Una tarde tranquila, un invierno más frío de lo normal, viendo dibujitos viejos sintiendo sus pies helados por no tener puestas sus respectivas medias, al azabache le gustaba esa sensación extraña de sentir fríos sus pies pero que China dejara que los ponga abajo de su polera para calentarse, la manta que había tejido en su tiempo libre, le gustaba este domingo sin sorpresas.
Al rato vino su pequeño cachorrito Lomito (ya no tan pequeño) estaba en su regazo recibiendo mimos de su parte, sonrió ante ello, el perrito al notar la mirada de su dueño dejo de recostarse para dar pequeños saltitos buscando darle besos perrunos.
Al rato vino el chino con dos conos de helado de vainilla que tanto le gustaban, lo recibió contento, si, helado con un frío de mierda, así eran ellos y la más pura verdad no le importaba.
────Deja de enamorarme más concha tu mare. ────dijo avergonzado de sentir como besaba sus mejillas buscando, obviamente según él mismo, avergonzarlo, amaba esto, pero también amaba el helado.
────No pretendía eso, pero es bueno saberlo. ────aun a sabiendas que su helado podría ser totalmente devorado por Lomito, siguió besando las mejillas más lindas que había tenido la oportunidad de sentir con sus labios.
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"Por eso esperaba con la carita empapada"
¿Un consejo de inspiración?
Recuerda lo lindo que seria todo si hubiera existido el hubiera.
