Tiempos de Guerra

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Nos mandan a llamar por separado, ambos les relatamos todo desde que salimos de África, les contamos lo que ocurrió en el barco y nos pidieron que les dijéramos las características personas que salieron heridas en esa embarcación cuando les relatamos como eran y que se notaban personas de buenas familias, vimos un movimiento grandísimo y de repente llamaron a un General de la división de la compañía que se encontraba allí, nos volvieron a juntar y tuvimos que relatar todo de nuevo, cuando llegamos al barco y dimos la descripción del barco, del capitán y de algunos marinos, el director del hospital nos pidió con premura que contara lo que paso y describiera a las personas que ayudamos, cuando les dijimos como eran, lo que les paso y lo que hicimos para ayudarlos, se le humedecieron los ojos y nos dio las gracias, también nos pidió que le diéramos la descripción correcta y la dirección del hospedaje en el que se quedaron, yo se lo di y le dije que eso fue hace tan solo dos días, nos preguntó que a dónde íbamos yo le dije que ha Londres pues mi mujer está embarazada y necesitamos llegar lo antes posible, le vi la preocupación en el rostro y me pidió hablar con migo a solas.

Candy salió muy preocupada y le pregunto al general si le podía ayudar a la pareja antes de irse, le dijo gracias por pensar en ellos, pronto estarán aquí con nosotros, ella con lo arrebatada que es, corrió a darle las gracias, tomándole la mano, no hay de que señorita, más bien gracias a ustedes por salvarles la vida, pues ella es mi hija y su esposo es un conde de mucha influencia en Italia, pero por el momento es mejor que estén con migo yo los cuidare al igual que hare con ustedes, agradecimos y yo me sentí un poco más tranquilo, mi familia estaba a salvo por el momento, nos dieron unas prendas que consistían en un par de pantalones, una camisa, botas y una pistola para defender y a Candy una falda con elástico, una camisa, y una bata de enfermera, me dijeron que ella apoyara y que yo sería su ayudante, para tenerla siempre cerca y protegerla.

Nos permitieron descansar por un día y luego nos incorporamos a trabajar, yo le ayudaba a Candy lo más posible así evitaba que ella se cansara mucho, durante ese tiempo vimos muchas amputaciones, incluso teníamos que ayudar muchas veces en ellas, utilizaban serruchos, miraba a muchos muchachos que se dirigían a su casa sin una extremidad o ciegos por un tal gas mostaza, aparte de eso hay muchas enfermedades producto de la mala alimentación, pues las provisiones nunca llegan a tiempo y comienzan a escasear, por suerte Candy y yo sabemos hacernos de nuestra propia comida, cazamos animales o en ocasiones, vamos a un rio cercano del campamento a pescar, lavar la ropa y bañarnos. Nuestra vida sexual sigue activa aprovechábamos cualquier oportunidad para amarnos, nada más que es rápido, ya sea pegados en una pared o en el pasto, como compartimos sleeping bag para dormir lo hacemos allí, solo levantando su ropa, introduciendo mi miembro y haciendo movimientos despacio para que no lo noten mucho, solo le puedo tocar sus delicioso pechos, creo que es una de las cosas que más añoro, la privacidad, odio la guerra nos quita la libertad y de paso mutila el alma de las personas, me logro quedar dormido pero mi sueño es sensible y mi mente no deja de estar trabajando, pues no se sabe que pasara, a pesar que es un hospital ambulante de la cruz roja.

Al día siguiente miramos que ya estaban las personas que ayudaron, cuando nos vieron corrieron a nosotros a agradecernos por todo él se llama Geovany Faussiny y ella Isabella de Faussiny, de allí empieza una bella amistad, de repente nos piden colocar en carretas a los heridos y enfermos para movilizarnos pues un regimiento de la triple alianza se encuentra a cinco días y nos debemos alejar lo más pronto posible, pues al parecer no respetan la vida de nadie, ni mujeres, ni niños, ancianos, nadie. Y a las mujeres y niñas las violan antes de matarlas, además robaban sus cosas y quemaban las casas pues perdieron ya su alma y se volvieron seres sin vida, personas déspotas, tiranas.

Y así es la guerra y por desgracia a nosotros nos ha tocada estar en ella, solo rezo para que Dios nos proteja y esta matanza se detenga lo más pronto posible.

En Londres un preocupado Jorge le perdía la pista a sus hijos y solo supo que bajaron del tren en el que iban antes que estallara.

Ahora debían de volver a buscar sus pasos y rogar por sus vidas.

En América un necio Stear está pensando en embarcarse se va rumbo a Londres según el como piloto de guerra. Pero no sabe la sorpresa que se encontrara.

Continuara.....................................

Escapando a ÁfricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora