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CAELUM CORRÍA DESPAVORIDA AL QUE, anteriormente, había sido el refugio de su hija, al armario que la mantenía a salvo. Desde que se había casado, había convertido aquel dichoso mueble en la única vía de escape del dolor y del sufrimiento.
Los gritos furiosos de su marido se escuchaban y retumbaban por toda la mansión. El labio de la mujer temblaba al saber lo ebrio que iba el hombre, y el hecho de que no mediría su fuerza con ella al ser apenas consciente.
Caelum suspiró y echó el cerrojo al pequeño mueble, para después sentarse en una esquina, alejada de la puerta. Prestaba atención a los pasos de Pictor, quién subía las escaleras de manera brusca en busca de su mujer.
Su vestido largo negro se enredaba entre sus piernas aunque, gracias a Merlín, no traía puestos ni el cancán ni los zapatos. Con las mangas de la prenda secaba con cuidado sus lágrimas y ahogaba los sollozos para evitar que se escuchasen. Su pelo azabache estaba suelto y algo enredado por haber corrido tanto. El sudor cubría gran parte de su cuerpo, mas no sabía si se debía al esfuerzo físico o a la angustia y el miedo que sentía en aquel instante.
En aquel momento, Pictor Selwyn irrumpió en la habitación matrimonial. Caelum escuchó como caía una botella cerca del armario y como su marido se tambaleaba y apoyaba en la puerta, buscando sujeción.
- ¡Se que estás aquí! - gritó mientras hipaba.
El patriarca de la familia tiró al suelo el tocador de su esposa, destrozándolo por completo. El espejo se convirtió en pedazos diminutos y el joyero cayó, esparciendo perlas y collares por toda la habitación. Ya se preocuparía más tarde de lidiar con aquello.
La mujer sollozó, tapándose la boca con la mano para evitar que su marido diese con su presencia. Las piernas de Caelum temblaban, a pesar de que estaba sentada.
Su corazón amenazaba con salirse de su pecho al oír como otra botella se estampaba contra en armario en el que ella se encontraba. Las lágrimas comenzaron a descender de nuevo de los ojos de la mujer, empapando su cara y goteando en el suelo. El miedo que sentía aumentaba por segundos.
- ¡Abre o sufrirás las consecuencias! - espetó Pictor, pegándole una patada a la puerta y haciendo que Caelum brincase del susto.
Aquel armario estaba perfectamente asegurado tanto con candados muggles como con hechizos sofisticados que Caelum había estado buscando por años. Pictor era tan incompetente cuando bebía que no era capaz de usar su propia varita, o bien el alcohol nublaba su mente y olvidaba los conjuros o bien era demasiado torpe como para hacer el movimiento correcto. Por lo que, solamente con fuerza bruta, iba a ser incapaz de entrar en el armario gracias a los hechizos de protección.
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imperfect ⊰ sirius black, regulus black
Fanfiction( 𝘪𝘮𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵. . . ) guess what, I am not a robot 🌾 donde Hydra Selwyn, una chica con una vida complicada, se enamora del mujeriego Black o donde S...