D I E Z

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—Mucho gusto, Makomo-chan, Sabito-kun.

Con una leve inclinación se presentó antes ambos jóvenes que lo observaban anonadados.

—Ahem.

A su lado Urokodaki llamó la atención de ambos tosiendo.

—Como ya expliqué anteriormente, Tanjiro se hospedará aquí por un tiempo. Espero que logren llevarse bien.

Por un momento, Sabito no supo como reaccionar.

¿Realmente Urokodaki insistia en que aceptaran al demonio en la casa en que vivían?

Iba a gritar nuevamente expresando su desacuerdo cuando la mirada del demonio y la suya se cruzaron. Los vellos de su cuerpo se erizaron, ese demonio era fuerte, demasiado fuerte.

Al final se tragó sus palabras y dando media vuelta salió de la casa cerrando la puerta corrediza con fuerza. 

-...Ah yo... -Antes de terminar la oración, Giyuu interrumpió a Tanjiro.

-Iré tras de él.

-Te lo dejo a tí, Tomioka.

Sin despedirse, Giyuu abandonó  la casa en silencio.

-Lo siento Tanjiro, es mi culpa, nunca les conté de ti y de tu situación.

-¡No tiene que disculparse Urokodaki-san! Intentaré no crear problemas y llevarme bien con los niños.

-Aah... Temo que eso será dificil.

-Si pero aun así lo intentaré.

-Bien... Iré a recoger algo de leña, ¿podrías bajar al pueblo y comprar algo de comida?

-¡Puedo cazar!

-Aah.. es verdad. Ya no eres el niño de antes.

Detrás de  su mascara, Urokodaki sonreía con nostalgia. El niño que antes no sabía hacer nada ahora era un adulto fuerte y capaz.

-Te lo dejo a tí, Tanjiro.

-¡Sí!

Urokodaki se retiró, dejando a Tanjiro y a Makomo solos. De cierta manera, sabía que Makomo sería menos hostil con el pelirojo.

Makomo alejó la mirada de la puerta recién cerrada para posarla sobre Tanjiro. Con una suave sonrisa en sus labios, se presentó.

-Mucho gusto en conocerlo, Tanjiro-san, soy Makomo, espero que nuestra estadía juntos sea tranquila.

-¡Oh, mucho gusto Makomo-san! -Inclinó nuevamente un poco su cuerpo y siguió hablando- Me iré ahora mismo a cazar por el bosque -Durante unos segundos se quedó callado pensativo antes de hablar- Si quieres... puedes venir conmigo... 

Mirando hacia todos lados Tanjiro siguió murmurando cosas poco entendibles. Las expresiones, el nerviosismo y los pequeños movimientos de Tanjiro en su lugar, lograron entretener Makomo.

La pequeña decidió sacar a Tanjiro de su burbuja, aceptando acompañar al demonio.

-Está bien, ya que viviremos juntos creo que sería bueno conversar en el transcurro.

-¿En serio? Que alegría, entonces apresuremonos antes de que oscurezca.

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—Sabito... No creo que deberías de entrenar en estos momentos...

Ver a su amigo agitando la espada de madera como un demente lo estaba colocando de los nervios. Sabito era alguien muy animado y que nunca se quedaba quieto. Pero esta vez no estaba animado, estaba agitado y enfadado.

Parecía estar presenciando a un animal salvaje.

—¿Y que es lo que quieres que haga? —Sin detenerse y con la respiración agitada siguió cortando los trozos de bambú que caían a montones— ¿Recibir con los brazos abiertos a ese bastardo?

—¡Sabito, detente, tu respiración no suena bien!

—...

El chico más alto detuvo sus manos para después girarse y mirar a su amigo.

—Entrenemos, coge la espada.

—No creo que te encuentres en las condiciones para estár entrenando. Debemos volver.

—¿Volver y ver el rostro de ese intruso? No lo creo.

Inclinando su cuerpo hacia abajo, cogio una de las espadas de madera que solían dejar tiradas por ahí cuando se apresuraban a volver a casa para comer.

—Atrapala.

Giyuu atrapó la espada de madera que era tirada en su dirección.

—No me harás caso ¿cierto?

—En posición.

Solo pudo soltr un suspiro derrotado, viendo como Sabito se negaba a soltar su espada.

—Bien, si es lo que tu quieres.

Ambos se colocaron en posición, sus ojos mirándose fijamente, negándose a perderse siquiera un solo movimiento. Era sólo un entrenamiento pero sería este duelo lo que haría que Giyuu abriera los ojos ante una cruel realidad.

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—Me sorprendió mucho ver que no te afectaba la luz del sol, Tanjiro-san.

El demonio soltó una suave risa antes de hablar.

—Si sobre eso, la historia no es muy larga la verdad —Se rascó con vergüenza su nuca al ver la mirada atenta e interesada de la pequeña.

—¡Por favor déjeme escuchar!

—Creemos que es debido a que nunca he tomado sangre humana... Es lo único en lo que podemos pensar.

—Ya veo... Pero ¿cómo te las arreglas para alimentarte, Tanjiro-san?

—No me alimento, la comida de los humanos no me sacia y no causa ningún cambio sobre mi cuerpo.

—Debe de ser muy difícil... —El rostro de makomo se puso oscuro al pensar en haber tocado un tema delicado.

—¡No te sientas mal, Makomo-san! Estoy seguro que volveré a disfrutar de deliciosas comidas.

La suave sonrisa de Tanjiro tranquilizó el corazón de la niña. Sorprendiendola también en que el demonio estaba seguro de poder volver a ser un humano. Quería seguir preguntando más sobre cómo era su vida como cazador y sus experiencias pero la persona que caminaba con pasos firmes y una mirada malhumorada en frente de ellos la distrajo.

Había visto a Sabito hacer rabietas y colocando muchas expresiones. Pero Giyuu no era de tener más de una o dos expresiones bastantes normales y para nada escandalosas.

Pero frente a ella podía ver como Giyuu se dirigía a la casa con el rostro fruncido y con magulladuras por todo el cuerpo. Sobre todo esa aura que decía a gritos “No me toques”.

¿Que diablos había sucedido en todo el tiempo en que fueron a buscar comida?


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Dioooos, no escribí casi nada pero me costó mucho. Seguramente esta historia no sea muy larga debido a mi poca motivación.

Ya saben gente, nunca publiquen una historia hasta que esté terminada para así no sufrir ustedes y sus lectores.

Si ven errores es porque el teclado me cambia a cada rato las palabras que no sé cuántas veces he tenido que corregir.






Poder amar |SabiTan/GiyuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora