| Capítulo 04 |

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Años atrás

La pelirroja miraba las flores del jardín con aburrimiento, a su lado en el suelo descansaban las muñecas que el hombre había comprado para ella, Marcus se había dedicado a llenarla de regalos y mimos en un intento de ganarse su confianza y cariño.

Debía ganársela antes de hacer avances reales, aunque tampoco era algo tan complicado considerando lo dulce e inocente que era la pequeña. A medida que pasaban los días ellos habían construido una rutina, la pequeña volvía de la escuela y lo esperaba en el jardín para estar juntos.

Anne dio un salto cuando sintió unos brazos rodearla por atrás, pronto se encontró sentada en las piernas del hombre y un cariñoso beso fue depositado en su rojiza cabeza.

—Hola princesa —la saludo apretando el pequeño cuerpo contra su pecho.

Marcus la observo detalladamente mientras la pelirroja le sonreía tímidamente, los mechones rojizos enmarcaban su rostro angelical y sus bonitos ojos cafés resplandecían con alegría.

El varón apretó los labios contendiéndose de devorarla, a plena luz del día se exponía demasiado, pero una vez que la noche cayera, Anne quedaría a su merced, nadie podría impedir que pusiera sus manos sobre ella, la destrozaría para así poder volverla suya.

—¿Qué es eso? —pregunto con curiosidad señalando la bolsa en el suelo.

—Es para ti —murmuro con cariño extendiéndole el presente, la pequeña no tardo en notar que se trataba de un postre, chillo emocionada ante la tarta de fresas con chispas, trato de tomar la cuchara, pero el varón se le adelanto.

—Abre la boca, te la daré

La joven abrió la boca, aunque no se sentía del todo cómoda estaba muy ansiosa por sentir la azúcar en su boca, además ya se había vuelto una costumbre entre ellos que él la alimentara.

Sonrió de gusto ante el sabor dulce de las fresas y la textura suave del ponqué en su boca, abrió nuevamente, aunque ni siquiera había terminado de masticar, el varón no pudo evitar reír por lo glotona que era, aunque era bueno que tuviera un gran apetito así tendría más energía para la noche.

—¿Me das un poco? —cuestiono con dobles intenciones, Anne asintió pensando que simplemente tomaría una cucharada.

Pero realmente las intenciones del hombre eran otras, le dio una cucharada más a la pequeña embarrándole los labios en crema con sus dedos se encargó de esparcirla hasta la mejilla en donde arriesgándose a alterarla le planto un beso saboreando el dulce de su piel.

La pelirroja se quedó congelada al sentir los labios del hombre presionarse contra la piel de su mejilla y no pudo evitar saltar del susto cuando la lengua húmeda del hombre le raspo la carne.

MORTAL OBSESION    { SAGA - AMORES OBSESIVOS I }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora