Resuélvelo

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¡Hola! ¿Qué tal? Tanto tiempo que no escribía una historia sobre esta pareja que amo con la vida. Estuve 5 años sin ningún tipo de inspiración y, de repente, me llegó toda de golpe. Igualmente, tardé mucho con estos capítulos separados, ya que tuve que pensar cada uno y luego plasmarlo de la mejor manera que me sale. Voy a poner una canción representativa de cada uno para que, al escucharla, se acuerden de mis locas ideas. Espero que les guste, tal como dice la descripción, contiene MUCHO lemon. Se centran en ello básicamente. El heichou es muy pasional, espero que se lo imaginen tal como lo hago yo. Y, si se preguntan qué paso con el fanfic que dejé por la mitad en Fanfiction.net (Nuevo comienzo) les cuento que pienso corregirlo y reescribir la segunda parte porque la perdí en su momento. Sin más, los dejo leer.


Resuélvelo

Un día normal en la vida de la líder de escuadrón no tenía mucha emoción, salvo cuando de una exploración se trataba. Era buena en su trabajo, ya que este le apasionaba demasiado, tanto que había veces que no podía con la emoción. Dentro de ese mundo, su mundo, no creía que hubiese espacio para una relación amorosa. Sin embargo, las cosas dieron un giro inesperado cuando conoció a cierta persona. No supo bien cómo, pero terminó enredada con aquel a quien llamaban el soldado más fuerte de la humanidad antes de que se diera cuenta. Todo comenzó como una amistad, para luego convertirse en una amistad con derecho y terminar en algo a lo que no sabía si podía ponerle un nombre. Debía reconocer que él poseía un encanto magnético, al que estaba un poco enojada por haber sucumbido, al igual que muchas de las féminas que integraban el ejército. Sin embargo, así fue, y no pudo hacer nada por evitarlo. Las cosas comenzaron de manera tranquila, como una simple aventura de una noche de copas, para convertirse en algo habitual y sumamente pasional.

De todas maneras, el día a día transcurría normal, ya que no podían dejar que nadie se enterase de lo que había entre los dos. Estaba totalmente prohibido en la legión tener una relación amorosa tanto dentro como fuera de las fuerzas. Particularmente ese día se sentía en las nubes, puesto que la noche anterior él había logrado escabullirse en su habitación, tal como lo hizo durante toda la semana. Sin embargo, estaba tratando con todas sus fuerzas de ser productiva. No podía permitirse distracciones una persona tan perfeccionista como ella. Tan enfocada en su investigación estaba que no pudo oír la puerta al abrirse. Luego de dar unos pasos, la persona que había ingresado la cerró tras de sí, llamando la atención de Hange por fin. Ella volteó y al fin logró verlo. Le sorprendió su presencia mas ni siquiera llegó a emitir un sonido antes de verse atrapada por sus labios, en un beso sumamente apasionado, el cual llegó a descolocarla completamente. Aquel no era el lugar ni el momento. Al poder separarse a penas unos centímetros de él, trató de hablar para así poder frenar aquello.

-Levi, ¿qué haces aquí? –le preguntó, un poco confundida, tratando de mantener las formas.

-No aguanto más.

De esta manera, la tomó entre sus brazos e hizo que se pusiera de pie. Ella accedió como pudo y pronto, Levi la empujó contra la mesa en la que estaba trabajando. Esto hizo que se apoyase en ella, colocando sus brazos detrás de su cuerpo en un intento por mantener el equilibrio. En verdad estaba siendo sumamente bruto con ella en esos momentos. Aún no lo comprendía del todo. Sin embargo, al tener que bajar la mirada para verlo a los ojos, notó un detalle que la hizo reír levemente. Los ojos grises afilados del capitán se clavaron en su mirada, como preguntando qué era tan gracioso sin hablar. No pensaba ocultárselo.

-No llegas si me coloco encima de la mesa –dijo por fin, riendo sin ningún reparo.

Esto no hizo más que detonar el carácter fuerte del soldado. Si bien nunca le había prestado atención a quien quisiera burlarse de su estatura, el hecho de que ella lo molestara con ello podía ser usado a su favor. En verdad, no se sentía nada inseguro frente a una mujer más alta que él. Sin nada de cuidado, la tomó de un brazo con la fuerza suficiente como para hacer que su cabeza se estrellase sobre la madera, boca abajo. Hange, por su parte, emitió un leve quejido. Aquello le había dolido, pero no pensaba demostrárselo. Aún le intrigaba esa actitud. Al soltarla por fin, ella sintió el roce de la erección de Levi, muy dura y todavía cubierta por su uniforme, entre sus piernas. Esto le provocó un leve escalofrío en la nuca, no supo bien la razón pero se había puesto muy nerviosa de repente. En seguida, fue capaz de notar la respiración del capitán sobre su oído, lo cual logró erizar su piel.

Destinos que llevan a un mismo lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora