Capítulo 3: una gran tormenta.

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ADVERTENCIA: Este capitulo es mayoritariamente contenido adulto, así que pido por favor que sólo lo estén leyendo mayores para evitar problemas que se puedan presentar. 

No olviden dejar su apoyo al capitulo para saber si desean que se continúe este fanfic. Igualmente les digo que al final del capitulo se viene un anuncio.









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— Baekie... —murmura Hun, teniendo el rostro sudoroso y algo de saliva corriendo de la comisura de sus labios. En sus ojos no hay esa humanidad de hace unos instantes, inclusive su pupila se ha convertido en una totalmente felina. Poco a poco una sonrisa llena de perversidad se va tatuando en sus labios.


— ¿Qu-qué nos pasa? —pregunta atemorizado Chan. El bóxer que se le ha prestado ahora se encuentra algo húmedo en la parte frontal, sus colmillos están un poco asomados y sus ojos ya no son tan amables, son los de una bestia saboreando su presa. — Baekie. Hueles muy bien, ¿Por qué hueles tan rico? —continúa, dando unos cuantos pasos más en dirección al más bajo de los tres. 



A pesar de aquel rojizo de las mejillas, hay terror en el mirar del más bajo aún muy remarcado. Divaga si el latir frenético de su corazón es a causa de su gran aumento de deseo carnal, o el hecho de estar a merced de esos dos sujetos delante de él que han salido totalmente de sí. A deducir, a cabeza fría, podría este ser el primer celo que experimentan en su forma humana, y por ello, un arma peligrosa. Ellos comienzan a desprender hormonas igualmente, tentados por las suyas.

El aire se vuelve más pesado, mucho más, tanto como para hacerle más laborioso el acto de simplemente respirar y hacer su cuerpo poco a poco rendirse en sumisión sobre el frío suelo. Ya nada de su cuerpo quiere buscar sus medicamentos, desea huir de alguna manera, y al mismo tiempo dejarse devorar. Hay una lucha clara en sus adentros: no lo dejarán quedarse, y tampoco lo dejarán irse. 

Sehun se aproxima con lentitud a él, hasta posicionar su rostro tan cerca de su cuello que Baek busca cubrirse la nuca con una mano a pesar de que la misma está protegida por el suelo bajo su cuerpo. El primero de ellos inhala el dulce aroma como si una fragancia nueva, aspirando profundo para luego ir soltando aire poco a poco. Chanyeol amenaza zonas más cercanas, tomando una de sus piernas para oler con la misma intensidad el muslo; en sus pulmones no sólo queda ese exquisito aroma del celo, sino, una clara fragancia sexual, más intima y ello le lleva a perder mucho más los estribos. 


— Yeolie... —murmura jadeante. Sus deseos por abrir más las piernas para él son más grandes que el impulso de cerrarlas. Estas cosquillean de forma placentera, quieren dejar el cuerpo consumirse por lo que sea que se venga. 

Este gran humano-can levanta una de sus orejas de entre sus ondulados cabellos, un impulso canino que le dicta que debe escuchar a su 'amo'. Le mira, pero no hay atención alguna, o palabras que deba escuchar luego de aquello. Continúa. Saca su lengua tibia, húmeda en su saliva, y lame las zonas desnudas de aquel muslo terso, siendo apenas obstruido por la tela de los chorts. Lame con intensidad, como si quisiera llevarse a la boca esa dulce piel y dejar marcas en ella. Baek gime bajo, apretando los labios para retener la voz. Inmediatamente Sehun, en un arranque de celos, sujeta del mentón a este para hacerle abrir la boca, más que para escucharlo es para poder alimentarse de él al acercarse a besarlo con frenesí, movimientos intensos pero lentos en el cual mezclan sus lenguas de manera turnada, de una boca a otra.

Baek ahora suelta sus jadeos en el interior de una boca ajena a la suya, provocando ecos que hacen de estos sonidos aún más placenteros, aún más ruidosos que antes, y por ende, mucho más apetitosos para aquel par de alfas. Antes de poder siquiera darse cuenta, las tibias y grandes manos de Yeol ya se encontraban bajando sus pantalones, cosa que hizo brotar de sus adentros algo de la timidez que se conserva a pesar de la situación, e inmediato se apresura a cubrir sus intimidades con ambas manos.


— Baekie es tan lindo. —masculla el humano-felino, apartado apenas unos centímetros de su boca mientras aún hilos de saliva unen sus bocas con destino a un nuevo beso lujurioso. — Sus ojos están perdidos en el deseo, y su rostro tan rosa como una flor, deseo tanto poder comerte ahora. —prosigue, apretando apenas un poco más su mentón 


— Yo también deseo comer a Baekie, es tan hermoso. —murmura Chanyeol, tomando con amabilidad aquellas manos que impiden sus objetivos, aquellas pequeñas y tan delicadas manos que apenas cubren lo debido. Las retira de aquellas zonas, siendo su vista atrapada por aquel precioso falo endurecido, tan levantado, y tan húmedo como su ano. 


Claros su punto preferencial, Yeol ataca en primer lugar su entrada, lamiendo este lugar un par de veces en advertencia, apenas con el roce del ápice de la lengua, cosa que provoca que ese dulce omega se estremezca e intente apartar la espalda del suelo.


— ¡N-no! Chan, ese lugar está sucio, no.. —clama Baek, removiéndose un poco más; sin embargo, no quiere detenerlo. Su cuerpo desea todo eso, aunque no quiera admitirlo a boca. En su respeto para sí, y en sus temores, no quiere dejarse cumplir. 


Chan ignora ello. Poco le importa que aquel lugar esté sucio, limpio, de cualquier manera sus instintos le piden más. Juguetea con su lengua por sobre aquel orificio, moviendo la misma en círculos al rededor del anillo de músculos, o deslizándola de arriba a abajo por este. Baek se aferra al cuerpo de Sehun, aquel que tiene más cerca, mientras que ahora una de sus manos tira de los cabellos de aquel humano-can tan atrevido. Hun sonríe con malicia, apreciando aquel espectáculo que no hace sino que excitarle aún más.


— ¿Baekie se siente bien? —murmura, deslizando aquella mano con la que anteriormente le sujetaba el mentón hasta el cuello del mismo, y como siguiente hacia la nuca, jalandole de este sitio para acercarlo más y forzar un nuevo inicio a un beso desenfrenado en el cual incluso exponen al aire el jugueteo consensuado, correspondido, entre sus lenguas. 


Sehun sucumbiendo ya a la necesidad, sujeta su propio miembro endurecido y palpitante, y frota suavemente la punta contra un poco de la piel expuesta del abdomen de Baek en lo que comienza a masturbarse. 

— ¿Baekie tocaría el de Sehun? —Murmura entre beso, gustoso de ver como aquel sumiso deja su lengua afuera deseando más de aquel ósculo y le mira casi suplicante. 


Los sonidos húmedos haciendo eco en la recamara son perfecta combinación con los jadeos deseosos de los tres; por un lado aquellos sumisos de Baek en espera de ser aún más complacido, y por otro, aquellos tan rasposos, profundos y en busca de placer de Chanyeol y Sehun. 


El delgado peli-plateados encuentra aquel gesto en el rostro de su omega como una invitación a más, a subir de nivel. Se levanta un poco del suelo, quedando en reposo sobre sus rodillas las cuales usa para aproximarse al rostro de este sosteniendo su hombría ya tan dura que las venas pueden remarcarse en ella. 


— Abre tu boca, Baekie, deja que lo ponga en tu boca. — pide con una voz casi autoritaria, reteniendo ese poder alfa en su interior de usar la voz dominante que le haría obedecer sí o sí a sus ordenes. 

Este no pone resistencia alguna, y de manera temblorosa abre sus labios rosáceos para permitir el acceso de aquella erección a su boca. Un escalofríos dulce le recorre la columna de sólo sentir la húmeda glande contra ellos, tocando primeramente el cerezo inferior antes que el superior, despertando en él un deseo salvaje de tragarlo cuanto antes, pero se cohíbe de ello. Escucha a Hun gemir bajo, al igual que él, el sólo hecho del contacto le ha provocado placer. Quizás el hecho del imaginar que viene de un después de ello, les hace mucho más sensible a ambos.

Tan pronto la glande entra a su boca, cierra los labios al rededor de esta, haciendo una presión suficiente en lo que comienza a succionar con fuerza. Sehun se quiebra en ese instante, y la cordura se esfuma, o lo que queda de ella. Su abdomen se tensa al punto que los músculos en este se notan mucho más. Abruptamente ese oral se ve interrumpido, cuando Baek abre su boca apliamente para soltar un gemido alto, tanto que retumba en la casa entera; Chan ha introducido su lengua en el interior de su ano, provocando en le olas de placer tal que inconscientemente rodea cuello y hombros del alto con sus muslos, dejando reposar ambas pantorrillas y pies en lo caluroso de esa fuerte espalda. 


— Más, más... —musita en petición a Yeol, quien no duda en complacer este deseo. 


La lengua de Yeol se frota contra las paredes internas de Baek, tocando puntos clave en este interior para hacer que esta tibia entrada se cierre una y otra vez al rededor de ella, unas divertidas contracciones que denotan, además de esos preciosos gemidos, que todo el cuerpo del joven está disfrutando. 


— Baekie, chupalo de nuevo, ¿Si? Se sintió tan bien. —comenta Hun, y sin perder tiempo, embiste con suavidad los labios de él para hacer que su miembro entrase en su boca más allá que sólo la glande. 

Algunas lágrimas salen de los ojos de Baek al sentir ese duro falo ingresar a su boca a un punto de tocar casi su garganta, pero ello no le detiene de apretar los labios y comenzar un vaivén de su cabeza a la par que succiona con mayor fuerza que antes. Hun deja ir su cabeza un poco hacia atrás, cerrando sus ojos mientras gemidos le son arrancados de la boca. Aquello es demasiado placer para una primera vez, y ello le está volviendo loco.


Baek aprieta con mayor fuerza los cabellos de Yeol, buscando una especie de ''seguridad'' para todo lo que ocurre. Estos tersos mechones le hacen perder temores, y dejarse llevar por lo que su cuerpo quiere y necesita. 


El peli-negro poco a poco saca su lengua del interior del más joven, con une lentitud necesaria para no provocarle daños aunque este precioso anillo de músculos se haya lo suficiente dilatado como para dejarle entrar. Eleva la mirada, deleitándose con aquella escena de adultos que se desarrolla ante sus ojos. En primera instancia, odia el hecho de que aquel felino se le adelantase tanto, y gruñe para atraer su atención. Sehun, con el rostro lleno de placer, no hace más que burlarse de él con una sonrisa lasciva, llevando una de sus manos a una de las mejillas de Baek, quien dirige la vista hacia él sin dejar de chuparle el p.ne. 


Chanyeol se incorpora, quedando en sobre sus dos rodillas en lo que toma de la base su propia erección, comenzando a masturbarse con lentitud en lo que comienza a frotar la cabeza de esta contra el c.lo de Baek. Quiere penetrarlo, entrar en él y dejarse rodear por esa suavidad y calor que le apretarán placenteramente tan pronto lo haga. Empuja poco a poco sus caderas, haciendo presión con la glande en aquel blando orificio en espera de que este se abra para dejarlo entrar. 


Gemidos de goce, fuertes gemidos de goce de dos personas de pronto son los dueños de la recamara. El p.ne de Yeol ha logrado entrar, aunque apenas la punta y poco más. Baek ha sacado la hombría de Hun de su boca de manera inconsciente para poder soltar aquel grito lleno de placer, y dolor en principio cuando sus músculos anales son estirados de pronto.


Un grito brota de la garganta de Chan en lo que todo su cuerpo se tensa durante varios segundos, y luego se relaja con un gusto tan grande que le debilita. El placer es tan fuerte que se siente directamente como un golpe de este directo a la columna, el cual recorre hasta sus más adentros y finaliza en su erección. Se deja caer apoyando las manos a los costados del cuerpo del más joven para no quedarse sobre su cuerpo. No deja de jadear, y sus dedos aruñar el suelo bajo ellos. 


La entrada de Baek es mucho más apretada de lo que había esperado, mucho más. La manera en que abraza su hombría es un tanto dolorosa, tanto como exquisita. Por otro lado, este sumiso aruña un poco la pierna de Sehun conservando la erección de este sobre sus labios, divagando entre el dolor y el gusto, siendo victorioso este segundo conforme pasan los segundos. 

Chanyeol se acerca al rostro de Baek por un costado, para poder darle a él un pequeño beso en la mejilla esquivando a toda costa la hombría de Sehun. Posteriormente, se acerca a su oído a duras penas con las fuerzas que conserva en sus brazos temblorosos, que poco importa la fuerza en ellos mientras corrientes de placer te convierten en un ser vibrante.



— Baekie, voy a entrar, se siente tan rico allí abajo, no creo poder soportar. —y dichas esas palabras, le deja un pequeño beso en una de sus clavículas, y una lamida que va recorriendo poco camino en lo que sus caderas se empujan más y más hacia delante, adentrando su p-ne cada vez más en aquel apretado orificio que parece negarse a permitir foráneos, pero al mismo tiempo le abraza con necesidad. 

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2020 ⏰

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