Sangre de Dragón (Fairy Tail V)

Capítulo 10: Invitando al Dragón.

Miren, no voy a mentirles sobre por qué he tardado tanto en actualizar últimamente...

... Listo.

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Violencia... ha existido desde tiempos inmemoriales, incluso antes de que se escribiera la historia, aproximadamente hace varios millones de años. Este concepto se ha dado entre otras especies, desde la era de los grandes reptiles. Después de la "gran caída", cuando la comida y el agua escasearon y la tierra se volvió un campo de muerte, era comer o ser comido, devorar a los más débiles, incluso llegando al canibalismo.

El tiempo paso, las especies evolucionaron y con ello... la violencia también lo hizo. Los primeros grupos humanos desarrollaron el concepto de "propiedad", era inevitable que las guerras surgieran. Recolectores contra cazadores, nómadas contra sedentarios, caballeros contra bárbaros. El mundo vivió varias épocas oscuras, y habría sido destruido incontables sino fuera porque "él" apareció.

-¿Él? – Preguntó la pelirroja. Sus dos manos sobre el tórax fornido mientras el varón rodeaba su cintura, pegándola más a su cuerpo. 

- Nadie sabe de dónde vino – Continuó el pelirrosa. La noche era adornada por la luna y las estrellas. Sus pieles rozaban en busca del calor del otro - Vagó por todo el mundo en busca de un lugar pacifico, un lugar al cual pertenecer. En su camino, conoció lo peor de los seres humanos, se cansó del mundo, de su gente. En un principio, quiso destruirlo todo. Un gran potencial, un poder inmensurable, nadie puedo hacerle frente. Durante siglos, contaron historias sobre él. Por su brutal manera de luchar en todos los campos de batalla, recibió varios nombres, entre estos, el que más justicia le hacía a su persona... - Profirió, con un semblante orgulloso, mientras la mirada en la pelirroja era de total expectación y asombro – Rey Dragón Rojo- Cerró los ojos y lo imaginó por enésima vez.

Diversos campos de batalla, diferentes guerras y, en medio de estas, la imagen de un pelirrojo resaltando dentro del festín de violencia y sangre, tiñendo sus puños y la tierra con la sangre de sus enemigos.

La expresión en la pelirroja seguía igual, aunque sonrojada y con la respiración pesada, debido al intenso coito de hace unos minutos. Él había tomado todo de ella, sus labios, su pureza y su corazón. Escuchar su voz y verlo poner esa expresión seria y orgullosa mientras contaba la historia de su clan la tenía embelesada.

-...

-¿Eh? – Ella se dio cuenta después de verlo fijamente por un minuto, esa expresión apacible y esa respiración relajada– ¿Natsu? – Lo movió suavemente- Por favor, no te duermas- Un ligero ronquido fue lo que recibió como respuesta.