Era de mañana en la academia de mercenarios, en una habitación algo desordenada y poco femenina. Ya sea ropa o piezas metálicas, el lugar era un desastre. Sobre una pequeña mesita, un juego de llaves y destornilladores, algunos cables y bandas elásticas colgaban en el tocador y en la cama una bella señorita dormitaba tranquilamente, su cabello completamente despeinado y pequeños rastros negros en su rostro. Se veía de lo más tierna e inocente abrazando un rifle a medio armar mientras un rastro de saliva salía de su comisura.
-Mmh... - La alarma comenzó a sonar, momento en que la rubia mostró rastros de vida- Mmhh.. Cinco... Cinco minutos más... - Sujetó el dispositivo en su muñeca y, antes de apagarlo, sus ojos semicerrados captaron la hora y fecha- ¡¿Hm?! – No hacía falta decir que la sabana y el rifle salieron volando -¡Voy a llegar tarde!
Se apresuró a encerrarse en el baño, donde se despojó de su short y su blusa de tirantes, toda una pijama ligera. Ya en la ducha comenzó a mojarse, tallar su cuerpo con rapidez, pero con cuidado - ¡Diablos, diablos, diablos! – Se fijó en su pulsera nuevamente.
A pesar de ser fin de semana, la vida dentro del campus de Fiore resultaba un tanto estresante, sobre todo si uno no contaba con el apoyo de su familia o ingresos suficientes.
-Tengo que darme prisa- Ya bañada y seca, procedió a hurgar en sus cajones, consiguiendo su ropa interior y los dispositivos que usaría. Las braguitas blancas se amoldaron perfectamente a su trasero y sus senos parecía que saldrían de ese sostén color rosa. Sin duda, toda una belleza, aunque su estrés y constantes problemas la tildaban de chica desafortunada.
Ya con su uniforme, colocó su cinturón de cuero, donde guardaba algunos estuches, seguramente con sus herramientas de trabajo o cualquier cosa que pudiera usar para defenderse. En una academia de mercenarios, las disputas o peleas estaban a la orden del día.
-Ojou-san- La pantalla del gran computador se encendió por si sola, proyectando la imagen de un pequeño león pixelado- ¿De nuevo tarde? ¿Cuándo va a aprender a organizar su tiempo? – Recitó por enésima vez, consiguiendo agitar a su ama.
-Arrg... No me lo tienes que repetir todas las mañanas, Leo- Se oía desesperada, y aun así se tomó el tiempo para hacerse una coleta.
-Fuuuh – El león suspiró- La señorita Lucy solía ser tan dulce y recatada... ¿Qué fue lo que le hizo? – Formó una lágrima digital en el mismo instante que la rubia se acercó al ordenador.
-Oye, no lo digas como si fuera una especie de impostora... Es sólo que... - Rodó sus ojos mientras pensaba en alguna excusa.
-¿Es sólo que... ? – Insistió el león.
- No... No he podido dormir muy bien últimamente... Es todo jeje- Río nerviosa, recordando los últimos acontecimientos.
-Mmmm... -La miró de manera dudosa, pensando, indagando y utilizando los recursos a su disposición- Por lo que sé, usted y su grupo se han metido en problemas con la escuela... Otra vez- Dijo, haciendo que la rubia agache la cabeza, el aura de depresión la delataba por completo- Déjeme adivinar, de nuevo fue ese chico, ese tal Nat... ¿Hm? – Calló, era como si las manos en la pantalla de verdad hubieran sellado su boca.
-No... No digas ese nombre- Señaló con su índice y una expresión seria.
-Fuuh... - El león volvió a suspirar- Honestamente, los chicos en su equipo son unos raros, desequilibrados y un tanto locos- No había mejores adjetivos para describir al grupo de hadas.
-Lo son, pero... - Ella rodó los ojos hacía otra parte de la mesa, donde cuatro jóvenes la veían desde un pequeño portarretratos. La pelirroja en medio, a la derecha cierta albina, sonriendo suavemente mientras que una rubia sonreía contenta haciendo un símbolo de paz, a lado de ella, y un poco apartado, se encontraba un pelinegro cruzado de brazos. Por alguna razón, había una considerable cantidad de espacio a lado de la albina, como si la fotografía hubiera sido doblada -... Son mis amigos, personas con las que puedo contar siempre – Tomó el retrató y lo observó antes de sonreír.
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Sangre de Dragón (Fairy Tail V)
FanficEn pleno siglo XXI, el clan Dragneel, un linaje antiguo y poderoso , tiene una antigua tradición; la de entrenar y convertir en guerreros al próximo cabeza de la familia. Natsu Dragneel es el próximo en la linea de sucesión, sin embargo tendrá que...