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Taehyung se encontraba en su pequeño cuarto nuevo consumido por la rabia. El asesino de su familia siempre fue su vecino, y eso no era lo peor, probablemente seguía cometiendo tan aberrantes actos con otros. Su sentido moral, la anhelada venganza, al pesar del trauma... Kim Taehyung no lo permitiría.

Tomó su laptop y buscó a su expareja en internet para ponerlo al tanto de lo que haría, para contraponerse a las palabras que Hoseok le había dicho sobre el peligro, le dijo que obtendría dónde encontrar al asesino.

Hoseok le preguntó cómo estaba, donde estaba e intentó convencerlo una vez más de no liberar a Jungkook. Después de su último ruego Taehyung cerró el chat para corroborar la información que el cautivo ser del otro mundo le dio. Para su sorpresa, encontró una gran cantidad de imágenes de su persona, muchas fotos que lo asquearon.

@Seokjin_1992 así se hacía llamar en las redes sociales en las que seguidores pajilleros lo llenaban de halagos.

Taehyung tuvo que contenerse a comentarle y delatarlo. No, él quería al asesino de su familia para sí mismo. Y esperaría, así como lo hizo durante mucho tiempo.

Pasaron tres días desde que Taehyung abrió la puerta de la celda. Un viernes, estaba de regreso para quitarle las cadenas.

Entró a la habitación 302, esta vez sin encender la linterna de su celular. Esperó a que sus ojos se acostumbrasen a la oscuridad y caminó hacia la celda.

─ Taehyung Kim, creí que no regresarías.

Para sorpresa del joven, la puerta de la celda se encontraba junta, tal cual como él la había dejado. Se preguntó si, en esos tres días nadie había entrado a la oscura habitación 302, a lo que Jungkook respondió que no. Consumido por el atrevimiento del ser al leer su pensamiento, Taehyung dudó la entrada en la celda.

─ Es tiempo ya, Taehyung, libérame.

Taehyung tembló. Se encontraba demasiado nervioso para dar el primer paso. Por su cabeza se cruzaban millares de cosas negativas que podrían afectarle y entre todas ellas, la imagen de su novio se inmiscuía para advertirle que huyera.  No obstante la escena morbosa de su familia muerta se alzaba entre todo el miedo, por eso, pese a temblar de pavor decidió entrar a la celda.

Su respiración pidiendo ser controlada fue lo único que hoyó, luego su paso, después un rechinido y de nuevo nada. Taehyung creyó que estaba en un agujero negro, en un seño, flotando.
Buscó en su delantal el celular y prendió la linterna. Jungkook gritó horrorizado y se remeció provocando que todas sus cadenas sonarán. Taehyung tuvo que callarlo, como las veces anteriores, y esta vez, lo hizo abrazando a la figura colgada cual saco de boxeo.

─ Perdón, tengo que hacerlo, perdón ─ le dijo en modo de explicación.

Jungkook inspiró el frenesí que se le presentaba. El aroma humano de Taehyung hacía siglos que no lo olía. Recordó su mundo, su hogar, recordó a qué olía la sangre y pensó en sus cadenas oxidadas. Recordó también como se sentía el tacto, el palpitar histérico de un corazón, el calor. Se calmó, no porque Taehyung se lo pidiera, sino por la sensación que él le entregaba. Así se mantuvo, quieto, muerto en vida, colgado hasta que el joven buscador de venganza forzó la cerradura de las cinco cadenas que lo ataban. El peso de las cadenas resbaló por su cuerpo y luego cayó él al suelo. Casi era libre.

─ ¿Y? ¿Dónde puedo hallarlo?

─ El sábado siempre se reúne en un bar llamado Burn It. A las 9:00 lo encontrarás ahí

Taehyung sonrió con incredulidad. Estaba cerca de obtener su venganza. A solo días.

─ Voy a liberarte. Te quitaré la sábana, veré tu rostro, te miraré a los ojos y me dirás como puedo matarlo.

─ Es correcto.

Taehyung exhaló el aire de sus pulmones preparándose para ver la figura detrás de la sábana manchada. Buscó los nudos apretados, polvorientos, secos con el pasar de los años. Se le complicó más de lo pensado desatarlo por evidentes razones, como la ansiedad que no le permitía mover sus dedos correctamente, como la furia de esos nudos, como el olor a muerte que comenzó a emanar. Taehyung no evitó preguntase si Jungkook era un cadáver que había vuelto a la vida.

─ No estoy lejos de serlo. ─ respondió él a sus pensamientos.

El chico siguió desatando a Jungkook, hasta que ya no hubo sábanas, no hubo nada que cubriera a aquel misterioso ser.

Jungkook yacía en el suelo, libre de cadenas, libre de sábanas. Jadeaba de la exitación por el momento.

Entre las penumbras, Taehyung logro divisarlo; delgado, de extremidades largas, cabello largo, rostro fino. Parecía un ser celestial, un ángel cautivo. Era hermoso.

Volviendo a sus cabales, buscó los ojos lechosos del ser. Necesitaba obtener la última información.

─ Necesito saber cómo matar a Seokjin.

─ Para matarlo solo deberás dispararle. Vuélale la cabeza, quémalo, de ser necesario, haz que se consuma o buscará un nuevo cuerpo y volverá.

─ Solo eso?

─  Solo eso, Taehyung.

El sábado a las 9:32, Taehyung Kim cobro su anhelada venganza.

O eso es lo que creía haber hecho.

si hay alguna falta de ortografía avísenme ♡

JEON JUNGKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora