que acababan de decir.

#-Ellen y Edward salen desde ayer. No se me hace raro, ellos comenzaron a tratarse luego de que ambos fueran dejados por sus respectivas parejas.

- Si, hacen linda pareja. -comentó la más hueca de las amigas de su... novia- Se ven bien juntos.

- Ya, no vamos a gastar nuestro tiempo y saliva en hablar de esos dos.

Agradeció a su amigo con la mirada, él menos que nadie quería hablar sobre eso.

Al terminar el receso, notó que todos comenzaban a irse menos Ellen y Edward "el idiota" Collins.

- Tom, te veo en la salida. Recuerda que hoy te quedas en mi casa.

Se despidieron con un fogoso beso y cada quien se fue por su camino, solo que él no salió de la cafetería.

- Lamento interrumpir, pero ya sonó el timbre. Debemos ir a clases.

Edward giró sobre su asiento y lo asesinó con la mirada.

- Debes, no debemos. Gracias, ya habíamos escuchado el timbre.

- ¿Vas a saltarte clases, Ellen?

- Te veo luego, cariño. -le dio un beso corto en los labios- Te espero en el estacionamiento.

- Esta me la pagas, Kaulitz.

Vio salir al rubio y una mueca de asco se posó en su rostro, no le había agradado para nada su despedida, demasiada demostración de "amor" delante de él.

A la mierda, no le había gustado para nada que alguien más besara a su chica, porque sí, ella seguía siendo su chica.

Volverían a estar juntos, de eso se encargaría él.

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*What Is Love?*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora