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Narra Manuel.

Desde que conocí a Celeste se me hizo tan especial a pesar del escaso tiempo que nos conocimos, y durante ese poco tiempo sentí atracción por ella. Su forma de ser me atrapó, es tan inteligente y tan bonita que caí como un bobo por ella. Mis esperanzas cayeron cuando supe que se iba a mudar y más aun cuando me detectaron otro cáncer, sentí que era mi fin y ya no había nada que me salvara de la muerte.

Pero aquí estoy, sano y salvo y ahora besando a la chica que fue mi primer amor en mi época de la adolescencia, volver a verla fue la cosa más bonita que me pasó en la vida y darme cuenta de que nunca murió mis sentimientos hacia ella.

Siento una corriente en mi cuerpo al sentir su mano acariciar mi cabello y sentir que disfruta el beso, con la otra mano que tengo libre la poso en su cintura y la acerco un poco más a mi y profundizo el beso como si tuviese unas ganas enorme de devorarla y tener ese sabor de labios pegado a los mios para toda la vida. Al terminar el beso, ambos quedamos con nuestras frentes unidas y ella aun me acaricia el pelo, nos quedamos viéndonos y juraría que ella quiere que la vuelva a besar y es lo que iba a hacer pero el ruido de un teléfono hizo eco en la pista que nos asustó.

— que tonta, dejé el celular conectado de la bocina— dice ella riendo y se dirije hacia allá para contestar su celular. Yo en cambio maldigo y camino en los patines para no caerme.

Aun no tengo el control al patinar y caigo, esto es más difícil que patinar sobre ruedas.

—¿que hacés? — me pregunta ella riendo y guardando su celular.

— aún no se patinar, ¿okey?.

—pero lo estabas haciendo recién.

— porque me estaba sosteniendo de alguien, yo solo no puedo, ni siquiera con alguien lo puedo hacer bien, ¿no viste lo que pasó contigo?— le sonrío conqueto— lo cual resultó maravilloso ¿lo intentamos otra vez?— ella se sorprende y yo río — hablo del paso...no del...beso.

—aja— ella sale de la pista quitándose sus patines— es muy tarde ya y mi mamá me llamó, tengo que volver.

— te acompaño.

— gracias.

Yo igual me quité los patines y los puse donde los encontré. Luego al salir la caminata no fue tan incómoda como pensaba, creí que ella estaría incómoda y ni quería verme pero me sigue hablando con normalidad preguntandome sobre la universidad y yo sobre la competencia. Es por eso que ella me encanta, deja de lado las cosas y sigue como si nada ha pasado.

Igual me gustaría hablar sobre eso y preguntarle que pasará con nosotros ahora. Así que lentamente fui cogiendo su mano y sentí esa vibra otra vez en mi cuerpo.

— Celeste...se que tal vez no quieras pero tenemos que hablar de lo que pasó en la pista — ella se queda viendo nuestras manos unidas y suspira.

— te voy a ser muy sincera...— ella alza su mirada para verme— me gustó el beso.

Yo río de la alegría — a mi también.

— pero...

— agh, ¿por qué siempre hay un pero?— la interrumpo y ella me golpea el pecho.

— dejame terminar.

— perdón.

—no sé que siento ahora, porque te veo como amigo, nunca te vi como un novio o algo— yo asiento— ahora no se como te veo y es algo confuso.

— te entiendo tranquila, pero yo si tengo claro lo que me pasa contigo—
Ella se queda boquiabierta ante mi confesión y le sonrío tiernamente— así que yo esperaré a que tengas las cosas claras, no te voy a presionar ni nada. Pero de que te conquistaré lo haré, eso sí.

Icegirl- Celeste y Manuel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora