Ángel Del Mar ♡ 𝙹𝚊𝚌𝚘𝚋 𝙱𝚕𝚊𝚌𝚔

꧁CAPÍTULO III꧂

Ya llevábamos como veinte minutos en la playa esperando, pero no venía nadie a por nosotras. Nos mantenemos lo más lejos posible del agua ya que con una pequeña gota que nos rozará acabaríamos siendo un gran espectáculo.

Sinceramente ya me estaba aburriendo de tanto esperar a los que tenían que venir a buscarnos y llevarnos con mi familia. No podía aguantar más para verlos, habían pasado tres años y estoy impaciente.

Ambas estábamos muy atentas por si aparecían el grupo de chicos que nos acompañarían. Según Eddy ellos son bastante morenos con algunos tatuajes en los brazos, vendrían sin camiseta y estarían mirando sin parar para todos los lados con desconfianza. La verdad es que no ayudaba mucho esa descripción ya que la mayoría de la gente de la playa eran morenos y lógicamente estaban sin camiseta. Gracias Eddy.

Pasaron otros diez minutos y seguíamos sin ver a nadie que encajara en lo que nos dijeron. De pronto aparece un grupo de chicos con las mismas características; eran súper morenos a comparación con nuestra piel blanca, algunos de ellos tenían un tatuaje de un círculo y si te fijabas bien, dentro de este se podía apreciar dos lobos aullando. Lo que pasa es que también había una chica y sobre eso no nos dijeron nada.

No estábamos muy seguras de que ellos fueran los indicados ya que estaban algo enfadados y confusos. Entonces empezaron a discutir, parecía que se fuesen a pegar. Aunque algunos de ellos mientras discutían nos miraban disimuladamente. Se creían que no nos dábamos cuenta.

~Nos están mirando.~ Me dijo mentalmente mi hermana.

Antes de venir aquí acordamos que si no estábamos seguras de algo o nos encontrábamos en peligro, nos lo comunicariamos telepaticamente. Edward nos dijo que ellos no se fiaban de nosotras, pero mi hermana y yo tampoco. Por eso es la forma más segura de comunicarnos porque iremos a un sitio desconocido ya que al fin y al cabo en tres años han podido cambiar muchas cosas.

Antes de salir de casa nuestro hermano Spencer nos hizo un regalo, un anillo para cada una color plata con una piedra azul verdaderamente hermoso. Lo mejor de todo es que no era un simple regalo de despedida si no que esos anillos nos permitían comunicarnos sin necesidad de hablar. El no pudo venir con nosotras porque tenía reuniones urgentes con el consejo y por eso nos hizo ese regalo para poder hablar con él aunque estuviese lejos.