CAPITULO SEIS

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He Zhishu, tomó esta batalla con dificultad. Fue al dormitorio, tomó su ropa y decidió salir. Las orquídeas dentro de la maceta estaban envueltas fuertemente entre sus brazos.


El invierno en el norte es seco y frío. Hay viento todo el tiempo. Zhishu se puso la chaqueta más gruesa que encontró y gastó más de 80 yenes para tomar un taxi hasta el hospital. Ai Ziyu solo miró una bola redonda y blanca golpear la puerta de su oficina. No se sintió raro hasta que vio al hombre tirar de su bufanda para revelarle entonces una cara delgada y pálida.


—Sr. Ai.


He Zhishu fue amable y Ai Ziyu lo saludó por primera vez.


Ai Ziyu estaba ocupado sirviéndole una taza de agua caliente. Cuando se la pasó, tocó las frías puntas de los dedos de He Zhishu:


—¿Así que te gustan los días fríos para venir a tomar tus medicamentos?


—Hablando de eso... —Zhishu sonrió y dejó que Ai Ziyu observará la flor en la maceta—. La traigo de regreso a casa. Ya estaba aburrida, dice que lo extraña


Ai Ziyu y He Zhishu se conocieron hace dos meses y eran muy familiares ahora. Sin embargo, fue la primera vez de He Zhishu tratando de escucharse gracioso ante él y Ai Ziyu estaba indeciso sobre cómo actuar. Sus delgados dedos arrancaron las hojas de las orquídeas.


—¿No te gustan las orquídeas? Si crees que es muy difícil, ven aquí en una semana. Estoy buscando algunas plantas de mi padre, unas plantas de sombra que puedan adaptarse de buena manera a ti...


He deseaba que Wenxu estuviera allí para ver eso. Parado, admirando cómo había logrado hacer amigos sin el más mínimo esfuerzo. Sin embargo, solamente le dedicó una débil sonrisa, y luego se echó hacia atrás con el tema.


—Esta mañana comencé a salivar mucho. Vomité sangre, vomité mucha. Y no era igual a cuando bebía sin parar en mi adolescencia, esas veces en las que el alcohol se vengaba de mí sangrando mi estómago. No, no siento lo mismo. Hoy, incluso tosí una vez y sentí que estaba a punto de vomitar por el resto de mi tiempo.


—Te he estado rogando para que recibas quimioterapia pronto... —Ai Ziyu frunció el ceño, sentado en el escritorio y girando la pluma entre sus dedos. Sus amigos saben que este es un comportamiento inconsciente cuando está molesto—. ¿Dices que tienes treinta? ¿Cuántos años? No es como si te faltara el dinero. ¿Qué es lo que te preocupa entonces?


—Estoy pensando con cuidado.


He Zhishu suspiró cansadamente.


—Hace dos meses que estás pensándolo. ¿Todavía quieres tomar medicamentos tan asquerosos como la primera vez?


Zhishu no está dispuesto a hablar más, bebe media taza de agua y se calienta las manos con la otra mitad.


—¿Tiene el medicamento aquí? No me siento bien.


—No te daré más medicamentos sin la quimioterapia. —Ai Ziyu no sabe cómo moverse—. Te pregunté sobre la médula ósea. ¡No puedo ayudarte cuando tú no tomas tu cuerpo en serio!


He siente un poco de calidez en su corazón, y realmente está sonriendo mucho ahora.


—Si los médicos fueran como tú, no creo que existieran tantas peleas entre ellos y los pacientes.


—Oh, silencio. —Ai Ziyu se puso de pie—. Estoy libre de trabajo por la tarde así que voy a ir contigo y llevaré el medicamento. Es hora de comprar nuevas cápsulas también, soy demasiado perezoso para hacerlo por mi cuenta.


—Qué bueno que vine a verlo entonces. —Zhishu miró a Ai Ziyu y le pasó su propio rompevientos—. Hace frío afuera, abrígate.


Ai Ziyu lo ignoró y tomó la medicina de He Zhishu. Zhishu dijo que quería ir con él para comprar las medicinas, pero fue bruscamente detenido:


—Para nada. Te enviaré de vuelta a casa, este día no es bueno.


Zhishu entendió, pero en realidad ni siquiera se movió.


Después de caminar hacia el auto de Ai Ziyu, He Zhishu comenzó a sentir que ese doctor no era realmente una persona simple. El Ferrari abierto para él no era uno de bajo perfil y parecía que estaba dispuesto a gastar por remodelaciones mucho más que Jiang Wenxu.


—No me gustaba escuchar lo que otros decían de mí cuando era un niño. Siempre se burlaban de mi cara larga. —Ziyu está completamente fuera del ambiente de trabajo, parece dispuesto a hablar de lo que sea menos del dolor. Todavía hay algunos rasgos juveniles en sus cejas. En sus músculos vigorosos.... Zhishu miró por la ventana y le susurró después de un tiempo—: También quería ser médico, y me ofrecí de voluntario para una facultad importante de medicina...


—¿No lo pasó?


—No hice el examen. —Los ojos de Zhishu están vacíos, oscuros. De pronto parece preocupado una vez más—. Tuve muchas pesadillas sobre eso por la noche, y a menudo me despertaba y me torturaba. No sentí pena por eso porque siempre fue así.


Ai Ziyu es adecuado para ser su amigo. Está interesado en su historia, le está poniendo atención. No queda mucho que decir en ese momento. Son unos cuantos minutos de silencio. Ai habló por hablar:


—La ubicación de tu casa es realmente buena. Tienes muchos lugares a los que puedes ir, tienes que visitar estos locales más seguido.


He Zhishu solo sonrió y no se permitió el volver a responderle. Finalmente, Ai Ziyu estacionó el auto en la puerta de la entrada.


—Gracias, Dr. Ai, por favor venga a cenar si tiene tiempo.


—Seguro, ¿Quieres que agendemos algo para la semana que viene?


Ai Ziyu tiene varios lugares calmados a los que quiere llevarlo. Sitios en Jingcheng, Xiaoye, y en Beijín, donde Zhishu pueda estar cómodo.


Zhishu hizo un gesto con la mano y se marchó. Cuando se anudó la bufanda y estaba decidió a entrar por el portón, vio el auto de Jiang Wenxu en la carretera.


Los 10 años que mas te ame : novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora