CAPITULO DOS

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CAPITULO DOS

Zahida no dejaba de mirarlo, parecía pensativo y no dejaba de moverse en su sillón enorme son las piernas cruzadas y las manos entrelazadas mirándola todo el rato, ella trago saliva por que se estaba poniendo nerviosa. Se mordió el labio y parto la mirada; mirarle era como mirar a un dios y le dolía los ojos al hacerlo, no se había imaginado el cambio que había dado de un año para otro, cuando le conoció era un hombre menudo, sus trajes le quedaba grandes y su pelo era más largo, no tenia barba y tenía la cara muy delgada, parecía más pequeño que ella; pero al ver de nuevo no parecía el mismo, ahora tenía el pelo corto y peinado, una barba de tres días y su traje era ajustado, podía ver su forma física que era fuerte y brazos anchos, su rostro cuadrada y mandíbula fuerte, no era el mismo Nathaniel que había conocido hacia un año.

-¿así que necesitas mi ayuda?-dijo con aquella voz ronca que nunca había escuchado. Ella asintió mirándole a los ojos azules que por un momento se pedio en ellos-¿Qué tipo de ayuda?

-e...económicamente

-vaya...necesitas mi dinero-dijo con una sonrisa mirándola, ella aparto la mirada avergonzada-¿te ha mandado tus hermanos?-ella asintió mirando sus manos, escucho una pequeña risa y apretó sus muslos fuertemente-bueno...-noto que el se movía y levanto la cabeza mirándole, se había descruzado las piernas y se había apoyado en la mesa con los codos mirándola-¿Qué harías por salvar la empresa de tus hermanos?

-lo...-cerro lo ojos por un segundo y le miro a los ojos azules-lo que sea

-mmm...vale...-dijo mirándola-eso me gusta...bien-dijo apoyando su espalda en el gran sillón-para salvar de nuevo la fortuna que un día tu padre perdió...y hacer que la por quería de la empresa que os dejo sea un éxito...deberás de nuevo sacrificarte...pero esta vez no vale anularla-ella lo miro con los ojos muy abiertos-si Zahida...nos casaremos esta vez-ella intento negarse, no estaba preparada para el matrimonio y aun seguía pensando en que no era buena idea casarse tan joven-tú decides...si aceptas, hare que la fortuna de tu padre vuelva...y tus hermanos podrán disfrutar de toda ella...pero siempre y cuando tú te cases conmigo

-me negué una vez y anule el compromiso...¿Cómo sabrás que no lo hare de nuevo?

-porque tú y tus hermanos estáis tan desesperados que haríais lo que fuera por conseguir la fortuna que tu padre os quito...¿sabes por qué nos comprometimos?-ella asintió sin mirarlo-sabes que estaba arruinándose y tu anulaste todo

-no sabía que era por eso...lo supe cuando nos leyeron el testamento de mi padre...debía mucho dinero y la única solución era casarme contigo-el sonrió mirándola, le escucho respirar fuerte y moverse; le vio levantarse de aquel sillón y mirando hacia el gran ventanal, su espalda era ancha y Zahida se mordió los labios fuertes para contener las ganas de abrazarlos y tocarle esa espalda tan grande-si acepto...todo volverá como antes?-él se dio la vuelta y la miro, su rostro serio y sus cejas anchas, aquella mirada tan penetrante parecía que la controlaba

-una vez que nos casemos...todo volver como antes...-ella se quedo pensativa un rato, pensar en estar casada con ese hombre le daba escalofríos, no por ser un hombre feo porque era un hombre guapísimo, si no porque su simple presencia hacia que la dominara y eso no la gustaba a ella-si no aceptas...no habrá más oportunidades...esta será la ultima...-ella se mordió el labio mirando hacia sus manos, no sabía que iba hacer, el sentir el dominio de aquel hombre la estaba incomodando y a la vez excitando. Levanto la cabeza y le miro, estaba apoyado en la mesa con los brazos cruzados, ella se levanto de la silla y le hizo una sonrisa algo falsa-¿y bien?

-está bien...aceptare de nuevo el compromiso

-genial-dijo sin moverse y mirándola-dentro de dos semanas será la boda

-¿tan pronto?-dijo mirándole, le vio levantarse de la mesa y acercándose a ella; tuvo que tragar saliva y aguantar la respiración, su mera presencia la dominaba por completo y su mirada mas

-no voy a darte la satisfacción de que anules de nuevo la boda...dentro de dos semanas, cuando estemos casados...tus hermanos serán de nuevo ricos..

-¿podremos volver a tener la casa de mis padres?

-si...-dijo cerca de ella, Zahida intento no respirar, intento estarse quieta y mirándole, odiaba aquella sensación de dominación

-esta...es...está bien-dijo algo nerviosa y levanto la barbilla mirándole

-¿es todo?-ella asintió sin palabras, no le salía, el sonrió apartando la mirada y girándose, ella pudo respirar al notar que se había alejado. Se dio la vuelta para marcharse pero escucho de nuevo aquella voz ronca llamarla y giro la cabeza

-Zahida...a partir de hoy vivas en mi casa

-¿Qué?

-le diré a Jasper que vaya a por tus cosas-dijo mirando el móvil, ella iba a protestar pero no le dio tiempo ya que el comenzó una conversación por teléfono.

Salió del edificio y respiro por fin aire fresco, miro hacia arriba del edificio y negó cabreada, esa dominación no le estaba gustando, nadie la controlaba y menos la decía lo que hacer.

Cogió un taxi y llego a su casa, entro en ella y se quito los zapatos, escucho un ruido y se quedo parada, cogió un paraguas que había en la entrada y camino despacio alzando el paraguas hacia arriba para el que fuera quien estuviera le daría; se acerco a su cuarto y grito fuerte, un hombre alto, moreno grito también

-¿Quién eres tú?

-soy Jasper...el señor O'Brien me ha pedido que viniera

-genial-dijo bajando el paraguas-¿tengo que ir contigo hoy mismo?

-si señorita Miller...

-vale...mi cárcel empieza hoy mismo-dijo tirando elparaguas

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