Me desperte a la mañana siguiente. Fue uno de esos dias en los que ni siquiera levantarse de la cama es una opcion. Estaba cansada, pero no era un cansacio fisico. Realmente estaba cansada de vivir sufriendo.
Necesitaba un descanso. Unos dias de relax. Pense en la casa del tio en la sierra de Burgos, pero la abuela me pondria la excusa del instituto, de que no podria viajar sola, y que, por supuestisimo, no iba a dejar solo a mi hermano. Ademas añadiria que era egoista e insensato por mi parte pensar que podriamos ir. Por todo eso decidi no abrir la boca. Nunca la abria, siempre me conformaba con lo que me daban y acumulaba mi rabia en mi interior. Sabia que no era bueno, que me acabaria destruyendo un dia cualquiera, podria ser hoy, mañana o dentro de años, pero de ello estaba convencida.
Las horas pasaban lentamente. Estaba en un constate estado de duermevela. Era agotador, por lo que a eso de las dos de la tarde decidi levantarme de la cama. Lo hice despacio. Al poner los pies en el suelo, note un frio preocupante teniendo en cuenta que estabamos a principios de otoño. Me fui sigilosamente al baño. Me mire en el espejo. Me odiaba. Deseaba estar delgada. Y cuando lograba adelgazar destestaba la forma en la que se notaban mis huesos. Era asqueroso. Era asquerosa.
Baje a la cocina. Y junto al telefono habia una nota:
Buenos dias cielo,
he decidido que lo mejor para tu hermano seria volver a la vida cotidiana es decir, esta en clase. No se a la hora a la que vuelve, pero espero estar en casa a esa hora. Yo me he ido a comprar. Come y sal a que te de el aire.
Besos.
PD: No pienses demasiado, no dejes que tus pensamientos te destruyan.Creo que por una vez en mi vida hice caso a lo que alguien me decia. Comi. No mucho a pesar de que llevaba casi un dia sin comer. Sali. No tenia destino asi que tampoco tenia un camino que seguir. Deje que mis pies, y en cierto modo el destino me guiara hacia algun lugar. Logre llegar al final del barrio residencial en el que viviamos. Me gusto lo que vi. El bosque de casas daba lugar a un pinar estupendo. Era hermoso la forma en la que el sol del atardecer se filtraba entre las agujas de los pinos.
En cuanto desaparecio el sol, me di realmente cuenta de lo tarde que era. No sabia volver a casa, porque no habia sido consciente del camino que me habia llevado hasta alli. Asi que decidi andar y que mi casa me encontrase.
El viento me azotaba la cara. Pero no me importaba, me hacia sentir que estaba viva y que merecia la pena estarlo.
Llegue a casa a eso de las 11. Y lo sorprendente fue que llegue con una sonrisa en la cara. La abuela se extraño. Carlos se extraño. Y fui cuando vi sus respectivas caras cuando yo me extrañe tambien.
-Parece que te ha sentado bien el paseo-me dijo la abuela.
-Si...bueno...he podido dejarme llevar sin ser consciente-dije- ha sido una buena experiencia.
-¿Puedo ir contigo algun dia?-pregunto Carlos.
-No-dijo la abuela
-Si-dije yo
-No empieces Alicia, es demasiado pequeño para estar fuera durante tanto tiempo.
-Ni que le fuera a comer la calle, abuela. Dejale. Es bueno sentir el viento en la cara. Es bueno sentir que formas parte de este mundo y que el mundo gira alrededor de ti, aunque realmente no sea consciente de que lo hace.
Hubo un silencio incomodo. Y por ello supe que la habia convencido.
-Vale. Ira. Pero regresad pronto. Por cierto cuando piensas volver a clase.
-La semana que viene o la otra si eso.- respondi.
-¿Si eso? Te dejo como muy tarde el lunes de la semana que viene.
-¿Me dejas?-dije a punto de partirme de risa-no es algo en lo que me tengas que dar permiso. Depende de mi. Mantente fuera de mis asuntos.
-Deberias ir-dijo de repente Carlos.
Nos quedamos calladas. Yo le mire, a los ojos. Me di cuenta que realmente queria que fuese, queria que superase esto. Y que tuviera una vida al fin y al cabo.
-A mama no le hubiera gustado que dejases todo. Debes hacerlo. Si no es por ella, hazlo por su recuerdo, hazlo por mi.
Nunca habia dicho esto pero, mi hermano sabia como hacerme sentir unica, y tenia tan solo 10 años. Me hacia sentir que me necesitaba. Que formaba parte de algo. Y ese algo era su vida.
Cuando deje de pensar en lo anterior, me sorprendi respondiendo que si, que iria a clase.
Sabia que no seria facil. Pero tambien sabia que podria con ello. Podria comerme el mundo si me lo propusiera. Pero no era tan facil. Necesitaba ayuda. Alguien que me guiara. Y ese alguien era mi hermano.