O2.

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Capítulo n. 2,

C U E V A

Caminaste tarareando una canción aleatoria de las tantas que te sabías, era bastante temprano pero te gustaba aprovechar el tiempo

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Caminaste tarareando una canción aleatoria de las tantas que te sabías, era bastante temprano pero te gustaba aprovechar el tiempo. El sol aún no había salido y ya estabas en aquel bonito parque, siempre te gustaba ir allí para relajarte, te trae buenos recuerdos, pronto terminarías los exámenes finales de tu primer año en Nekoma, todo iba bastante bien para ti, te apuntaste al club de escritura pero aun así podías escapar algunos días para ver a Fukunaga entrenar con su equipo de vóley, también te llevabas bastante bien con ellos y te admiraban por poder hacer que su silencioso rematador hablase.

─Hey Fukunaga.

Saludaste perezosamente a tu amigo que esperaba balanceándose en un columpio, te miró para asentir y se levantó. Con el paso de los años no dejaste de ser cariñosa y algo extrovertida pero sí fuiste perdiendo esa característica energía desbordante que solías tener de niña. Bostezaste estirando tus músculos, últimamente habías estado más cansada de lo normal, e incluso notaste un malestar por todo tu cuerpo, seguramente estarías enfermándote por el tiempo pero no le diste mucha importancia.

─¿Cómo van los exámenes?

Se encogió de hombros dando a entender que no tenía muchos problemas con sus estudios lo que te hizo sonreír un poco, ambos pasarían a segundo año sin problema y te alegraba saber que estarías otro año junto a él en clases.

Detuviste tus pasos cuando llegasteis al sendero que normalmente tomáis para dar un paseo matutino, Shohei paró algo confundido al ver cómo tomabas otra ruta, el camino parecía estar desgastado por el paso del tiempo y las plantas cubrían la mayor parte del terreno, aun así te siguió en silencio preguntándose a donde estabas yendo. Varios minutos de caminata después llegasteis a un pequeño claro —ahora todo estaba rodeado de vegetación— donde había un pequeño riachuelo que pasasteis saltando por algunas rocas que había por medio, cruzando al otro lado le guiaste hasta una pequeña cueva bastante luminosa por algunos huecos en el techo, de estos colgaban algunas enredaderas.

─¿No es genial? Lo encontré hace unos días.

Alzaste las manos a tus lados para señalar todo el terreno, la cueva sin duda era un lugar bastante hermoso y te aseguraste de que no hubiera animales salvajes que pudiera herirlos de algún modo. Shohei analizo todo con ojos agudos, asegurándose de que no puedas dañarte con algo al estar aquí, suspiró aliviado al ver que era una zona segura para pasar el rato, se sintió especial al saber que podría compartir este secreto contigo.

─Será nuestro lugar secreto ¿te parece?

Sonrió cálidamente, haciéndote feliz al ver que disfrutaba de tu compañía en ese lugar, corriste hasta él para tirarte encima, caísteis al suelo abrazados mientras tú reías y sentías que Fukunaga te regañaba con la mirada por ser tan imprudente; podrías haberte hecho daño al tirare.

Te levantaste sacudiendo el polvo de tu ropa para tenderle la mano pero en vez de levantarse tiró de ti haciendo que tu cuerpo quedase atrapado entre sus brazos. Soltaste una pequeña carcajada por sus acciones, os acomodasteis mejor; te recostaste sobre su pecho mientras él posaba su cabeza en tu hombro, entrelazaste tus manos con la suyas y de paso besaste su mejilla como de costumbre. Siempre tuviste esa manía además de que eras cariñosa, al principio te reías de que Fukunaga se sonrojaba ante tus pequeñas muestras de cariño pero se acostumbró e incluso a veces te devolvía los pequeños gestos.

Sentiste como una de sus manos soltaba la tuya para acariciarte la cabeza suavemente relajándote, te encantaba pasar tiempo con él y no cambiarías por nada en el mundo.

─¿Crees que entrarán más chicos en el equipo?

Giraste un poco la cabeza para preguntar, Fukunaga puso la cara en blanco, no tenía ni idea de si había primerizos apuntados, luego con algunas señas te preguntó lo mismo a lo que negaste, normalmente poca gente se apuntaba al club de escritura pero así estaba bien.

Pasasteis el resto de la mañana acurrucados hablando de vuestras aficiones, alentaste al chico para que practicara algo de cocina ya que le llamaba la atención pero no estaba seguro de apuntarse a algún cursillo de eso. Le aseguraste que probarías todos sus platos si empezaba a trabajar en ello y te lo agradeció con otro abrazo. Siempre demostráis vuestros sentimientos con ese tipo de acciones, vuestras madres adoraban veros tan unidos, siempre os emparejaban haciendo que paséis vergüenza, pero tampoco negarías que Fukunaga no te atraía de algún modo, pensabas que sería un gran novio si algún día tuviera pareja.

 Siempre demostráis vuestros sentimientos con ese tipo de acciones, vuestras madres adoraban veros tan unidos, siempre os emparejaban haciendo que paséis vergüenza, pero tampoco negarías que Fukunaga no te atraía de algún modo, pensabas que sería ...

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𝗦𝗲𝗲 𝗬𝗼𝘂 𝗟𝗮𝘁𝗲𝗿┃Fukunaga ShoheiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora