KakaoTalk [Kookmin]

Kakaotalk 7 [continuación]

Narra Jimin:

Eran las ocho y treinta de la noche, me encontraba en el comedor de mi casa viendo una serie de unos doctores mientras me dignaba a llenar mi estómago con la mayor cantidad de comida posible (Ya saben, para no estar ebrio tan rápido en la fiesta. Mochi's hacks life). En eso suena mi móvil.

-Jonnie hyung, ¿A qué hora vendrás?

-Jimin-ah, ¿Te puedes creer que casualmente, solo casualmente, cuando estaba de camino a tu casa me encontré a Jinnie?

-Ajá, seguro fue una serendipia.

-El tema en cuestión es que no quiere que vaya a la fiesta sólo contigo porque sabe que te pones ebrio en un santiamén y que te vas por ahí con cualquiera.

- ¿Entonces? ¿Está intentando demostrar ser Chernóbil?

- ¿Puede ir con nosotros?

-Bueno, pero vengan rápido y traigan vodka.

-Teamograciasportantoadiós.

Suspiré al finalizar la llamada, ¿así se sentirá estar en una relación? ¿una cárcel? Oh no, eso si que no. A Park Jimin le encanta la libertad.

En lo que venían mis invasores de hogar dulce hogar me dispuse a buscar la laptop de mi habitación. Estaba buscando unos videos para mostrarle a Nam cuando viniera hasta que me topé con una foto hacía cinco años atrás de Kook y mía.

-Jungkook, ¿qué será de ti ahora? Después de tantos años nunca me contactaste, bastardo. Para tu suerte, conocí a un lindo chico que tiene un nombre similar al tuyo con el que espero hacer amistad y reemplazar los recuerdos que tengo contigo.

Sentí sonar el timbre por lo que supuse que eran Nam y Jin. Me levanté de mi lugar y fui a abrirles la puerta.

-Jimin-ssi. -Entró Nam saludándome con Jin detrás suyo.

-Hey, tóxico. ¿Cómo estás? Hace mucho no te veía. -Saludé a Jin, quien traía un nuevo tinte de cabello, en este caso rosa.

-Ja, ja, ja. ¿Acaso organizaste un festival del humor y recién me entero? -Dijo mientras me devolvía el abrazo.

-Que es broma. Por cierto, acabo de desarrollar cierto amor hacia tu nuevo tinte.

- ¿A qué sí? Me queda divino.

-Bueno, mis ladies, permítanme terminar su charla y decirles que nos tenemos que ir dentro de treinta minutos y no veo que ninguno se haya cambiado aún.

Ambos asentímos, nos fuimos a cambiar y quince minutos después me encontraba saliendo de mi habitación con un pantalón negro engomado, una musculosa a rayas negras y blancas, una chaqueta de cuero y mis infaltables botas negras, junto con mi cabello estirado hacia atrás con ayuda de un poco de gel.

-Diablos, Jimin. Si no estaría intentándolo con Nam, juro que iría tras de ti. -Jin silbó apenas me vio salir.

-Oye, sigo aquí. -Se quejó el moreno.

-Que va, si Nam también está guapísimo. -Me coloqué de puntitas y lo rodeé su cuello con mi brazo.

- ¿Te vestiste así de provocador porque va a ir ese tal Gguk?

- ¿Quién? ¿Yo?

-Mi abuela, Jimin, mi abuela. Anda, deja de hacerte el tonto y vamos.

Los tres nos montamos en la camioneta de Jin y fuimos hacía la casa de Hoseok. Al llegar vimos lo que todos esperábamos, un lugar repleto de gente tanto dentro como fuera, vasos esparcidos por todo el jardín delantero y los altavoces a todo volumen.