Historias del Corazón

Espejo

Sus ojos profundos y calculadores se mantenían al tanto de cada curva, borde, bulto y marca. Allí en su habitación, con la tenue luz de la luna proveniente de su ventana, se iluminaba su cuerpo, un poco moreteado, lleno de incontables cicatrices que no eran notorias, simplemente abstractas, pero ella, ella las veía.

Sin previo aviso, su mirada choco con la de su reflejo, escudriño sus ojos, aquellos que poco a poco se volvieron dos abismos donde almas en pena gritaban desgarradoramente, sin poder soportar su atenta mirada, se enfocó en otra parte de su cuerpo, ahora apreciaba su nariz - se nota chueca - decía ella. Esa pequeña inclinación que para ella era horrible, para alguien más era el nacer de un valle, siguió con sus labios, vió la gran cantidad de diminutas líneas que los adornaban, dandóle magia y arte a su moldura.

Continuo descendiendo, ahora se encontraba mirando su tronco, admiro su clavícula, la cual parecía imponente ante la fina tela de piel que la resguardaba, Su imaginación las hizo notar como dos barcas que se querían encontrar, encontró el nacimiento de sus senos, los cuales formaban un par de montañas. Bajó y vió su estómago, su mayor enemigo, lo analizó y se maravillo tras toparse con una irregular mancha en un costado de este, la tocó, pero retiró su mano como si quemase, no se sentía segura tocando algo tan frágil como lo era ella.

Decidió dejar su estudio, para acostarse en su cama, se mantuvo pensando en aquello que vio en el espejo, no podía ser ella, porque aquel reflejo que estaba en su espejo, mostraba una obra maestra y ella no lo era. -ó eso pensaba-

Sin poder conciliar el sueño, se sentó en su cama, decidida a estudiarse mejor se acercó al espejo, pero para su sorpresa no se veía nada solo oscuridad, pequeños trazos iniciaron a aparecer, ella asustado intentó noverse pero todo fue en vano.

Poniendo atención vio lo que los trazos hacían, aquel espejo no dejaba de sorprenderla frente a ella se encontraba una pintura, una mujer, la cual le tendía una mano, sin pensarlo la tomo y se adentro al espejo.

Gritos y sollozos brotaban del interior, a sus costados, otros espejos se observaban, millones de rostros, de cuerpos sollozaban mientras se observaban - se lo que se siente - Murmuró

Caminó y caminó el sendero parecía no tener fin, la verdad no creo que halla un desenlace... No soportaba más demasiados llantos, gritos, golpes, vociferaciones; era tormentoso.

En un momento volvió a ver a aquella mujer, extendiendo su mano, se aferro a el y regresó a su habitación. Entendía más que nadie el sufrir de todos aqurllos espectros, porque ella lo sentía, no quería seguir con eso... Debía parar.
Lloró hasta que sus ojos picaron, grito hasta tal punto que su garganta se desgarrara, se empezó a amar hasta tal punto en el que nada la dañara...

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