SHUT UP, LANCE [Klance ¿?]

El misterio del post-it y el regalo perdido

Hola, MarianaCanela263, te estarás preguntando quién demonios soy y, realmente, si recibiera este tipo de cartas, yo también lo haría. Sin embargo, no soy ningún desconocido para ti, ni mucho menos; pero, de todas formas, me presentaré. Soy Keith Kogane, paladín rojo de los guardianes de la galaxia llamados Voltron.

Ahora sí me reconoces, ¿eh?

Estoy aquí, en nombre de Lance y mío, para presentarte el regalo que, con tanto... amor y dedicación... hemos hecho para ti.

¡Disfruta!

Era un día no tan cualquiera de una calurosa tarde de julio. Las plantas se marchitaban bajo la abrasadora insistencia del sol, los pájaros se freían en las ramas de los árboles, y los niños lloraban frustrados porque sus helados se derretían antes de que sus lenguas tuvieran oportunidad de probarlos.

Fueron aquellos berridos los que despertaron a Lance de su siesta reparadora, con los ojos inyectados en sangre porque el calor no lo había dejado dormir por la noche y Keith acaparaba todo el alcance del ventilador.

Arrastró los pies hasta la cocina, directo hacia el frigorífico para llevarse algo fresco a la boca, pero solo encontró un pavo.

- Anda, con que aquí estaba...- murmuró casi sin fuerzas, arrastrando la lengua.

Cerró el frigo y bebió un vaso de agua del grifo, tan caliente que podría haber sido sacada de alguna terma, frunció el ceño y se dejó llevar hacia el salón, sin esperanzas de encontrar señales de vida. Para su sorpresa, Keith todavía sobrevivía a la ola de calor.

- Ey...- saludó, rendido, y se dejó caer en el sofá, frente al ventilador.

Keith, por su parte, hacía rato que se había hecho uno con el sillón de cuero y se hallaba con los ojos entrecerrados mientras disfrutaba del aire templado que soltaba el viejo aparato que les había roba-... cogido prestado a sus padres.

- Ey... -musitó sin fuerzas, intentando despegarse por enésima vez, creando un sonido como el de la cinta aislante-. ¿Hay algo en la nevera? No quiero levantarme para nada.

- ¿Recuerdas el pavo que desapareció por Navidad?

- ¿El que me acusaste de haberme comido?

- Ese.

- Sí, me acuerdo. ¿Apareció?

- Es lo único que queda.

- Te tiraría un cojín y te diría: "Te lo dije"... Pero no tengo fuerzas ni para insultarte.
Lance alzó las cejas y le lanzó una mirada cansada, casi irónica, pero su expresión cambió a un gesto interrogante cuando sus ojos se toparon con la frente de Keith.

- ¿Qué es eso?

-c¿El qué? -Keith le miró, con una ceja arqueada.

- Tienes un post-it en la cabeza.