AMOR QUIÉREME 2/?

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Me aventé a sus brazos y tomé con mis labios los suyos codiciosamente, no sabía besar, pero no era necesario, Nijimura se encargaría poco a poco tomo el control, me empezó a acariciar de una manera tan delicada, lleve mis brazos a su cuello; con la mano izquierda toque su trapecio apegándolo más a mí y con la derecha enrede mis dedos a su cuero cabelludo. Sentí su toque de mi cintura bajar y apretar mientras acunaba mi cuello para poder seguir metiendo su lengua en mi cavidad bucal, el tiempo se detuvo solo estábamos nosotros en ese pequeño espacio, solos, pude identificar su olor y el mío.

Abrí mis ojos rápidamente era imposible yo aún no me presentaba y era poco probable que lo haga a mis 18 años; yo iba a ser un recipiente de omega, un infértil, pero puedo olerme ¡Y PUEDO OLER A NIJIMURA! Cuantas veces me reventaba la cabeza pensando en su olor, era leñoso con un toque de chocolate agrio y menta podía sentir el acre con intensidad. Me sentía embriagado, adormecido; me tensé cuando sentí su mano tocando mi estómago, me aparte y trate de respirar lo cual era demasiado difícil. Desde cuando respirar era doloroso, desde cuando siento que me ahogo sin su aroma.

-Ne... Necesito Ha... Hablar- dije mientras podía mi mano en su pecho y me acurrucaba en la puerta para tener distancia, pude ver sus ojos negros entrecerrados, sus mejillas coloradas y su fuerte respiración.

-El ser humano tiene muchas formas de comunicarse, Taiga- su mano se fue a mi mejilla y toco mis labios- y lo que necesito es otro tipo de comunicación en este momento-me tensé y saqué un leve gemido mientras él tomaba mi mano de su pecho para besarla lentamente y dar piquitos en mis dedos, me dio una mirada picara- eh esperado mucho- sus palabras me confundieron, salió del carro y me sacó tomando la parte posterior de mis muslos y mi espalda baja, por inercia lleve mis brazos a su cuello, así nos dirigimos a su casa.

Apenas entramos le arranque la camisa, volaron los botones y dándonos besos apasionados hicimos una danza erótica con nuestros cuerpos que cada tanto se tocaban, me enviaban al éxtasis. Nijimura me quito la polera en cuanto entramos al cuarto, caí en la cama haciendo fricción en nuestras entrepiernas. Gemí y enrolle mis brazos en su espalda haciendo un vaivén que me llevaba al cielo. En un momento dado yo estaba solo con boxers gracias al cielo que eran los negros ajustados y no los enchanchados de estampado de tigrecitos.

Rápidamente toqué sus pectorales, mis manos quemaban, di pequeños besos en su cuello y mandíbula, sentí como me despojaba de mis boxers y tocaba mi duro miembro me arqueé, nunca me toqué esa parte, mis celos no eran fuertes y mi libido nunca salió a flote, sus dedos agarraron fuerte mi miembro yendo desde el prejuicio hasta mis bolas en un momento dado su pulgar acaricio mi glande lo apretó y tapo el agujeró por donde salía el pre-semen, sus besos fueron bajando desde mis pechos hasta debajo de mi ombligo dejando marcas de besos por todo mi cuerpo, dejándome sin respiración. Sus labios se dirigieron a mi pezón izquierdo dando movimientos circulares, cuando chupo sus dientes rozaron suavemente la punta y su mano se apretó en mi glande.

-AHHH... por... por favor... no- dije entre jadeos y gemidos mientras trataba de tapar mi cara y apagar mi voz que sollozaba.

-Déjame verte- lo mire y sus ojos tenían tanta profundidad, lo que vi en ellos era felicidad pura, deseo y devoción como si fuera esto fuera su deseo más grande, como si él fuera un hombre que había estado en hambruna y yo el festín que estuvo esperando desde la lejanía. Nos besamos nuevamente, ya le había agarrado el ritmo, nuestras lenguas hacían su propia danza. En un momento se separó de mí y visualice lo que tenía entre sus manos un pote y un sobrecito; era un anticonceptivo, abrió el sobre y puso el líquido en su boca para luego besarme y pasármelo a diferencia de lo que creía no tenía un mal sabor. Sentí unos dedos en el anillo del culo y traté de separarme.

-Shh... estas húmedo Taiga- me quede estático imposible, yo no podía secretar ningún liquido por esa parte, yo aún no me he presentado... a menos que en este momento... ¡¡¡MIERDA!!! Pero no pude pensar más cuando sentí como entraba un dedo en mí y era besado en mi pezón derecho de manera lasciva.

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