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Cuando Jimin despertó por lamañana, todas sus extremidadesrodeaban el cuerpo contrario ensu cama

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Cuando Jimin despertó por la
mañana, todas sus extremidades
rodeaban el cuerpo contrario en
su cama. Podía oír las corrientes
del fuerte viento que soplaba por
la mañana en Seúl, y también
escuchaba atentamente los latidos
del corazón de YoonGi.
Abrió sus ojos poco a poco,
para finalmente encontrarse
con un aroma mañanero y
natural masculino, proveniente
del pelinegro, que aún yacía
tranquilamente dormido, y
respirando con tranquilidad.
Sus torsos estaban descubiertos,
sin embargo, estaban expuestos
solamente bajo las sábanas
blancas de la cama del
castaño. Comenzó a observarlo
atentamente, regodeándose
con cada centímetro de su
humanidad.

Con suavidad, sus propias manos
acariciaron el torso en exposición,
y pudo sentir un suspiro del
aún dormido muchacho. Sonrió
para si mismo, y con la punta
de sus dedos acarició lenta y
morbosamente su abdomen, hasta
llegar a las tiras del pantalón.
Nuevamente, escucho un suspiro
un nivel más... Potente.

Fascinado con las reacciones
de su conejo dormido, mordió
su labio, y al soltarlo, decidió
aventurarse un poco más arriba
de si, junto en la curvatura de
su cuello, y no pensó demasiado
cuando su miembro bucal salió
a la superficie de su cuello, y
lamió toda la extensión hasta la
mandíbula.

Y casi automáticamente,
Jimin, muy pronto, se
encontró contra el colchón de
su cama, y sus muñecas sujetas.
Jimin sólo pudo sonreír con
picardía. El rostro adormilado de
YoonGi, llevaba una expresión
entre frustración y excitación.

—¿Qué crees que haces?
El tono ronco de YoonGi,
provocó algunos pocos
estiramientos en la extensión
íntima de Jimin, quien,
más que ponerle atención a sus
necesidades sexuales, sólo se
encontraba absorto en la mirada
profunda y pícara que se le era
entregada.

—Te despertaba.

YoonGi alzó una ceja, y se
acercó al rostro de Jimin,
para mantener sus labios sobre su
oreja al momento en que volvió a
hablar.

—Deberíamos despertarnos
así más seguido, ¿No crees? -
Dejó un beso en su oído, y luego
suspiró, para besa el punto central
de su cuello, y verle otra vez a
los ojos, sólo para besar la frente
de Jimin y sobar sus narices
juntas- ¿Dormiste bien, bebé?

Jimin sintió sus mejillas
enrojecerse ante tal apodo.
Comúnmente, era YoonGi quien
actuaba como un bebé, y era
Jimin quien tendía a llamarlo
así precisamente. Pero ambos,
sobretodo YoonGi, parecían
poseer rasgos de identidad
bastante versátiles. Aunque,
a Jimin le fascinaban los
apodos amorosos. Inclusive si
es estos iban al extremo. Amaba
llamar a sus parejas por “bebé”
o “cariño”, pero amaba más,
cuando sus parejas lo llamaban
así. Pero jamás imaginó que de los
labios de YoonGi, la sensación
fuese más allá de solo un gusto.

—Lo hice. —Jimin sonrió,
librando sus muñecas, y posando
sus manos en los costados del
cuello de YoonGi— ¿Quieres
desayunar?

Pudo ver la bonita sonrisa
de YoonGi, antes de que se
acercarse y besase sus labios por
un par de eternos segundos, de
manera pura y casta.

-Yo haré algo. Puedes esperar
aquí. —Besó su mejilla, y se
levantó de la cama.

Jimin sonrió fascinado,
mientras veía a YoonGi salir
de la habitación para dirigirse
a la cocina. Hace una semana,
Jimin le había enseñado
a YoonGi a tostar pan. Los
tres primeros intentos fueron
totalmente fallidos y casi
mortales, pero el cuarto, uno
de cinco panes salieron sin
quemaduras graves. A YoonGi
le había fascinado la idea de
aprender cosas cotidianas de los
humanos.
Ahora, se sentía menos solo que
nun...

¡PAM!

Jimin se reincorporó sobre
la cama de inmediato. Había
escuchado artículos de cocina
caerse. Se rió interiormente.
YoonGi no dominaba la
“humanidad” al cien por ciento.
Se puso una camiseta y sus
pantuflas, para dirigirse a la
cocina.
Precisamente como lo esperaba,
habían artículos de cocina en el
piso, y...

Mierda.

-iYoonGi!

¿Qué hacía su chico en el piso?
No le interesó el dolor en sus
rodillas, ni nada que fuera con
ello. Su chico estaba de espaldas
en el piso, inconsciente. No sabía
cómo, pero sus labios y nariz
sangraban, y Lucía demacrado.
Jimin se extraño, pero no
pudo profundizarlo, cuando
sintió el grito de la desesperación
inundando su garganta.

Golpeó su rostro un par de
veces, pero YoonGi no parecía
despertar.

Jimin comenzó a llorar
de inmediato. Sus lágrimas y
sollozos se hacían presentes en
toda la habitación, y de pronto,
vinieron gritos de desesperación.
Comenzó a pensar en YoonGi
y la anciana. Comenzó a pensar
que estaría solo otra vez. Y que
no estaba dispuesto a dejar la
situación así. Volvió a gritar.

-¡YoonGi! ¡Despierta!
iYoonGi!!¡¡YoonGi!!

—¿Jimin?! i¿Q-Qué pasa?

Todo se quedó en silencio.
Parecido a una historia de terror,
Jimin tragó saliva, y suspiro
pesadamente. Su YoonGi le
estaba hablando, pero aún estaba
inconsciente. Entonces, fue que
volteó. Lento, y temeroso, terminó
por voltear completamente.

YoonGi estaba frente a él.
Lucía... Tal cual como había
salido de la cama. Estaba detrás
de él, observándolo con terror y
preocupación.

Jimin se desesperó, porque el
otro cuerpo continuaba en el piso,
ensangrentado, inconsciente... Y
no sabía quién era.

—Amor, mírame. Soy yo,
mantente...

—¡A-a-léjate!! ¡¡N-no me, no te
acerques!!

Jimin corrió rápidamente,
esquivando al YoonGi
consciente, y encerrándose en el
baño. Se metió en la ducha, y se
abrazó a sí mismo mientras todo
su cuerpo lloraba y temblaba.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Había alguien jugando tan cruelmente con su cabeza?

Escuchó los golpes de la puerta, y
Jimin volvió a asustarse.

-¡Jimin, por favor! ¡Soy yo,
cariño, soy yo! ¡YoonGi!

Jimin cerraba los ojos con
fuerza, y negaba con la cabeza.

-¡Te vi! ¡E-en el p-piso! ¡Estabas
ti-tirado ahí! ¡¡NO QUIERO MÁS
ESTO!! i¿Qué es lo que me estas
haciendo?!

Lloraba, sollozaba, gritaba. Y
detrás de la puerta, un YoonGi
confundido. Había ido al baño
para cocinar algo a Jimin,
cuando le escuchó gritar. Salió
de inmediato, y encontró a
Jimin llorando y gritándole
al piso. Entonces, fue que se
percató de sus dedos blancos
hasta su antebrazo. Jimin aún no había pedido su deseo más profundo y eso le estaba afectando al él. Pero, ¿cómo podía hacer que Jimin volviese a
quererle? ¿Y por qué estaba la
anciana jugando con su mente de
esa forma?.

Entonces, YoonGi tomó uno
de los utensilios de cocina. El
cuchillo cortó rápido en la piel
que se convertía en blanca,
expulsando sólo chispas de nada,
y entonces, le gritó.

—iiSHIN!!

—iiSHIN!!

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ᴄᴏɴᴇᴊɪᴛᴏ_ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora