La chica que rompió One Direction

Capítulo 0: "El comienzo"

Claudia Sayer

Trabajar con los chicos me encantaba.

Llevaba siendo su compositora oficialmente poco más de dos semanas y la verdad era que todo esto me resultaba un sueño hecho realidad. Escuchar sus ideas, revisar sus composiciones, oírlos cantar...

Era algo fascinante, mágico.

Seguramente más de una desearía haber podido estar en mi lugar.

Las últimas catorce noches había estado informándome sobre ellos: veía sus conciertos, leía sus entrevistas, escuchaba sus canciones, etc.

Ya que a pesar de ser un grupo reconocido mundialmente nunca tuve especial interés por su música, hasta ahora claro.

Siempre pensé que eran una moda pasajera, pero cuando ya habían pasado más de dos años y todavía seguía viendo sus nombres en las canciones más descargadas de iTunes supe que me había equivocado.

Es decir, ninguna moda pasajera gana tantos discos de platino.

Me encontraba tan fascinada que en un par de días me había convertido en una loca fan experta en ellos.

Sabía absolutamente todo. Se podría decir que era una Wikipedia de One direction andante.

Aún seguía alucinada por saber que el verdadero color de pelo de Niall Horan era castaño.

El rubio le sentaba tan bien...

Regresando al tema.

Los cinco eran geniales, y aunque me habían propuesto mudarme con ellos un par de veces no terminaban de convencerme del todo.

Si me mudaba con ellos, a su gran mansión mi vida cambiaría para siempre, de eso no cabía duda.

Sería decirle adiós a mi privacidad, convertirme otra vez en comidilla para las revistas, y lo peor de todo, sería decirle hola al mundo de la fama.

Era un cambio muy drástico en mi vida, demasiado quizás.

Pero estaba segura de que tarde o temprano terminaría cediendo. Era presa fácil. No podría resistirme durante mucho tiempo.

(...)

—Claudia, sé que te lo hemos repetido ya más de mil veces, pero...—entonces Liam, Louis y Harry salieron de detrás del sofá con una pancarta gigante en la que habían escrito un enorme "POR FAVOR" con caras suyas haciendo pucheros.

—¿¡Quieres vivir con nosotros!? —gritaron los cinco al unísono.

No pude evitar soltar un pequeño "Ohh" y luego una carcajada.

Llevaban haciendo este tipo de cosas un par de días.

Por alguna razón me querían en su casa. A mí. A la loca maniática del orden y la limpieza.

—¿No vais a parar nunca, verdad?—ellos negaron con la cabeza— está bien, me mudaré —empezaron a gritar y a cantar, convirtiendo el salón en una mala imitación de High School Musical.