¿A que le tienes miedo? Quizás a las arañas, a las alturas, al océano, a estar solo, a la oscuridad o a morir, todos y cada uno de nosotros tenemos miedos que comienzan por erizarnos la piel y terminan presionando el alma desde la punta de los pies hasta la cabeza sin retorno y a solas, tus miedos son tuyos y es casi imposible compartirlos, van llegando con los minutos, dias, semanas o años, no todos de la nada pero si de repente.
¿Te cuento algo? Le tengo fobia a los disfraces, lo sé, es raro y casi no se escucha he buscado y buscado como Marlín y Dori buscaron a Nemo y nada; encontré personas a las que le da miedo la pasta de dientes pero solo 1 caso de personas que le tienen miedo a los disfraces y no me refiero a los de Halloween o dia de muertos ya que mi miedo puede ir desde un escalofriante disfraz de películas de horror hasta el disfraz de un pollito, así que fui con el psicólogo y se lo comente a lo que el respondió "primero deja de disfrazarte a ti misma", no supe que decir al respecto así que lo deje ahí y no hubo mas visitas con aquel caballero, esto obviamente continua sin retorno, no se en que momento pero el miedo llego, así que en estas fechas me guardo como cartera en el bolsillo cuando estas a punto de entrar al metro y no salgo, claro que compro mis propios dulces y botanas por que lo tragona jamás se me ha quitado, pero en estas fechas con todos aquellos disfraces siéndoles muy sincera fue la que mas me hizo temblar y mojar mis pantalones...
Había regresado a casa después de un dia tedioso y cansado dispuesta a echarme en mis apogeos como Vilma, comí una banderilla acompañada de un vaso de refresco y una sopa instantánea mientras veía mi celular que comenzó a sonar, recibí la llamada y tome todas mis cosas sin pensarlo más, apague luces y espere un carro, el corazón me latía al mil por segundo y mis manos temblaban inquietas sin saber en que lugar quedarse, mis sentimientos confundidos no sabían como sentir, mis ojos no sabían a donde mirar y mi cuerpo solo deseaba estar en otro lugar, mis oídos ensordecidos anhelaban escuchar algo para poderse tranquilizar; no recuerdo mucho pero recuerdo todo, el cielo oscuro estaba despejado ya que ninguna estrella se quería asomar y la luna escapando no me dejo mirarla un poco más, los carros pasaban rápido sin avisar y yo intentaba mi calma encontrar, pues el miedo de perder a un ser querido no se puede controlar.
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Nameless
Non-FictionVamos un poco mas allá de lo que los ojos pueden mirar, el corazón sentir y la mente pensar. Un poco mas adentro, llegar mas profundo, cruzar las tinieblas y el pantano asqueroso que te suele causar un nudo en la garganta, más allá de las cosas que...