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«No entendía porque era tan cerrada y porque su mirada estaba tan perdida, pero quería que fuese más feliz, quería conocerla más

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«No entendía porque era tan cerrada y porque su mirada estaba tan perdida, pero quería que fuese más feliz, quería conocerla más... Había algo en ella que me hacía querer saber más»

Mike Lauper

—Mike, no quiero ser una molestia.

Mike había bajado a Abby para empezar a caminar hacia su moto, la cual descansaba en un rincón tranquilo del inmenso estadio. Era una moto perfecta que a Mike le sentaba bastante bien. Con ese cuerpo atlético, ahora duchado tras el partido y con aquellos pantalones que Abby no podía dejar de mirar cierta zona bien definida de él aprovechando que el rubio estaba de espaldas, empezó a morderse el labio mientras él sacaba 2 cascos de su vehículo de 2 ruedas.

Y él rio por lo que acababa de decir Abby.

Jamás sería una molestia, ni siquiera en el comedor con ellos. Quiso decírselo, pero apenas la conocía.

Entonces, extendiendo su mano para que ella se la aceptase, Mike clavó sus ojos sobre los de ella.

La joven se quedó mirando hacia aquella mano, con aquellos largos dedos y, sin pensar en nada más, se acercó a él aceptándolo.

—Vamos, no eres ninguna molestia —respondió él y ambos, con Abby algo dudosa, caminaron hacia la moto aparcada bajo aquella farola, sin que Mike le retirase la mano de la suya.

—Mike, no querrás juntarte con alguien como yo —advirtió la joven y el hombre que tenía a escasos centímetros de ella, negó con la cabeza sin entender por qué hablaba de esa forma tan negativa.

—¿A qué viene eso? —dijo, frente a su moto preparándole el casco a la mujer que tenía delante y ella movió los hombros con tristeza.

No quería que él descubriese los secretos que ella tenía, sobre todo el secreto. Ese por el que todos se alejaban de ella en su pasado y ahora que nadie sabía nada de ella, no iba a jugársela cuando estaba bien sin que nadie se alejara de ella de aquella manera.

—Es mejor así. Hay cosas que no te gustarán de mi si un día las sabes...

Pero aquello a Mike le sintió como una patada en el estómago.

Ambos se observaron en ese aparcamiento, en medio de todo eso, en aquella noche mientras el reloj continuaba caminando y empezaba a dar las 11 pasadas de la noche y solamente desearon que ese día no acabase. Porque alejando las cosas que ella le decía a él, se sentía cómoda con ese hombre que era dos cabezas más grandes que ella. Era extraño, porque Abby apenas lo conocía de pocas veces en aquella semana. Pero había algo en la mirada de él que le trasmitía tranquilidad y confianza, pero no estaba segura de ello por su experiencia pasada.

Entonces, dejando de lado el casco, bajó su rostro al de ella, quedándose a escasos centímetros sus labios de los de la joven y murmuró;

—Nada de lo que me puedas decir me hará alejarme de ti —murmuró, sin dejar de mirarla hacia aquellos hermosos ojos de ella y continuó. —No sé quien demonios te ha hecho tanto daño o si es que te has acostumbrado a vivir una vida más solitaria por algún motivo en concreto —contestó, alargando su mano para colocarle un delicado mechón que se le había puesto frente a sus ojos a Abby.

Experimenta Conmigo [+18] | NUEVA VERSIÓN 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora