Suicidio

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Desperté. Eran las 7 am. de un domingo cualquiera. Ellos todavía dormían, sin embargo, yo no podía.
Me levanté de la cama y empecé a caminar por la sala. Fuí al baño. Me lavé la cara, y finalmente miré hacia la cocina. Ahí terminaba mi recorrido.

"Habrá cereal aún?" pensé. Pero para mí mala... O buena suerte? No había.
Digo, no le veo sentido haber satisfecho tus necesidades si después de todo morirás.
Aún así, comencé un recorrido visual por la alacena, el refrigerador y... el cajón de los cubiertos?
Lo abrí.
Tomé una cuchara para.... Lo había olvidado, no había cereal.
Dejé la cuchara en su lugar.

No les pasa que hay ciertos días en que algo les parece más atractivo o llamativo de lo normal aún que lo vean a diario? Pues fué  lo que sucedió cuando encontré con la mirada la sección de los cuchillos.

Se veían tan.. estaban muy... Parecían como si... Solo... Me gustaba cómo podía ver mi propio reflejo en ellos, tan limpios y afilados..
Cómo lucirían con alguna mancha? "Piensa Noe, piensa... Con que puedes manchar el cuchillo? Y por qué el hecho de que esté afilado me gusta tanto?? Ahí está. Lo tienes. Quieres ver cuan afilado puede estar, a la vez que quieres mancharlo de algo... La respuesta eres tú".

Sentí el impulso cegarme mientras trazaba pequeñas líneas en mis muñecas con el filo del cuchillo, las cuales cada vez se introducían más y más en mi piel.

No tenía emoción alguna en mi rostro o en mi cuerpo... Simplemente se sentía bien.
Llegó a un punto en que esa sola sensación no bastaba. Necesitaba más. Tomé el cuchillo y lo acerqué a mi pecho. Lo presioné contra él un poco, y otro poco, y otro más, hasta que entró por completo en mi tórax.

Todo a mi al rededor se tornó oscuro.
Ví mi cuerpo tirado a la entrada de la cocina, junto a ese charco de sangre que salía de mí.

Ellos despertaron e hicieron lo que hace cualquier familia al despertar, incluyendo el desayuno.
Así es, cruzaron la cocina en repetidas veces y no vieron mi cadáver, ni la sangre. Ni siquiera notaron que no estaba en mi cama durmiendo.

Pasó el día.
Eran las 8 pm. cuando por fin, alguien preguntó por mi. Entonces me vieron en la entrada de la cocina. Tirada. Con un cuchillo clavado en el pecho, sobre mi propia sangre y con las muñecas cortadas.

Entonces desperté.

Sueños y cosas que pienso antes de dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora