「ᴛᴇʀᴜᴋɪ ʜᴀɴᴀᴢᴀᴡᴀ.‧₊˚」

5.1K 354 338
                                    

⿻; ︺︺︺︺︺︺︺︺︺  ꒰‧⁺◌༘🌼

A paso lento caminabas hacia tu odioso salón de clases dejando visibles manchas de barro por el piso, tu salón no era odioso porque no te gustaba estudiar, sino que tus compañeros eran odiosos.
Finalmente entraste y te fuiste directo a tu asiento sin prestarle mucha atención a las voces del fondo, así siguieron hablando hasta que la atención de todos fue hacia una sola persona, la cual acababa de entrar a la sala de clases hace un rato.

Teruki Hanazawa

Aunque era de esperarse que se robara la atención de todos siendo tan popular y aclamado solo por tener unos estúpidos poderes, te parecía ridículo en el momento en que lo conociste por creerse superior a todos, no es que fueran amigos y conocías su forma de pensar, es que su soberbia se notaba a kilómetros de distancia.

Un sonoro suspiro salió de tus labios, sabías lo que vendría ahora.

─ ¡Oh T/N!, ¿tanto te molesta verme? solo mira tu estúpida cara. ─

Así es, tenías el ceño fruncido al tenerlo en frente tuyo molestándote como siempre, lo odiabas y él a ti y los dos se lo harían saber el uno al otro todos los días, era como una pelea constante que nunca llevaba a nada.

─ Quita tus asquerosas manos de mi mesa, Hanazawa. Te he dicho muchas veces que dejes de molestarme. ─

El rubio soltó una carcajada al escuchar tus insultos, los demás no tardaron en seguirle.

─ Eres muy divertida, eso es lo único bueno de ti. ─

Antes de retirarse te sonrió con soberbia y acarició tu cabeza con burla y de forma brusca, para cuando quisiste alejarlo de un manotazo ya era demasiado tarde, ya se encontraba en su banco con esa misma sonrisa.

Era molesto pero de cierta forma ya estabas acostumbrada, era parte de tu rutina el hecho de que viniera a molestarte para después irse, cosa que al menos te alegraba que hiciera. Siempre que llegaba se encargaba de hacerte saber lo mal arreglada que estabas o directamente se metía con tu físico, quisiste golpearlo muchas veces pero fuerza era lo que le sobraba y no querías morir joven por desafiar a un adolescente que se cree Dios.

Dejaste de lado tus pensamientos y decidiste prestarle atención a la clase, con suerte terminaría rápido y podrías estar lejos del rubio o de todos en general.

Pasó una hora más mientras sentías que te dormirias poco a poco, así fue hasta que sonó el ya característico timbre que daba la señal de que ya terminaron las clases. Con calma guardaste todos tus útiles y libros hasta que lograste notar que Teru se había ido a paso rápido con su tonto grupo de amigos siguiéndole por atrás, eso logró ponerte tensa al saber que algo traman y no era nada bueno.
Aunque no tardaste mucho en descubrirlo al notar que te faltaba el paraguas y sí, ese día llovía a más no poder.

Apretaste los puños con fuerza y apretaste la quijada del enojo que estaba comenzando a nacer en ti, probablemente la habían escondido y la verdad no tenías ganas de jugar en busca del tesoro y lo peor es que no podías acusarlo al no tener pruebas, simplemente quedarías como estúpida. Así que con mucho esfuerzo te relajaste y decidiste seguir sin tu paraguas.
Las risas de los demás no tardaron en llegar al ser tú la única sin paraguas, cerraste los ojos y bajaste la cabeza para que el agua deje de ir directo a tu cara, podías sentir como si te estuvieras ahogando con tan solo mirar hacia arriba, caminabas a paso lento mientras sentías que tú orgullo ya era prácticamente inexistente. Todo eso pasaba mientras atrás tuyo se encontraba un rubio con una sonrisa victoriosa al ver como todos se burlaban de ti.

𝐌𝐏𝟏𝟎𝟎 ─ 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora