Me perdí gracias a ti

2 0 0
                                    

Yo no era así, y no sé si lo sepas. Así que prepárate,porque hoy, de unas cuantas cosas te enteras.

De pequeña, yo no buscaba amar… buscaba ser correspondida. Siempre lo soñé, pero cada vez que le mostraba eso a alguien más, salía herida. Una, y otra vez. Hasta que comprendí que esa era mi debilidad, lo que me hacía vulnerable era que los demás supieran que puedo amar. Así que decidí tratar de ocultar esa parte de mí. 

Por las mañanas, en la escuela, fingía no sentir algún espectro de emoción. Por las tardes, volvía a ser lo que era. Pero por las noches, era cuando podía ser en verdad yo. Era ese momento de las 24 horas en el que podía desahogarme de todas aquellas personas que en algún punto no me amaron.

Y aunque con el tiempo, dejaron de molestarme por "amar" o gustar de algo o alguien, pronto comenzaron las críticas por "no sentir" y ser tan fría. Pero comprendí que era mejor eso a lo anterior.

Al menos eso creí.

Pasaron los días, los meses, incluso años en que "no sentía". Entonces me sentí "normal"... Tal vez por qué así nadie podía lastimarme. 

Para cuándo me adapté a esa nueva vida, llegó una persona, a la que no solo yo gustaba de ella, si no que también me correspondía. Pero me aferré tanto a la idea de no sentir, que no asimilaba la idea de volver a ser como era. Me sentía rara por "sentir". Ahí supe que no funcionaría. En efecto. No funcionó.

Al principio no lo entendí, pero hace poco leí lo siguiente: "Los cambios ocurren lentamente, tan lentamente que no los notamos hasta que este ha dejado secuelas permanentes…"

Ese día me dí cuenta que había cambiado y ni siquiera lo había notado. 

En el mismo libro, otra frase decía: "El unicornio se enamoró del dragón, y para ser correspondido, se comportó como dragón. Ya no hacía magia con su cuerno y su pelaje ya no brillaba. Y un día el unicornio se miró al espejo y vió que ya no era él, y el dragón lo miró y no lo reconoció." Recuerden eso.

Fingí tanto ser de cierto modo, que terminé por forjarme esa personalidad en verdad. Soy una persona fría, que puedo decir.

Pasó aún más el tiempo y me convertí en ese unicornio. Conocí a un dragón. Quería ser correspondida. No, no me convertí en un dragón. Entonces? Quería ser correspondida. Necesitaba dejar ver mis sentimientos. 

Al no conseguir resultados, el dragón  me hizo recordar mi 'corazón de pollo'...

Y creo que logró sacarme de mi propia prisión, porque al día de hoy, por fin, soy correspondida.. por él.

En cuanto al dragón y el unicornio (dije que los recordaran), cuando leí eso, me prometí no perderme a mi misma por nada ni nadie. Le pedí que me prometiera que no me dejaría perderme. Lo prometió. 

Sin embargo, hoy al mirarme en el espejo del pasado, me doy cuenta de que sí cambié por alguien. Cambié mi forma de ser, por ser correspondida .

Todo está bien. Solo hay una cosa que ronda por mi mente: cómo es que la persona que hizo que te perdieras para después encontrarte, puede prometerte no dejar que te pierdas?

Anteriormente, preferiría alejarme para evitar cualquier caída. Pero, a pesar de lo que hizo, me enseñó que está bien sentir. Está bien ser intenso de vez en cuando. Está bien vivir la vida sintiéndote vivo. Así que hoy rompo esa promesa.

Quiero perderme una vez más. Si va a doler quiero sentirlo. Si me va a gustar lo quiero disfrutar. 

No sé que vaya a pasar. Solo sé eso, me perderé para después encontrarme… otra vez.

Sueños y cosas que pienso antes de dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora