Seguí mi recorrido a casa de Urokodaki-san. Solo quería llegar y acostarme a dormir. Estaba demasiado cansado.Cuando era humano era consciente de que Nezuko tenía que dormir muchas horas debido a la falta de "comida" pero no sabía que tan cansada se sentía mi hermana. Era como si tuvieras unas toneladas de rocas cayeran de repente sobre tu espalda y apenas podías moverte, y si me esforzaba en moverme el peso simplemente aumentaba. Pero no podía permitir que ese insoportable peso me detuviera, y menos en una batalla.
Había logrado superarlo y ya no me quedaba inconsciente en medio de una batalla. Si no fuera por Zenitsu e Inosuke, seguramente ya me hubieran arrancado la cabeza. Cuando me quedaba dormido, ellos se encargaban de protegerme y acabar con los demonios.
Tuve que soportar un entrenamiento muy riguroso para poder combatir contra el hambre y el cansancio pero con el apoyo de mis amigos logré pasar el entrenamiento y volver a mi trabajo.
Cuando logre ver desde lejos la casa de Urokodaki-san, no pude evitar la gran alegría que sentía. Seguiría corriendo pero el cansancio ya me estaba derrotando. Respiré profundo y tranquilicé mi agitada respiración. Decidí caminar con tranquilidad, ya no había apuro en llegar a mi destino.En eso, un exquisito olor golpeó mi rostro con fuerza. Era tan delicioso... ¿De dónde provenía ese maravilloso olor?
Era como la tierra cuando era mojada por la lluvia, era acogedor y me llenaba de paz, combinado con el exquisito olor de las lavandas, que me embriagaba de sobremanera.
Cerré los ojos y aspiré con fuerza esos olores que me estaban enloqueciendo... ah, esto era bastante malo. No podía enloquecer por esto.
Giré mi cabeza y miré en la dirección en la que provenía ese olor.
Ahí se hallaban dos niños de unos doce o trece años... Ese olor provenía de ellos, me sorprendí de que ese aroma tan fuerte desprendiera de dos adolescentes.
Ellos se veían igual de sorprendidos que yo. Nos quedamos unos segundos mirándonos pero toda la paz que me rodeaba debido a el aroma, se fue por la borda cuando los vi colocarse en posición de ataque.
Ooh...
O bien no están acostumbrados a ver más gente por aquí o descubrieron que soy un demonio. Llevaban katanas con ellos así que lo más probable es que fueran cazadores o aprendices...
¡Ah!
Urokodaki-san me había descrito a sus discípulos en las cartas. Definitivamente eran dos de sus discípulos. Faltaba uno... la niña llamada Makomo.
Iba a hablar y explicar la situación pero antes de poder decir una palabra se lanzaron contra mí.
¡Eran demasiado rápidos para ser solo aprendices!
Urokodaki-san no exageraba cuando decía que sus discípulos eran prodigios... ah, creo que comienzo a ponerme un poquito celoso, solo un poquito.
No quería desenvainar contra ellos, aun si era para defenderme. Esquivé el primer tajo del niño con una cicatriz en el lado derecho de su boca. Sentí la presencia del otro niño detrás de mí. Di un salto esquivando su espada. Los ataques de ambos no se detenían y yo lo único que podía hacer era esquivarlos. No quería dañar a los discípulos de Urokodaki-san.
Estos dos son muy buenos a pesar de su edad... no hacían ataques innecesarios y mantenían la calma. ¿Ya habían luchado contra demonios anteriormente? Si no era así me sorprendería bastante. Además hacían un buen equipo. Parecían saber qué movimiento haría el otro para después apoyarlo.
¡Los discípulos de Urokodaki-san son grandiosos!
Pero ahora... ¿Qué debería hacer?
En eso logré percibir el olor de Urokodaki-san.
¡Bien! Ahora yo solo tenía que...
-¡¡Urokodaki-san!! –Esquivé el golpe del pelinegro y salí corriendo en dirección de ese amable aroma- ¡¡Ayúdeme, por favor!!
-¡Tanjiro! –Dejó la leña de sus manos en el suelo y caminó tranquilo en mi dirección- Estas de vuelta, que bueno volver a verte.
¡Urokodaki-san, no esté tan tranquilo!
¡¿Qué no ve a sus pequeños demonios detrás de mi cabeza!?
Salté a los brazos de mi maestro y me aferré a su cuerpo. Yo de él no me soltaba hasta que esos niños bajaran sus espadas.
-¡Urokodaki-san! –Escuché a ambos niños gritar. Al parecer los deje bien atrás cuando comencé a correr hacia su maestro.
Ah... estoy comenzando a ver borroso. Estoy muy cansado y ya no puedo mantenerme de pie. Estoy perdiendo la fuerza de todo mi cuerpo. Shinobu-san tenía razón... tenía que descansar más antes de haberme ido de su finca.
-No se preocupen, todo está bien –Pude escuchar la voz de Urokodaki-san, tranquilizándolos- Él es...¡Tanjiro, oye, despierta!
Los párpados me pesaban... Pero ya no hay de que preocuparse. Confío en que Urokodaki-san protegerá mi cuello.
Sí, estoy seguro de que cuando despierte mi cabeza estará en su lugar. Después de todo yo... estaba de vuelta en casa.
¡Tanjiro considera la casa de Urokodaki como su hogar! :')El próximo capítulo no sé quién va a narrar... Creo que será narrador omnisciente 🤔
Con eso dicho, bye bye.
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Poder amar |SabiTan/GiyuTan
FanficEran entrenados para eliminar a los demonios. Los monstruos debían de ser eliminados. Entonces, ¿que hacia un demonio hablando de manera familiar con la persona a la que llamaban maestro? Y, ¿Por qué esas rubíes les miraban con tanto cariño? ...