Capítulo XII

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(Cuatro meses después)

La clase de biología no era mi favorita, pero al menos tenían actividades bastante entretenidas como el campamento a las Rocallosas. Según el profesar tenía el fin de "celebrar el término del semestre", pero todos decían que en realidad nos llevan por cuatro días a unas cabañas al pie de las montañas, con el fin de explorar la flora y fauna que allí habitaba. El campamento científico (como lo apodaban), tendría como fecha de celebración este fin de semana. Había sido bastante persistente con mis padres de que no era una actividad recreativa, sino parte del curso y que si no querían que reprobase, no podía no ir; así que al final firmaron la autorización obligatoria que debíamos tener de nuestros tutores. Nunca había ido de campamento y que todos los chicos estuvieran conmigo me emocionaba aún más. A pesar de no tener los mismos profesores, todas las secciones participaban de la actividad y por suerte podíamos elegir nuestros grupos para compartir las cabañas. Como cada cabaña albergaba cinco camas, Alika y yo le pedimos a unas compañeras de su clase -que según ella son simpáticas- que se nos unieran y aceptaron. Teníamos que ir a la oficina del profesor a inscribirnos, así que le dije a Alika que yo iría en nombre de todas, después de clases.

Mientras pensaba en el campamento y no en la cátedra sobre Shakespeare que el profesor de literatura impartía tan animadamente, me dieron ganas de ir al baño.

― ¿Profesor puedo ir al baño? ―dije levantando la mano. El profesor me adoraba por ser la mejor en la clase, así que su cara de querer matar al que sea que lo haya interrumpido, cambió súbitamente al ver que fui yo la que osaba en perturbar su monólogo. Después de obtener su permiso, salí disparada de la sala con mi mochila en mano, ya que solo quedaban unos minutos para que la clase finalizara. Mientras estaba en el baño escuché a alguien entrar ¿Cómo no iba a reconocer la voz chillona de Jenna hablando animadamente por el teléfono? Rodé los ojos.

―Sí papi ese es su nombre― hubo una pausa― Jones ese es su apellido ¿puedes investigarla? ― al escuchar mi nombre, mi corazón comenzó a latir rapidísimo. Ingresé en la mente de Jenna y me di cuenta que le estaba pidiendo a su padre investigarme con la excusa de saber sobre mi pasado. Planeaba usar esa información en mi contra y así extorsionarme para alejarme de Aidan. "Patética", pensé.

―Gracias papi, eres lo máximo― dijo y finalizó la llamada. Bueno, la había pillado en el acto, así que no pensaba irme sin encararla. Salí de mi escondite y cuando la rubia me vio sus emociones se volvieron demasiado agresivas. Creía que la estaba espiando, pero intentaba mantenerse calmada, creyendo que había escuchado muy poco como para incriminarla.

―Así que además de robarte a mis hombres, ¿me espías? ― me dijo al ver mi mirada glacial. Quería golpearle en toda la cara de hipócrita que tenía.

―Al parecer la única que se está metiendo en la vida de la otra, eres tú Jenna. Entiende que los mellizos nunca se fijaron en tí, aún cuando yo no estaba― apretó la mandíbula― De hecho, debo reconocer tu persistencia de creer cada año que en la fiesta de Thomas Wane, podrías haberte acostado con mi novio― eso se me había salido por puro querer enfadarla, ahora me preguntará cómo es que sabía sobre sus intenciones, si eso si nunca lo había mencionado.

―Tú ¿cómo sabes eso? Nunca lo dije frente a tí― dijo con los ojos entrecerrados como estudiándome. Por su mente pasó por un breve momento la creencia de que le había leído la mente, pero me relajé cuando se corrigió así misma diciendo que era imposible. Decidí volver al tema central.

― ¿Por qué le pides a tu padre información sobre mí? ―le pregunté con mis nervios sobre la coronilla.

Se preguntarán¿Quién es el padre de Jenna y cómo puede obtener información? Bueno, hace unos meses había descubierto a través de Alika, que el padre de Jenna Davis, era un famoso científico del gobierno doctorado en ingeniería genética. Dedicaba sus descubrimientos a buscar la cura para enfermedades mortales o al menos eos era lo que él admitía. Después de una demanda sobre lavado de dinero que había recibido, se especulaba que estaba trabajando en algo a espaldas del gobierno junto a algunos políticos codiciosos, pero cubrió la demanda con una suma exagerada de dinero y todos olvidaron el asunto -o al menos eso veía en la mente de su hija comprobando el rumor del lavado de dinero y cenas en casa con algunos políticos-. Qué triste ver que su padre estaba metido hasta las patas en cosas ilegales, pero trabajar para el gobierno no le da el derecho de brindar información privada de civiles a su hija.

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