XXVII

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Estaba en mi escritorio con la incertidumbre. Vi como las puertas del elevador se abrieron. Los dos salieron muy sonrientes. Mi respuesta era obvia. Nicholas Miller, era el nuevo accionista de la empresa.

A partir de ese momento, tendría que irme con mucho cuidado, para no ser descubierta.

—Nina— me habló Adam, sacándome de mis pensamientos.

— ¿Sí, licenciado?

—Quiero que vayas con Parker y le entregues estas hojas personalmente, él sabrá qué hacer con ellas— me dio la carpeta.

— ¿Algo más?

—Por favor, haz una reservación en North Beach Restaurant, para hoy a las 2 de la tarde, iré a comer con Nick.

Asentí

Los dos se metieron a la oficina. Hice la llamada al restaurant para hacer la reservación, era increíble como el nombre de Adam Jones me abría las puertas de de cualquier lugar, aunque estuviera lleno o cerrado, era un nombre poderoso, como lo fue en su tiempo el apellido Stevenson.

Tomé los papeles para llevárselos a Parker, pero antes fui a avisarle que si encontré lugar en el restaurant, toqué antes de entrar. Escuché como reían recordando anécdotas de la universidad.

—Licenciado, quedó lista la reservación en el restaurante.

—Gracias, Nina

—Le informo que bajaré a llevarle los documentos al licenciado Parker ¿se le ofrece algo más?

—No, Nina

Sonreí y asentí.

Sólo sentía dos diferentes miradas, por un lado la de Adam, llena de ilusión y deseo por tenerme en su escritorio y la otra por parte de Nicholas, acechante y cargada de fuerza, era penetrante, sentía que podía desnudarme con la mirada.

—Que eficiente tu asistente— Nicholas rió y me miró fijamente.

—Lo sé, es la mejor en todo— Adam me sonrió tiernamente.

Cerré la puerta.

Bajé al piso 15

—Hola, Nina— me saludó Ingrid, cuando me vio salir de elevador.

—Hola, Ingrid—sonreí — ¿está el Licenciado Parker?

—Si

— ¿Puedo pasar? —Pregunté—tengo que dale esta carpeta personalmente—se la mostré

—Sólo deja le aviso primero.

Ella le llamó a Parker.

—Licenciado, Nina Harris lo busca. Le trae unos papeles que son urgentes por parte del Licenciado Jones—mintió en esa parte—Sí, está bien—colgó. Se dirigió a mí—Ya puedes pasar, Nina

—Gracias.

Entré a la oficina

—Licenciado— extendí mi mano, él la estrechó

—Un placer verla, señorita Harris—sonrió— ¿En qué puedo ayudarle?

—El Licenciado Jones, me pidió que le diera estos papeles personalmente—le entregué la carpeta—dijo que ya sabía qué hacer con ellos.

Abrió la carpeta y la hojeó.

—Sé a lo que se refiere—arqueó una ceja—Gracias por traerme esto.

—No se preocupe, es parte de mi trabajo—indiqué—si me disculpa me retiro, tengo que continuar con mis labores.

Salí de su oficina.

— ¿Comerás con nosotras, Nina?

—Claro, Ingrid. El licenciado tiene una comida personal.

—Bien, te esperaremos—sonrió

—Las veré allá. Adiós Ingrid.

Subí a mi piso, ellos seguían platicando. Escuché como sonó la línea interna entre Adam y yo.

— ¿Sí?— contesté

—Nos puedes traer dos cafés por favor.

—Ya se los llevo.

Fui a la cocina por los cafés, toqué al entrar

—Aquí están sus cafés—comenté cuando pasé

—Déjalos aquí en el escritorio— señaló Adam.

Comenzó a sonar el teléfono de Nicholas. Lo tomó en su mano, lo miró un par de segundos

—Tengo que contestar, es importante— le dijo a Adam. Salió de la oficina para atender su llamada.

—Al fin estamos solos— Adam me tomó de la cintura cuando dejé los cafés en el escritorio.

—Aquí no. Sabes que puede entrar Nicholas en cualquier momento y puede vernos.

—Me encantan los riesgos— susurró. Tomó mi mano, me sentó en su regazo, acarició mi mejilla —como quisiera tenerte así todo el tiempo.

Escuché como abrieron la puerta. Me paré rápidamente, sentí mi corazón agitado. Aunque mi corazón se sentía a punto de un paro cardiaco, mi cuerpo no lo reflejaba.

— ¿Eso sería todo, licenciado?

Asintió

—Gracias Nina

Vi como me miraba Nicholas. Adam de dio cuenta y la idea no le agradó en absoluto, pero no dijo nada. Sólo hizo un gesto de pocos amigos y siguió platicando con él.

Ya era la hora de comida así que le timbré a su despacho

—Le recuerdo que su reservación es a las 2 de la tarde

—Gracias, salimos en un momento.

Salieron de la oficina. Antes de irme fui a recoger las tazas de café.

—Creo que olvidé algo—comentó Adam y se regresó. Nicholas se quedó parado a un lado de la puerta del elevador.

Entró a la oficina y cerró la puerta. Se acercó al escritorio, que era donde yo estaba. Me tomó de la cintura. Me recargué en el escritorio. Tomó ambas mejillas, me dio un largo y salvaje beso. Me sorprendió su gesto.

—Ya no creo verte— me dijo.

Asentí

—No te preocupes, nos vemos mañana.

—No creo que pueda resistir hasta mañana.

—Tendrás que hacerlo—sonreí

—Te mandaré mensajes—me besó nuevamente

Él sonrió. Caminó hasta la puerta, cuando esta se abrió

— ¿Encontraste lo que buscabas, Adam? —preguntó Nicholas.

—Sí— respondió mirándome y guiñándome un ojo —Señorita Harris, le pido de favor que haga eso en mi ausencia.

—No se preocupe licenciado, eso haré. Qué disfrute su comida— él salió de la oficina. Yo tomé las tazas y salí también.

Dejé las tazas en el fregadero de la pequeña cocina. Tomé mi bolsa y fui a tomar el ascensor. Para mi desgracia y la fortuna de ellos, me fui en el mismo elevador que ellos. El ambiente se sentía tenso. Por un lado tenía a Adam juagando con los dedos de mi mano. Por el otro a Nicholas mirándome como si intentara descubrir mi secreto.

Solamente conocí a una persona con ese mismo tipo de mirada, Dissarno. Y mi tiempo con él no fue agradable.

Estafado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora