Días después llegó el cumpleaños de Óscar, el segundo hijo de Rosa y Pablo. Cumplía siete y habían decidido montarle una fiesta de disfraces temática de superhéroes, que al niño le encantaban.
Tras un laborioso día en el que las tres amigas se dejaron la vida en el impresionante chalet de Rosa en Pozuelo de Alarcón para ayudarla en todo lo posible, en cuanto acabaron y se pusieron sus disfraces de superheroínas, Venecia, al ver a Silvia, musitó:
—Lo tuyo es mucho.
—¿Por qué?
—Es una fiesta infantil.
Silvia sonrió y, guiñándole un ojo con picardía, afirmó:
—En la que habrá algún padre digno de en-ga-tu-sar... Por cierto, muy bueno tu artículo de por qué las cebras tienen rayas.
—De Premio Pulitzer, ¿verdad? —se mofó Venecia.
Silvia sonrió y, mirando en el espejo su ceñido a la par que sexy traje negro de Catwoman, afirmó:
—Estoy estupenda.
—Modesto, baja..., que sube Silvia —se burló Elisa.
Todas rieron, y Rosa, saliendo entonces de la habitación, afirmó:
—Te queda que ni pintado tu disfraz de Wonder Woman, Elisa. Madre mía, que piernazas tan estupendas tienes.
Elisa asintió. En el último mes, para bajar su nivel de ansiedad, se había machacado en el gimnasio como nunca en su vida, y declaró mirándose en el espejo:
—Reconozco que me siento como la Mujer Maravilla.
—¡Olé por ti! —aplaudió Silvia—. Seguridad, cielo..., eso que nunca te falte. Sé una cabrona y piensa en ti.
—Silvia, por favor...
—¡¿Qué, Rosa?!
La embarazada torció el cuello y cuchicheó:
—Olvida las palabrotas, y más hoy, que estaremos rodeadas de niños.
—¿Cabrona es una palabrota?
—Pues sí, y bien fea.
Silvia sonrió y Elisa, mirando a su amiga, le hizo un gesto para que callara y preguntó:
—Rosa, ¿tus padres al final no vienen?
La aludida sonrió y explicó, antes de salir por la puerta para ponerse su disfraz:
—Se han ido a Benidorm con el Imserso. Tenían la excursión ya programada desde hace tiempo con sus amigos y, como todavía quedan quince días para que nazca el bebé, los animé a que se fueran.
—Echaré de menos a doña Lucía y sus empanadillas, ¡me parto con ella!
—cuchicheó Silvia pensando en la madre de Rosa.
De nuevo, risas, cachondeo, selfis..., y cuando Rosa apareció con su disfraz, Elisa comentó:
—Estás estupenda de Supergirl embarazada.
Rosa sonrió encantada. Se veía muy bien y, mirándose en el espejo, dijo tocándose su barriguita:
—Me quería vestir de Valquiria, por aquello de que a mis niños les hacía ilusión que estuviera relacionado con el mundo de Thor, pero no entraba en ningún traje. Aunque de Supergirl... tampoco voy mal. —Y, sonriendo, agregó—: Bueno, cuando veáis el disfraz de mi cariñito, ¡os vais a morir!
—¿De qué va?
Rosa soltó una carcajada.
—De Thor Ragnarok, con peluca rubia y todo. ¡Está guapísimo! Pero, claro, ¿cuándo no está guapo mi cariñito?
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CLUB DE LAS CABRONAS
Teen FictionAmar y ser amada es lo que toda mujer... desea. Lo que toda mujer... ansía. Y con lo que toda mujer... sueña. Pero ¿qué pasa cuando el sueño se desvanece, eres consciente de que tu vida es pura mentira y encima vas rayando los techos allí por d...