Dopethrone (Metallica / Klars)

Capítulo 7: Nosotros te odiamos.

Explicaciones:

No hay explicaciones, sólo sufrimiento eterno. Enjoy.

... pero definiciones sí hay XD

Dealer: Término anglosajón para referirse a un/a vendedor/a de droga y/o a quién la distribuye.

Autolisis: Proceso de autodestrucción. Puede tratarse de una célula, o en este caso, un suicidio. Clínicamente no se utiliza la palabra "suicidio".

El capítulo siguiente a éste es el final.

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Punto de vista de Kirk (P.O.V.):

Desperté no muy alejado de la hoguera en que desfallecí, más bien, parecía mi lugar de inicio. Un desierto grisáceo. Todo carece de colores menos yo y mi sangre. Oh, eso último marcó mucho la diferencia. Eso y que estoy, literalmente, descuartizado. No sé por dónde partir sollozando, es que, todo aquí me flagela, duele muchísimo.

Los canes llegaron a por mí, arrancando partes, no extremidades completas, más bien, secciones específicas, como si tuvieran una regla para medir con exactitud cuánto morder. Arrancaban pedazos pequeños de a grupos, entonces, daba la sensación de que yo era una mazorca humana. Grito con todas mis fuerzas, anhelo morir lo antes posible. Y nada, debo soportar este calvario hasta sanar mi atrofiada mente, ¿hay método para saber si voy a estar bien? No sé, ni me importa a estas alturas.

Mi torso está dividido en dos partes, el resto fue ingerido por las salvajes criaturas.

Paren, por favor, paren... Dejen que me regenere o acaben con mi jodida existencia, de verdad, no puedo. Lloro, las lágrimas caen como nunca han caído antes. Jamás experimente una mierda tan atroz. 

Cuando creo que no puedo estar más jodido, criaturas celestiales —las llamaré así porque son gigantes y parecen dioses— emergieron de la tierra, ahuyentaron a los canes sólo para cagarme ellos la existencia ahora. Al inicio, pensé que no tenían forma alguna. Eran humanoides y era. Estuve muy equivocado. Había un líder, que controlaba a los tres seres restantes. Estos últimos eran sombras ordinarias de largos y esqueléticos brazos. Mientras que, la figura que llevaba el mando, destacaba por ser una sombra y una luz al mismo tiempo. No existía ese matiz de tonalidades entre lo negro y lo blanco, de la misma obscuridad emergía el resplandor. Si yo lo he interpretado así es por algo, yo le di esa importancia, esa jerarquía.

— L-lars... —susurré.

— Querías que no volviera hasta hacerte daño, ¿no? —Respondió, colocando su gigantesco dedo sobre mi frente, casi tapando la mitad de mi cara.

— Por favor...

— No depende de mí ahora, ni de ti, Kirk.

— Lars, re-regenera mi cuerpo —Ordené sorbiendo mi mucosidad nasal.

— Este es tu mundo, pero tú no controlas lo que hay afuera, y ya no sigo tus órdenes. Dependo de algo más.

— ¡Ayúdame! —Interrumpí, no estoy para escuchar discursos de villanos a sus víctimas como en la TV, antes podía herirme y confiar en que me regeneraría. Ahora temo realmente por mí.

— Dependo del mundo exterior y de tu salud.

Carraspeé, no, ¡jódete! ¡Necesito salir de aquí! 

Me está dando toques, me duele la cabeza, lo hace a posta, sabe que es molesto.

El resto se unió.

Por ende, llegué a la conclusión de que, analizando sus palabras, daba lo mismo qué es lo que hicieran. Ellos, mi ser imaginario, asteroides, lo que sea que mi estúpida cabeza quiera interpretar. Puedo tener mi fisionomía completa, imaginar un universo plagado de suaves gatitos ronroneando, estar yo acostado sobre una cama de seda, la más cómoda que podría existir y mi final será el mismo.

Jamás tuve control total de este repugnante sitio. Pensé que podría ser Dios, castigarme entretanto me enfrento a mis deseos reprimidos, a mis traumas de la adolescencia... Total, que cuando esté listo, me levantaría en el hospital. Ignoré qué pasaría una vez que recobre mis cabales: ¿Dónde mierda iría a vivir? ¿En quién voy a confiar si apenas le hablo a mi dealer? Mi padre en cuanto pueda, se lanzará en mi contra, si es que no me meten dentro de un refugio de drogadictos, o un centro de salud mental, ¿habrán interpretado mi intoxicación como intento de autolisis? No me sorprendería, tengo cicatrices y tajos abiertos en mis muñecas, si no me encierran por drogata, es por loco.

...No obstante, al punto que quería llegar, mi conclusión:

Pensé que podría ser Dios e ignoré qué pasaría una vez que recobre mis cabales, yo no soy Dios, ni aquí, ni en la quebrada del ají. Puede irse la luz en el recinto, el generador no funciona a tiempo y la palmo. O que justo al darme de alta, me atropellan. Un terremoto y se derrumba el edificio... Infinitas posibilidades.

Y, hace... nada, una milésima de segundo, regresó fresco el recuerdo de cómo terminé en coma.

Mi destino está sellado.

— Kirk, te tomó darte cuenta de ello... —Estoy con los párpados apretados entre sí con el objeto de minimizar el dolor— Me alegro, es una pena que las cosas acaben así, no es tu culpa, sólo quiero que tengas clara esa cosa.

Abrí los ojos y allí se situó, frente a frente, Ulrich en su figura humana, tan cálido, adorable...

— Puedes irte tranquilo, todo ésto sólo fue una dura aventura, no tomaste decisiones ni buenas, ni malas.

— I-iba a acabar aquí, de todos modos —Asintió y tragué saliva con nerviosismo, pareciera que mis ojos se saldrán de sus cuentas de lo impactado que quedé con este descubrimiento.

— Hasta nunca, Kirk, diste lo mejor de ti y con eso te basta.

Me otorgó un acogedor beso en los labios y, similar a un agujero negro tragándose planetas enteros, mi sueño se desintegró.

Soy putrefacto.