🐰___19..Final.

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La nieve caía bajo las sombras sobre la ciudad de Seúl, mientras que la gente huía de los copos blancos que envolvían a la Ciudad

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La nieve caía bajo las sombras sobre la ciudad de Seúl, mientras que la gente huía de los copos blancos que envolvían a la Ciudad. Casi era navidad, y la alegría y festejo sobresalía en todos lados. Mucho era estrés y dolor en las manos por las bolsas repletas de obsequios, pero todos pensaríamos que, no hay mejor sensación, que a esa persona especial, le fascine tu obsequio.

Un abrigo negro caminante por
las calles, era el que un joven
Con la cabellera negrallevaba consigo. Gorra negra, abrigo, beige y manos escondidas bajo los bolsillos. Auriculares blancos, y una pequeña sonrisa que se adueñaba sus labios al
momento de ver las sonrisas de
los pequeños niños elaborando
muñecos de nieve y otras figuras
divertidas, comunes a la época.

Continuando su camino a su
destino, pilló una panadería.
El hombre trabajaba duro para que todas sus comidas, dulces y alimentos fueran deliciosas y luciesen llamativos, y sin embargo, al menos una persona
había dentro del lugar, y esta, solo
limpiaba el piso.

Entró, sin pensarlo demasiado, y
sonrió al hombre, que conformó una gran sonrisa sorpresiva al ver a un cliente entrar al lugar.
Estuvo observando toda la clase
de dulces y postres que el hombre
hacía, y no pudo sentirse tan
dichoso como cuando comenzó a
pensar en todo el esfuerzo de ese
hombre.

Y ahí, vio a su indicado.

Un pastel de cobertura
chocolatada, y algunas formas
específicas y bellas de este. Pequeñas cubiertas de crema, y eso fue suficiente para realizar la compra.
El hombre le atendió con gratitud
y total atención, por lo que abandonó el lugar sonriente, llamando la atención de otras personas para que fuesen a la
tienda, debido al exquisito aroma
que expulsaba el alimento.
Hace un par de meses, quizás, no
habría valorado la importancia
del trabajo, o a la alegría que los niños expulsaba cuando veían la nieve caer. Su vida había cambiado demasiado, y todo había sido demasiado rápido. Y a
pesar de todos los malos ratos, no
se arrepentía de nada. A pesar de
todo, su corazón aún podía latir
con normalidad y tranquilidad.

Entró en calor cuando su hogar ya
había cubierto todo su cuerpo otra
vez.

Caminó con cuidado por las
escaleras, arrepintiéndose de
no haber tomado el ascensor.
Aunque, prefería caminar, a correr el riesgo de que ese niño que jugaba con un balón dentro del ascensor, botase su pastel.
Cuando llegó al último escalón
que daba a su piso, soltó un suspiro, y sin embargo, no se dio tiempo para descansar. Sus piernas dolían, y sus brazos, ciertamente, igual. Camino
topándose con la anciana que
vivía frente a él, decorando su
puerta con una bonita campana.

—Hola, muchacho. —Habló la de
cabellos blancos, sonriéndole.

— Feliz navidad, señora Im. —Dijo,
sonriendo con amabilidad.

Con cuidado, sacó la llave de la puerta y con todavía más cuidado, insertó esta en la cerradura, así abriendo la puerta lentamente.
Entró al departamento, cerrando
la puerta con su espalda, debido a sus manos ocupadas, y finalmente pudo suspirar, y sentir el calor de su hogar, que le permitía poder quitarse su abrigo, por fin.

ᴄᴏɴᴇᴊɪᴛᴏ_ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora