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Taehyung recorrió su figura reflejada en el espejo. Lucia cansado, con los ojos apagados en un desgasto ya frecuente. Aquellas ojeras creadas bajo el gris de sus ojos confesaban el desvelo de muchas noches. Trágicas noches. Dejó escapar un suspiro en lo que llevaba el corrector para disipar la profundidad que lo hacía lucir enfermo; deslizaba la crema con cuidado el momento en que escuchó una risita alzada en mofa detrás de su oreja. Dos brazos fuertes lo apresaron contra un pecho. El calor de su espalda se expandió por su cuerpo y, como si el instinto lo atacara, sintió un fuerte anhelo de almacenar el calor para siempre en su composición. Dos manos masculinas recorrieron su vientre hasta quedar en su cintura. En su hombro descubierto un beso fue depositado.

─ Por qué te pones maquillaje? ─ preguntó el novio de Taehyung, Hoseok, reposando su barbilla en el hombro del joven.

─ Porque... ─ dejó la respuesta en vela puesto que no sabía bien que responderle, se estaba maquillando para no verse como un zombie, pero muy dentro de sí, entendía que existía otro motivo ─ No sé, quiero verme bien en mí primer día.

─ Pero si tú siempre luces bien.

Una sonrisa le fue reprimida dada a la tensión en su rostro.

─ Estás ojeras dicen lo contrario.

─ No debiste amanecerte anoche, ni antenoche, ni anteantenoche...

Con un leve movimiento en su hombro le insinuó a su novio que se alejara.

─ Si, debía ─ discrepo con severidad deteniendo sus ojos apagados sobre la figura de su novio. Hoseok sufrió un declive que destendió los ánimos del mismo Taehyung. Él bajó la mirada mostrándose vulnerable frente al espejo, quizás había sido muy duro al responder, pero Hoseok sabía que ese terreno era frágil.

─ Encontraste algo?

Taehyung respondió con un silencioso movimiento de cabeza. La negación le dolió más que el vivido recuerdo. Se sintió un inútil en ese preciso instante dónde solo dio vueltas sin obtener respuesta alguna.

─ Siempre lo mismo ─ añadió con un tono amargo ─ Estoy condenado a vivir la muerte de mí familia y no saber quién es el culpable. Por eso necesito verme bien.

Reanudó su maquillaje, encendido por una molestia. Si, quería verse bien porque hace meses encontró una información importante que podía guiarlo en cerrar una puerta roja en su vida.

─ Ten cuidado en ese hotel, Taehyung, quizás encuentres lo que buscas, pero bajo algún costo. ─ El joven volvió a detener sus ojos sobre su novio en una regañada que el no esperó, por tanto tuvo que justificarse ─ es un hotel para ricos,  Taehyung. Aquí no hay millonarios a menos que sean de familias antiguas, y sabes bien lo que hacían. ¿Y tu contrato? ¿Qué me dices de él?

─ Es una mierda

─ ¿Y aún así quieres arriesgarte?

El disgusto le supo mal. Otro sermón matutino que no deseaba, mucho menos ese primer día de trabajo

─ Por favor, no me empieces con discursos sobre lo correcto y lo que me conviene. Un monstruo mató a mí mamá, mí papá y hermano, se los comieron y dejo una maldita nota como burla.

Sintió que el calor lo invadió en una muestra del resentimiento que almacenaba durante años. Su novio captó la furia que subía sobre el chico, intentó calmarlo, no discutir más. Después de todo mucho no podía hacer, él estaba ensimismado y, siendo el chico testarudo de siempre, no lo haría cambiar de opinión.

─ Bien, haz lo que quieras pero que no sea imprudente ─ le advirtió, volviendo a la cama

Taehyung asintió recordando.

Hace dos años regresó a su casa en el tranquilo barrio Daegu. Volvía de la academía de fotografía como todas las tardes del viernes. Iba a encontrarse con sus padres, a darles la buena noticia. Por fin podría tener la oportunidad de que sus fotografías sean expuestas en un museo, el mejor del país. Llego a su casa chocando con el gris del interior, las paredes oscuras que presagiaban ser testigos de lo que pronto descubriría. Después dar con lúgubre interior un olor asqueante chocando con sus sentido del olfato: olía como a las sopas de carne que su madre prepara pero más concentrado. Tuvo que cubrirse la nariz, el olor le trajo un malestar en el estómago como el de un nudo nauseabundo. Su cuerpo se contrajo como autodefensa al miedo que le deparó en su solitario hogar al llamar a su madre y no obtener respuesta. Extrañado del olor y el humo que nacía de la cocina, Taehyung avanzó. Allí vio a su madre y a su padre, sentados en la mesa, sin ojos y sin brazos, muertos, una cascada seca de sangre se apegó al pecho de ambos gracias a un limpio corte en la garganta. Allí dio con el recio olor, luego con la olla sobre la cocina encendida, el burbujeo del agua y los brazos de sus padres cocinándose. Horrorizado llamó a su hermano menor, sin dar con una respuesta. Corrió al cuarto del chico a tropiezos desesperados que solo tardaron la decepción que tendría.

Su hermano no estaba, solo había una nota:

« Ojalá nunca hubiese llegado el viernes, estaba demasiado confiado. De nada ha servido investigar para saciar mí deseo repulsivo por matar, quizás debí haber observado mejor a Namjoon y preguntárselo a él.

Pero fui imprudente, actúe sin pensar en las consecuencias. Si no le hubiese enterrado el cuchillo en la espalda la realidad sería diferente.

Será mí nota final, mí patética despedida porque no logré lo que quería, sino que solo quedó en un "lo intente".

Adiós vida y hola ácidos gástricos o sea lo que sea que los humanos tengan.

Ah, y estás perdonado Seokjin por devorarme y bla bla bla...más despedidas de humanos »

Nada lo preparó para ver tan horrible momento. Jamás creyó que le pasaría eso a él, ni a su hermano, ni a sus padres. Sin embargo lo realmente impensado de todo esto fue saber que en vez de acongojarse hasta las lágrimas un deseo vengativo se alojó en su pecho, uno que permanecerá allí hasta encontrar al mounstro que le quitó a su familia.

Llevaba el nombre grabado, marcado sobre su vida como un tatuaje, recordatorio diario de la única persona sospechosa.

Ciertamente, la convicción de Taehyung lo llevó a dar con el hotel y obtener un gran trabajo allí, y para dicha suya, también encontraría al ser ideal que lo ayudará en su búsqueda. A una semana de su trabajo, la puerta 302 lo llamó como un canto de seducción. Se perdió en la inconciencia atraída por el misterio. Obtendría información sobre el paradero de Seokjin siempre y cuando liberará a la guerra de su jaula










si hay alguna falta de ortografía avisenme ♡

JEON JUNGKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora