Capítulo 30 Parte 1

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Nápoles, Italia

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Nápoles, Italia.

Eros pisaba nuevamente las tierras de la ciudad. Había contemplado hacerlo desde hace algunos días, cuando la soda que le dio Dionisio fue la causante de su corta felicidad y su posterior depresión.

Había estado tan cerca y tan lejos a la vez. 

Decidió tomarse algunos días para auto-analizar su existencia y contemplar si debía abandonar la vocación que tanto amaba, para ello, tuvo que ir a un retiro espiritual en la India. Sin embargo, esa misma mañana, una luz espiritual lo iluminó y vio que su camino a seguir era no rendirse. 

Enfrentaría a quienes lo pusieron en esa situación como logro suyo.

Claro, en son de paz.

Eros abrió la puerta del lugar y buscó a ese sujeto con la mirada. Lo vio cobrando las bebidas a un cliente y luego mirar hacia la televisión que estaba arriba. Suspiró con decisión y entró al establecimiento.

Dionisio veía la televisión muy entretenido, pero al sentir que alguien se acercaba a la barra, tuvo que apartar su vista y ver a su cliente. Lucía muy sorprendido.

—Hasta que te apareces —comentó con sorna—. Ya se me hacía raro que no vinieras a visitarme.

Eros se percató que Dionisio parecía haber perdido la memoria o simplemente no le interesaba. De estar en su lugar, le habría preguntado inmediatamente acerca de cómo le fue con el experimento.

—Estaba ocupado —dijo tratando de acordarse de todo lo que aprendió en el retiro espiritual—. ¿Cómo te ha ido?

—Bien, las ventas están mejor pero he estado algo ocupado porque Zeus me ha pedido litros de vino para festín de hoy —Observó de nuevo a Eros de arriba abajo—. ¿Ese es tu traje de gala?

—Es mi traje de concentración.

Dionisio asintió como si no notara que Eros estaba raro.

—¿Fuiste a la India?

—Sí. Me tomé unas vacaciones —Eros ya esperaba que le preguntara acerca de la soda. 

No era posible que no se lo mencionara.

—Supongo que eso significa que todo salió bien con esos dos que tanto te costó emparejar —dijo feliz y orgullo. Quitó el bolígrafo de su oreja y anotó algo en una libreta—. Debes estar muy contento que hasta de viaje te fuiste.

Eros se estiró para leer qué era lo que escribía:

"Soda versión 3. Exitosa".

Al fin mencionaba algo acerca de la soda.

—Pues no lo estoy tanto. Al principio todo iba bien hasta que los efectos secundarios surgieron —Le clavó la mirada con reclamo.

Dionisio no se inmutó.

Siempre has sido tú ||Thanatos y Macaria|| Serie Romances Inmortales #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora