El sexo

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Y en aquel momento , sudó temor , lujuria y vanidad.

-¡Por fín! -Se decía constantemente en la cabeza.

Y con toda razón, puesto que llevaba tres meses deseando tocar esa piel rosada como las rosas que crecían cerca de las avellanas de su madre. Por fín sentía a Lilliana sudar, gemir, y le encantaba, la fascinaba y la desquiciaba, y al momento que sintió su sexo cada vez más perverso, humedo y "necesitado" de más "amor" le dió una bofetada, y terminó de sentir el orgasmo anhelado por tres meses seguidos. Bofetada cabe destacar, propiamente dada como se la aplicaba su padre por cualquier cosa, como se la aplicaba su padrastro cuando la violaba cada mañana antes de ir a la escuela teniendo apenas unos trece años.

Esta es la triste historia de Natasja V. koprivova, descendencia rusa, adoptada por padres campesinos mexicanos, los cuales, solo su madre "se ganó su respeto" como ella misma dice, aunque no fueron pocas veces las que intentó matarla.

*Ring Ring* , suena el celular de Natasja.

-Natasja, ¿cuándo piensas venir? , bueno, ya yo estoy creyendo lo que me dice tu padre, no vas a servir para nada, con esas salidas tuyas en la noche. -

Natasja baja la cabeza, ya esta harta, y no como tantas veces que se ha sentido exhausta , esta vez suda leche y rabia de los poros, se siente más libre que nunca y no quiere, no esta dispuesta a negociar su libertad bajo etereotipos de "niña buena" y menos despues de mostrarle su ahora bien temida "bondad" a Lilliana.

Koprivova salió a la mañana siguiente a trabajar, un módico bar en las afueras de su pueblo, una miseria de sueldo, pero según ella, "la paz es lo que importa. Llegaron las 9:20PM hora de salida y Natasja servía la última copa cuando un señor de corbatín se le acerca, la mira, y le dice cierta frase en un idioma "bizarro".

Jejeje, qué demonios fué eso amigo? -susurra la joven con una gran sonrisa.

Te gusta el sexo? -le pregunta el señor con una mirada triste y vacía.

Me gusta follar, mejor dicho, eso del sexo es para personas finas y de alta clase -susitó la joven.

Si te gusta, es porque todavía estas bien lejos de conocer el sistema oculto , pues como verás, ahora te llenas, y disfrutas cada orgasmo aparentemente diferente, pero cuando ya hayas probado bastante te darás cuenta de que cada uno es exactamente igual al anterior, hasta que en vez de placeres irás calandote, algo te punzará el pecho, no es soledad ni necesidad de amor, es el camino al sistema. -termindo de hablar, el viejo tomo un sorbo de su trago. -Es un sistema muy complicado, va amarrado de la espiritualidad , sabes, es un sistema que te da vida. -puntualizó el canudo.

Oh si, aquí vienen muchos así como usted. -Dijo Natasja con una gran sonrisa- viejos canudos que se arrepienten de sus pecados porque ya estan solos y amargados.

Natasja algo desilucionada se da vuelta al bar, coge su abrigo marrón, su bolso y sale de la cantina por la pequeña puertecita de madera vieja.

No te hablo de dios, ni del diablo, nunca he creido en esa gente. -musitó el envejeciente.

Amén hermano, entonces consuma menos verde y trabaje más, jaja. -dijo la joven al momento que limpiaba las copas del estante.

¿Ahora me vas a dar consejos tú sobre la marihuana?- dijo el señor.

Ah pues el vejestorio este sabe de drogas, ya sabía yo que usted era un drogadicto, solo que no acostumbro a abordar a las personas rápidamente, y menos en mi trabajo .-Dijo Natasja volteándose rápidamente a estrujar sus copas.

Consumí en mi juventud, hice tantas cosas.- susurró nostálgicamente.

Esas son las consecuencias de las drogas , mírese todo viejo, arrugado, pobre ... -habló la joven de manera despectiva.

La mirada del señor se calló al suelo, daba a entender que le costaba mucho etar vivo, siquiera estar respirando.

Adios joven hermosa, fue un placer la charla.-Dijo el señor sarcásticamente.

Natasja contempló como esa silueta esquelética se retiraba del lugar, con un caminar ebrio y lascivo, podría jurar que no tenía familia ni hijos, se pudiese imaginar que sufría de cáncer o alguna enfermedad por el olor impregnado en el bar.

Natasja caminaba por las calles de camino a su casa. 11:00PM, se sintió por primera vez en su vida con una careta. Recordó sus palabras a aquel hombre envejeciente aún siendo adicta a la marihuana, palabras pronunciadas como un monólogo, intentó recordar cuántas veces ella habrá dicho lo mismo, y le llegaron a la cabeza multitudes de ocaciones.

Llegó a la conclusión que indiscutiblemente tenía una careta, una doble moral, pocos minutos lo pensó, luego recordó a Lilliana y se arregló la parte superior de la camisa, de nuevo sonreía, nada importaba solo "sentirse genial".

El sistema OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora