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Hugo

Me sorprendió ver lo bonita y amplia que era la residencia en la que viviría cuando llegué. No estaba nervioso, siendo sincero conmigo mismo. El haber conocido a Eva y saber que vivía bastante cerca de mí había aplacado los nervios que pudiera tener, pues si había sido capaz de conocer a alguien tan rápido ¿cómo no iba a hacerme amigos en la residencia?

Un chico me recibió, y en un perfecto y pausado inglés registró mis datos, me dio varios libretos informativos con los horarios y me indicó cuál era la planta, el módulo y la habitación.

Tenía una distribución bastante rara, pero bastante guay. Estaba dividida en plantas, y a su vez en módulos. Cada módulo tenía varias habitaciones que compartían salón, y algunas de ellas cocina, como la mía.

Llegué al módulo que me habían dicho y al abrir me encontré con dos chicos de mi edad en el salón, uno sentado y otro fumando por una ventana abierta que teníamos.

- ¡Hola! ¿De donde eres? -Uno de ellos me preguntó en perfecto inglés.

- Córdoba, en España. -Me puse bastante tenso teniendo que hablar en inglés con gente de mi edad, pero asumí que era una cosa que a partir de ahora iba a tener que ir haciendo.

- Illo no jodas, como yo. -El chico que estaba en la ventana se giró. - Este es de Cádiz, pero vamos que tampoco se te va a poner finolis hablando en inglés.

- Básicamente porque apenas sé. -El chico del sofá fue el que habló ahora. - Soy Jesús, y el imbécil este es Rafa.

- Yo soy Hugo. - Solté las maletas y cerré la puerta del módulo. Me fijé en lo que tenía alrededor: había dos sofás bastante amplios, con una mesita baja entre ellos y la tele, que era de tamaño normal. También había una mesa con 4 sillas que imaginé que hacía de comedor, y a su lado una pequeña cocina con la nevera y poco más. Había también un pasillo, que supuse que llevaba a las habitaciones.

- Pues ni tan mal, el trío calavera vamos a ser, que ya tengo plan para esta noche chavales. - Rafa habló, y yo asentí. También tenía la sensación de que íbamos a llevarnos muy bien, tres andaluces por tierras polacas....

- Oye, ¿me das un cigarrito de esos mientras nos cuentas qué plan tenemos?

- Ya sabemos quién es el rata de los tres. -Los tres reímos ante el comentario de Jesús.

- Bueno, yo que llevo ya una noche aquí y tengo mis contactos, me han contado que hay una discoteca de música española que está siempre petada y que está genial, se llama Teatro Cubano o algo así. La única condición es que unas chicas de la 3° planta se tienen que venir, que son ellas las que me lo dijeron y se lo he prometido.

- Condición dice, como si no estuviéramos encantados los tres. -Ahora fueron ellos los que rieron ante mi comentario.

Anaju

- Anaju, despierta. -La voz de Nia me sacó del sueño que estaba teniendo, y aunque ya estaba despierta mi cuerpo no era capaz de moverse.

- Anaju está apagada o fuera de cobertura. -Dije yo, abriendo un ojo para mirarla.

- Qué dramática, por dios, cada vez te pareces más a Sam. -Se sentó en mi cama y yo abrí el edredón para que se metiera conmigo debajo. Aún era septiembre, pero ya empezaba a hacer mucho frío.

- Nia, me duelen partes del cuerpo que no sabía que existían. Y sólo ha sido la primera noche.

- Cariño, trabajas poniendo copas, no en la guerra.

- ¡Pero es que esto no es lo mío! Yo soy diseñadora, y ya está.

- Podrías dedicarte a cantar, pero tampoco quieres.

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