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Jimin estaba sentado sobreel césped, en un parque bastantelejos de su departamento

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Jimin estaba sentado sobre
el césped, en un parque bastante
lejos de su departamento. Había
estado buscando a YoonGi por
una hora completa, y no lograba
encontrarlo. Se negaba a regresar
a casa sin él, pero ya se hacía
tarde. Estaba oscuro y podía no
saber cómo regresar entre la
oscuridad de la noche. Secó sus
lágrimas con los dorsos de sus
manos, y sollozo una última vez
antes de levantarse del césped, y
comenzar a caminar en dirección
a su departamento.

No quería llegar y finalmente dar
todo como final. No quería llegar
a su departamento, y ni encontrar
a su conejo. Y mucho menos, no
quería llegar a su departamento
y no encontrar a YoonGi allí.

Todo lo volvería más real.

Jimin ni siquiera se hacía
una idea de lo que provocó que
YoonGi saliese furioso del lugar.
¿Estaba demasiado incómodo
con Jungkook ahí? ¿Estaba celoso?
No sabía. Y quería saberlo. Pero
necesitaba encontrarlo.
Y a pesar de que no quería
hacerlo, el camino comenzaba a
hacerse conocido otra vez. Estaba
cerca de llegar a la parada de
autobús, donde siempre tomaba
un bus para llegar a su casa. Y
antes de llegar hasta allí, escuchó
sollozos cerca.

Su corazón se detuvo por un
instante. Ese definitivamente, era
su YoonGi.

Volteo en busca de una señal
del muchacho particularmente,
y retrocedió un par de pasos al
escuchar sollozos cercanos a
la última parada de autobuses
detrás de él. Corrió hasta esta, y
como lo esperaba, ahí, sentado
en las bancas, con su rostro en
sus manos, y sollozos luciendo
libres al gélido aire que había,
se encontraba un muchacho
de chaqueta larga negra, y
cabello pelinegro. No cualquier
muchacho, sino el suyo.

—¿YoonGi?!

El muchacho detuvo su llanto un
segundo, para observar a ambos
lados, antes de colisionar con el
correcto, y en él, los lagrimosos
ojos de Jimin. YoonGi, casi
automáticamente, se levantó
de la banca en la que estaba, y
corrió en dirección al él.

Jimin hizo lo mismo en su
dirección, para que después de
unos segundos, ambos acabarán
abrazados en medio de la calle,
compartiendo lágrimas.

Jimin estaba casi sobre
YoonGi, abrazándolo con
todas sus extremidades, algo
incómodo. Hasta que YoonGi
tomó la iniciativa por alzarlo
de los muslos, y que sus piernas
rodearan su cintura, efectuando
un abrazo todavía más fuerte.

—¿Por-por qué t-tú ¡Ah!

—¡E-eres ta-an i-idiota! ¡E-estaba
pre-preocupado! ¡¡Conejo t-tonto!!
-Dijo Jimin, tomando los
costados para verle con los ojos
lagrimosos.

A YoonGi se le encogió el
corazón al escuchar a Jimin
tan preocupado y triste. No quería
causarle ningún daño, pero la
situación lo llevó a efectuar
acciones tontas.

—Jimin y-yo lo s-siento, y-yo
sólo...

-Shh... —Dijo cerrando sus ojos
y posando sus frentes juntas-
Eres un idiota y tienes mucho
que explicar. —Jimin abrazó
su cuello con sus brazos, y dijo
en su oido— Pero promete que
nunca volverás a desesperarme,
preguntándome si me has
abandonado.

-Y-yo creí que ibas a dejarme por
Jungkook, Jiminie... —Sollozó
observándole abatido.

Jimin negó con la cabeza, y
beso sus labios.
Ese beso, tan sencillo y tan
ordinario, fue más especial que
cualquiera que hubiese dado.
Corto, precioso y puro. Ese beso,
selló una promesa que solo la
magia podía romper. No fue
literal, pero, habían estrellas
y destellos por todos lados.
Sus labios juntos causaban
algo realmente mágico que se
podía notar a distancia. Tanta
honestidad y sinceridad en ese
sencillo toque.

Sus labios se separaron, y sus
ojos se abrieron con lentitud.
Sus lágrimas ya no corrían, sin
embargo, la alegría brillaba en
cada estrella que el cielo nocturno
regalaba a visión.
Sus risas fueron instantáneas,
y sus frentes volvieron a estar
juntas.

-Yo nunca podría dejarte por
nadie más...

Los ojos de YoonGi se
iluminaron ante aquella
revelación, y sólo acudió a bajar a
Jimin, para posar sus manos
sobre sus mejillas, y elaborar un
beso más profundo.

Y ahí, bajo las estrellas, y
una luna brillante, donde la
soledad reinaba en la esquina
de una calle cualquiera, dos
almas completamente distintas
desnudaban sus más profundos
sentimientos, y lo entregaba sin
dudas.

Y también, desde un ángulo
invisible para esos dos, una
figura de cabellos blancos llevaba
consigo un reloj de arena, que
tenía tan solo pocos granos por
completar su otra mitad...

Y también, desde un ánguloinvisible para esos dos, unafigura de cabellos blancos llevabaconsigo un reloj de arena, quetenía tan solo pocos granos porcompletar su otra mitad

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Se nos acaba el Tiempo y Jimin aún...

🐰

Mañana nos leemos y nos despedimos.

Disfruten su noche

ᴄᴏɴᴇᴊɪᴛᴏ_ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora