14. Inefable & 15. Amor

325 84 11
                                    

¿Cuándo fue la última vez que diste sin esperar algo a cambio? ¿Y qué me dices de enamorarte sin miedo a ser lastimado? ¿Has llorando sólo por acompañar a otros en su desgracia o alivio? ¿Has abrazado sólo porque sí? ¿Has sido humano? ¿Has sido persona? ¿Has sido tú?

Capítulo V

.

14. Inefable

—Decía un científico que somos polvo de estrellas —comenta Sasuke.

—Decía mi madre que somos lo que queremos ser —habla Naruto.

—¿No tiene eso un tinte de imposibilidad impregnado? Cuando era niño anhelaba ser un ave para poder volar como los héroes que salían en la televisión, pero durante la adolescencia llegué a la conclusión de que era imposible. Los humanos nunca tendremos alas.

—¿Y eso detuvo a las personas que inventaron los aviones? No hay que apresurarse cuando de desenlaces se trata. Si no tenemos alas sólo hay que buscar formas diferentes para recorrer el firmamento; cuando dicen que eches a volar la imaginación no lo hacen sólo porque sí. Somos capaces de cerrar los ojos, crear un cielo y nubes, soñar que hay un sol radiante e inventar que tenemos el súper poder de volvernos pájaro y que extendemos las alas para planear. ¿No eres acaso pintor porque puedes mostrar a través de lienzos realidades que otros ni siquiera se atreverían a inventar?

—Se supone que me reconocían porque mis obras manejaban los pigmentos de formas inesperadas. Yo sólo quería mostrar que la vida no es tan gris... ¿no consideras que la situación es irónica? Ahora estoy ciego al color. El mundo que veo...

Naruto mira al hombre que está acostado a su lado. Él no parece tan amargado ante la situación como antes, más bien, luce tranquilo mientras habla de su ceguera.

—Eres un artista que divisa un mundo diferente. Pero, ¿no siempre ha sido así?

—¿El qué? ¿El que cada quien vislumbra un mundo distinto? Supongo que tienes un punto. Cada uno de nosotros somos "nosotros" porque nuestros sueños y formas de enfrentar la vida varían. El mundo es difícil de describir, si le preguntas a un niño de cinco años te hablara de todo lo que le maravilla, por otro lado, si le preguntas a un adulto probablemente suelte una sarta de maldiciones sobre lo podrida que está la sociedad y lo que nos está llevando a la ruina. —Sasuke contempla el cielo con atención. Se encuentra ahí, reposando en el piso, sobre una sábana. Es de noche y Naruto lo ha convencido para que suban a la azotea de su casa para esperar a que sean las doce con quince minutos y ocurra la lluvia de meteoros que anunciaron durante la tarde en las noticias.

—No todos los adultos hablan mierda de su existencia —comenta el rubio con diversión.

—No, no todos... los que dicen cosas bonitas son llamados soñadores. Inmaduros, ciegos —dice Sasuke. Nota que un resplandor recorre el lienzo negro que lleva mirando durante un tiempo y a ese le siguen otros—. Creo que ya ha comenzado.

—Sí... ¿crees que si pido un deseo se cumpla?

Sasuke niega con la cabeza, sin embargo, después de unos minutos susurra un "tal vez". Siente que los ojos le arden, ¿acaso tiene ganas de llorar? Espera que no. No quiere dar una imagen miserable, pues considera que ya sido suficiente con el espectáculo que le ha dado a Naruto las últimas semanas.

Una sonrisa, que asemeja más una mueca, ilumina su rostro. La imagen que sus ojos contemplan le asombra, desde que se encerró en su casa luego del accidente sólo vio objetos descoloridos y desconocidos; su casa, aquella que antes le dio refugio se convirtió en una celda. Desdicha rebosaba en cada cuarto, en cada esquina, ésta retozaba incluso en lugares en los que las partículas de polvo no lograban penetrar. Pero... en ese instante, el lugar más alto de su casa le parece acogedor, le da la sensación de que es como encontrarse con un viejo conocido, uno al que no has visto en mucho tiempo.

Mr. Monster & Mr. SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora