Aún sigo buscando un por qué, tantas noches en vela, tanta oscuridad y solo lograba ver la tenue luz de la luna, hermosa luz que me suspiraba alientos, y ahora que se me han cerrado los ojos sus suspiros ya no más puedo ver; mis oídos ensordecidos del tráfico que sube y baja en emociones interminables, se me han llenado de agua y el corazón que solía latir acelerado como un pequeño niño juguetón, ahora no avanza, el amoniaco de las palabras ha reemplazado mi sangre, ahora corre por las venas que alguna vez llamé mías y en medio de este caos no puedo sentir el fondo que alguna vez me hizo subir.
Solía guardar un poco de cordura, incluso sentí que la había recuperado, pero como el conejo de peluche me aventure a creer y esto trajo consigo amar, de la misma manera después de haber sido olvidado y abandonado un hada que se apiadó de la miseria, la vida me dió, cuando pude respirar a un vacío inundado de tristeza caí y la vida perdí; mire al cielo que se opacaba mientras me hundía en el agua turbulenta intentando su mano tomar, fue entonces cuando aquel cielo maravilloso de estrellas, nubes y magia se apagó para mí, guardando es sus brazos todos aquellos secretos, sueños y aventuras que alguna vez le conté con llave al lado de su corazón.
Caerse no siempre significa volver a levantarse.
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Nameless
Non-FictionVamos un poco mas allá de lo que los ojos pueden mirar, el corazón sentir y la mente pensar. Un poco mas adentro, llegar mas profundo, cruzar las tinieblas y el pantano asqueroso que te suele causar un nudo en la garganta, más allá de las cosas que...