Mi nombre es Tony López II TERMINADA

41: Final

Capítulo Final.

Al llegar a el aeropuerto preguntamos a todos sobre si la habían visto, ya sea sola o con un bebé. El teléfono mandaba buzón a cada rato.
Llegamos después de 12 horas de vuelo y pues las calles estaban oscuras.

—Hay que conseguir una habitación en un hotel Tony, se hace de noche— Nick tocó mi hombro

—Tenemos que encontrarla —lo miré

—Lo sé pero por ahora hay que descansar. Mira mi hermana no es tonta y ella sabrá como arreglárselas. Mañana la llamaremos para ver si responde — asentí.

Conseguimos un hospedaje bastante barato y descansamos. A la mañana siguiente desayunamos por un restaurante cercano. Ella seguía sin atender el teléfono. Ni a Nick le respondía.

—Es muy extraño que no responda — Nick comió de su plato.

—Tal vez esté dormida —Addison lo calmó

—y si... No la dejaran hablar?— mencioné

—No lo creo— Nick respondió

—Tiene algo de sentido, digo, ya que fue capaz de traerla hasta acá no creo que no se resista también a quitarle métodos de comunicación — Addison defendió el punto.

ALMA:

Desperté por el llanto de Dany, Fernando lo calmaba. Se lo quite de los brazos y él comenzó a dormir otra vez.

—Déjame cuidar a mi bebé — puso una mano en mi espalda.

—Él no es tu bebé, es de Tony y mio— me fui a la cama con él

—Pero cuando él no los cuidaba era mío ¿verdad?

—Pues eras diferente. Al menos no me secuestraban

—¿Así que esto es un secuestro? —Río

—Claro que lo es. Idiota— me alejé de él

—No lo es, solo me mudé con mi esposa a otro país.

—Y a otro continente, me engañaste, dijiste que vendríamos por unos días, no que viviríamos aquí. Además yo solo vine porque dijiste que si volvía ya podía ser feliz con Tony. Eres un...

—Bueno, ya basta ¿si?

—Iré por algo de desayunar — salí de la habitación, buscando por donde escapar pero era imposible ya que había seguridad por todos lados. Me hice el cabello para atrás y comí cereal.

De la nada comencé a llorar. No podía evitarlo.

TONY:

Empezamos a buscarla por las calles y preguntando si tal vez la habían visto pero nada, no teníamos suerte.
También intentamos ir con la policía pero no resolvían nada.

—¿Segura que dijo Venecia? — pregunté

—Siii, créanme —seguimos buscando y a Addi se le ocurrió una idea.