Ella era pequeña, pero esa no era su mayor diferencia.
Ella también tenía distintos colores.
Algunos no la aceptaban por eso, la obligaban a esconder su raíz, evitando con ello, que su tallo creciera.
Así, se empezó a marchitar, a secar… hasta que alguien llegó y le dijo: "te amo como eres. No importa tu color, tu tamaño, ni cuán seca estés. Te amo por quién eres, no por lo que aparentas ser".Mentiría si digo que después de todo, ella pudo crecer.
Más bien, dejó de marchitarse, se conservó tal y como estaba: una poco seca, un poco pálida, pequeña, diferente… y eso, era lo que la hacía especial.
ESTÁS LEYENDO
Sueños y cosas que pienso antes de dormir
RandomPensamientos intrusivos, escenarios falsos de mi mente, y sueños raros y deprimentes que he tenido.