{Capítulo 4}

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Pasaron la tarde durmiendo por el cansancio del viaje. Dulce se echó en la cama y Ucker en el sofá que tenía la habitación.

Dulce se despertó con el ruido del teléfono.

Dul: ¿Bueno?

Madre de Ucker: Dul querida, ¿donde estáis?

Dul: en el hotel, ¿por?

Madre de Ucker: ¡ibamos a cenar todos juntos!

Dul: Mierda.

Madre de Ucker: ¿Perdón?

Dul: este...que...enseguida estamos allí. -colgó rápido.

Se levantó de la cama y empezó a agitar a Ucker.

Dul: ¡Ucker, Ucker! Despierta.

Ucker: mmmm -murmuró.

Dul: ¡Despierta!

Ucker: ¿Qué pasa, qué pasa? -se rebotó en el sofá.

Dul: tenemos que irnos a la cena.

Ucker: mierda.

Dul: no digas palabras feas...

Se retocaron y salieron corriendo del hotel hacia la casa de los padres de Ucker.

Llamaron al timbre y su padre fue quien abrió.

Padre de Ucker: pasad, os estábamos esperando. -sonrió.

Sus padres se pasaron la cena haciendo comentarios fuera de lugar sobre su relación. Metían bodas y bebés por medio siempre que podían.

Hasta que llegó el momento más bochornoso de la noche.

Madre de Dul: oye pero...¿lleváis mucho tiempo ya no?

Dul: no        Ucker: si

-Dijeron a la vez.

Dul: quiero decir, si, lo que pasa es que serio serio llevamos menos tiempo. ¿verdad cariño?

Ucker: si mi amor. -sonrió.

Madre de Ucker: hacéis tan buena pareja...

Padre de Ucker: pero, desde que estáis en Londres no os habéis dado ni un beso. -sonrió pícaro al resto.

Todos: ¡Qué se besen, qué se besen!

Ucker y Dul se miraron nerviosos.

Tras la insistencia Ucker no esperó más y se acercó a Dul.

Al acabar el beso, el bochorno volvió.

Dul: ¡me metiste la lengua! -gritó.

Todos la miraron extrañados.

Dul: sabes que no me gusta en público mi amor. -intentó arreglarlo.

Ucker: perdón cariño, se me olvidó. -Dijo acercándose otra vez a Dulce para darle un pico.

Al acabar los dos sonrieron y Dulce dirigió su mano hasta las partes bajas de Ucker para estrujarlas.

Madre de Dul: ¿Ucker, estas bien? Estás...estás rojo.

Ucker: estoy...estoy perfectamente. -dijo como pudo.


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