JEON JUNGKOOK

final

Hace mucho tiempo, un niño con cabello de fuego se volvió heredero de una fortuna incalculable. Entre las magníficas colecciones encontradas a los largo del mundo y más allá, halló a Jungkook y lo unió a su colección de rarezas. Sin embargo, Jungkook era tan o más poderoso que él, así que lo mantuvo cautivo, enredado, encadenado y a oscuras, en un sitio donde la cordura del ser se marchara. Cada año como una irónica celebración de aniversario por su captura, el dueño del hotel contrataba a una persona que alimentara las retorcidas ideas de su ser favorito.
Cientos de personas recorrieron los pasillo, visitaron 65 habitaciones y fueron inquietados por la habitación 302.

Aquel año le tocó a Kim Taehyung.

La metodología de Jungkook era simple. En efecto él permanecía en cautiverio y su alimento llegaba. Cuando la puerta se abría y el cuarto quedaba a oscuras, él hablaba pretendiendo cumplir los anhelos. Bastaban simples palabras para tenerlos interesados. Luego se presentaba, decía su nombre y cuando la persona lo decía tres veces, Jungkook se liberaba.

Su liberación no iba más allá del cuarto, su liberación no podía afectar a nadie, solo a la persona que pronunciaba tres veces su nombre. Kim Taehyung lo había hecho en la oscura habitación, cuando ilusamente creyó que estaba abriendo la cerradura de la puerta.

Cuando la liberación de Jungkook contra Taehyung llegó, le hizo creer e imaginar que su mayor anhelo se cumplía. Él, Kim Taehyung, el que buscaba matar por venganza, jamás salió de la oscura habitación. Terminó como su familia, como un crudo alimento para Jungkook, pero lo hizo creyendo que por fin trajo justicia para su familia.

Dos semanas desde la liberación de Jungkook y la muerte de Taehyung, en el gran hotel se vio la revuelta de un joven en busca de su amado. Era Hoseok, el exnovio de Taehyung, quién al no saber nada de él decidió ir a la fuerza a la habitación 302.

Hoseok forzó la entrada, pero no pudo entrar. El olor a podredumbre lo hizo vomitar en el rojo pasillo.

Se limpio la bilis de las comisuras y entró aferrado a su linterna a la habitación descubriendo así donde estaba su amado Taehyung. Ya casi era huesos y cabello en un charco seco de sangre. Su ropa estaba repartida alrededor de una figura encorvada en el centro de la habitación. Le daba la espalda, lo veía con ojos lechosos por encima de su huesudo hombro.

─ Hoseok, el viejo novio de Kim Taehyung ─ dijo la voz rasposa de Jungkook

Negándose a creer que esos restos de cuerpo pertenecían al amor de su vida, Hoseok retrocedió palpando la pared en busca de la puerta.

─ Si, Hoseok, el es Taehyung. Tuvo el mismo destino infame que su familia. No quería, pero...lo necesitaba

─ ¡No! ¡Mientes! ¡Eres un monstruo!

─ No me culpes, era él o yo.

Hoseok creyó que volvería a vomitar. Se echó a gritar, a patalear, buscó la puerta, recorrió las paredes, lloró a gritos.

─ Es una lástima que entre él y tú las cosas terminaran como lo hicieron: mal. Me arrepiento, de verdad, pero este es mí trabajo. Soy conflictivo, soy la disputa, soy el debate, soy la ironía, soy la muerte, soy el hambre, el morbo y la crueldad. Tengo muchos nombres, me llaman de muchas formas, pero yo prefiero llamarme guerra. Y me encanta el caos.

─ Taehyung... ─ balbuceaba Hoseok, ya desistiendo a la búsqueda de la salida ─. Mí Taehyung...

─ Si te sirve de consuelo, Hoseok exnovio de Taehyung, él no siento nada

Las últimas palabras provocaron que Hoseok estallara en cólera. Se compuso de odio y venganza, sintiendo lo mismo que Taehyung y corrió para dar caza a Jungkook. Lo quería matar, quería escuchar sus gritos pidiendo clemencia y despedazarlo escuchando todavía más gritos. Pero la fortuna sonreía una vez más a Jungkook.

La puerta de la habitación 302 se abrió con fuerza y enseño la silueta menuda de Namjoon, el dueño del hotel. A su lado, la silueta alta de un hombre armado.

Hoseok ya sabía lo suficiente. Además había hecho demasiados estragos en el hotel. Buscó una señal para que el hombre armado disparará contra Hoseok.

─ Felicidades, Jungkook ─. Habló Namjoon ─. Ya tienes a otro humano para alimentarte.

Y, sin decir otra palabra, la puerta 302 se cerró.

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