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Lars acariciaba los pequeños rizos del moreno, frotaba la yema de sus dedos contra el cuero cabelludo. Podía sentir la tensión subir por toda la mano. Al menos ya no habían luces coloridas cegándolos. El ambiente continuaba grisáceo, a excepción de una luna exorbitantemente gigantesca, azulada, como si se congelara en medio de esta fría ventisca, tal fuente de luz brillaba de una manera preciosa. El de ojos de esmeralda la admiraba contento, el galope lento de los caballos relajaba su mente...
— ¿Todavía te arrepientes de cortarte el cabello, eh?
No hubo respuesta.
Kirk se regocijó de dolor, en posición fetal todavía, su pierna derecha tiritaba en un tic nervioso y con las manos cubría su entrepierna, como si le acabaran de patear ahí. Entonces, antes de que pudieran reaccionar siquiera, del cielo, ahora de un naranjo pastel, comenzaron a brotar miles y miles de piedras de considerable tamaño: ¿Meteoritos, lo que sea? El castaño apretó su mano como una manera de demostrarle que lo protegería. Lo envolvió, sin tocarlo demasiado, con su cuerpo, poniendo su espalda como escudo. Nuestro protagonista continuaba en su tormento, sollozando en silencio.
La "tempestad" incrementó su vigor con fuerza, entonces, el ser imaginario dejó escapar un largo suspiro. Plantó un beso en la mejilla del otro y optó por tomar el control de la situación, de un puñetazo botó al suelo al humanoide que manejaba la carroza y tomó asiento en dicho cargo, azotando con fuerza a los caballos con tal de que incrementaran la velocidad. Aquello empeoró el clima, la velocidad de impacto aumentó de un modo que casi les aplastan las piedras, cambió de dirección hacia la derecha. El camino se pavimentaba solo.
— Joder, hombre, por mi cuenta no puedo multiplicarme por dos e ir a consolarte —Rezongó en voz alta. No hubo respuesta.
Era obvio que esos cachos espaciales no caían porque sí y las palabras dulces no funcionaban, menos el sarcasmo. Dejó tirados a los equinos para que galoparan por donde les diera la gana mientras él se dirigió a la carroza dando saltitos. Agarró con violencia el rostro de Hammett, lo levantó para que quedaran a una altura similar y le gritó, salpicándole saliva de lo agresivo que era:
— ¡Fuera de aquí estás convulsionando y vomitando tus jodidos intestinos! —Lo sacudió varias veces— Acá estarás a salvo, si logras tranquilizarte, ¡nada de esta mierda te tocará si sólo respiras!
Unas lágrimas hicieron presencia.
— Si despiertas antes de que tu cuerpo sane —Suspiró—... créeme, dolerá mucho más.
Le tomó la mano e intentó llevárselo a que juntos domaran los corceles, nada. Pesaba como una tonelada y eso que Lars fue imaginado como un sujeto fornido de brazos, quizá la "mente maestra" se hacía de rogar —la verdad, es que sí, pero hagamos como que no sabemos—. Kirk parpadeó, atónito, ahora con su mirada posada en el cielo. El satélite natural desapareció, como si se hubiera reventado para arrojar esas piedras desde el cielo. Aquel anaranjado paisaje, aunque en la psicología indicara que debería traerle calma y confianza, le atraía todo lo contrario.
"Seguro amaneceré en la camilla de un hospital, conectado a varias máquinas, sin embargo..." Apretó los labios entre sí, en impotencia. "Si muero. ¡No! No puedo..." Llevó ambas manos hacia su cabeza, rasguñando el casco. "Este dolor, mierda, este jodido dolor... Es como si me quebraran todos los jodidos huesos, no, y que quemaran con ácido mis órganos, no los vitales, cada uno de ellos. ¿Qué tan cagado estoy en realidad? Es insuperable."
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Dopethrone (Metallica / Klars)
FanfictionKirk tiene un mal viaje y un ente creado por su propia mente le guiará hasta la salida.