CAPITULO DOCE

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Hace mucho frío y la nieve del exterior aún no se despeja del todo. Se pueden ver los techos próximos a través de las grandes ventanas, se siente el viento, danzando y llevando consigo algunos copos. Calienta una bolsa de agua, siente que la necesita para entibiar un poco su estómago y sus manos. Escribe entonces, una respuesta al mensaje de texto que acaba de recibir. Acurrucado sobre la silla que parece un mullido nido.

—Tu medicina todavía está en mi auto. ¿Quieres que te la envíe a casa después del trabajo?

Zhishu sonrió y tecleó: «No, iré mañana»

No tardó mucho en recibir: «No tuve ninguna llamada tuya ayer. ¿Está bien para ti contestar el teléfono ahora?»

He Zhishu sonrió, pensando en ello: «No se preocupe. Realmente iré mañana. Hablaremos sobre esto en el consultorio» Ai Ziyu no le mandó otro mensaje. He Zhishu vio las notificaciones por un tiempo... No le tomó mucho sentirse exhausto y dejar de lado su celular.

Más tarde, fue encontrado por Jiang Wenxu. Se contuvo en despertarle, se rascó la nariz y le miró todavía un largo rato. Está confundido. Jiang Wenxu todavía se siente incómodo, avergonzado y sabe que He se encuentra muy incómodo también. Debería sentirse mejor después de cancelar su cita con Xu Jiao y tendría que estar más tranquilo tras posponer el encuentro con su viejo amigo...

Pero Jiang Wenxu tiene un nudo persistente en la garganta.

El corazón de Jiang Wenxu ya no es suave como el cabello de He Zhishu. Le acaricia la cabeza, nota que está cansado. Tiene los ojos entrecerrados y Wenxu, se detiene en la marca de un hoyuelo muy pequeño en la parte inferior de su mejilla izquierda. Se le forma cuando ríe y todavía le gusta. Su voz es tierna, muy tierna cuando susurra:

—Jiang Ge...

Después de tantos años, Jiang Wenxu puede jurar que nunca nadie le llamó de esa manera en Beijing. Incluso, aunque lo mencione de su propia voz, ya no suena igual que antes porque perdió su acento. Es lamentable, pero una vez que esas cosas se van es imposible encontrarlas de nuevo. Solo el acento de He Zhishu es el mismo que el de hace un tiempo atrás, igual a sus días de estudiantes.

Esa es una de las pocas cosas que no han cambiado mucho en estos diez años.

Jiang Wenxu gimió de sorpresa y miró a He Zhishu. Durmiendo como si estuviera experimentando el sueño más feliz del mundo. Tomó la manta, prendió el calefactor y lo cubrió suavemente casi hasta su barbilla. Regresó a su estudio y vio que su teléfono celular vibraba una y otra vez sobre el escritorio. El número de contacto le provocó suspirar como si estuviera absolutamente frustrado.

Jiang Wenxu sabe que abusó de su tiempo fuera. Al principio, estaba bien jugar de vez en cuando. Besar a una o dos personas, enredarse por allí... Se presentaba siempre como un hombre soltero. Estaba disponible la mayoría de las veces y, además, se conocía lo suficiente como para saber que era muy atractivo. Un hombre guapo en verdad. Siempre encontraba a alguien nuevo y nunca echaba de menos a He Zhishu.

Descubrió que las flores silvestres eran igual de aromáticas que el jazmín.

Siempre existen beneficios cuando se lleva al hombre correcto a un cuarto.

Las personas externas siempre se ven más felices que el hombre que le espera dentro de su casa.

Las malas conductas siempre se vuelven un hábito. La primera vez, se siente incómodo y temeroso. Al ir a casa después de estar con su amante, no cree que tenga lo necesario para encubrir sus miedos internos. Piensa que será descubierto y es cuidadoso. Después de un largo tiempo, la carga sobre sus hombros se va haciendo cada vez más pequeña hasta que desaparece casi por completo. Al principio, hace todo lo posible por ocultar sus acciones. Pone excusas, dice mentiras. Un día, sin embargo, cuando He Zhishu tuvo la sospecha de que estaba viendo a alguien más y se pelearon... Aunque se mantuvo firme, aunque estaba preocupado... Jiang Wenxu descubrió que He Zhishu era suyo. Para siempre, hiciera lo que hiciera.

Lo de afuera sigue siendo tan silencioso que es casi irreconocible. No es qué lo haga porque esté aburrido, pero admite que son juegos divertidos.

No sabe por qué, pero Jiang Wenxu de repente siente el tipo de tensión que experimentaba al principio. El fuerte instinto de Jiang Wenxu le hace pensar que la extraña actitud de He Zhishu tiene algo que ver con cosas que no conoce. Es muy difícil y le enoja demasiado.

La paradoja es que parece que He Zhishu está inconscientemente buscando desaparecer lo antes posible de su vista.

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He sabe que a Wenxu no le gusta que los extraños entren a su casa, por lo que las tareas domésticas siempre han sido realizadas por él.

Esta mañana, He Zhishu se sintió muy incómodo.Las sábanas de la noche anterior, manchadas de fluidos, fueron arrojadas a la lavandería y todavía no había intentado siquiera lavarlas. Jiang Wenxu vio que parecía haber un poco de sangre en la parte superior y no pudo evitar entrar en pánico. Jiang Wenxu sabe que He Zhishu le teme al dolor. No es frágil, piensa que solo no le gusta sentirlo. Es fácil para He quebrarse y tiene el aspecto de no poder soportar ni siquiera un pequeño golpe.

Jiang Wenxu recuerda claramente que, cuando lo presionó debajo de su cuerpo, el dolor de He Zhishu impregnado en sus pupilas le había provocado temblar con fuerza. Los ojos negros y brillantes de He parecían haberse apagado un poco.

Ahora es Wenxu quien mira flores en sus pensamientos. Árboles, libros, lámparas, círculos de pétalos, anillos... A He Zhishu jadear y escupir una masa sanguinolenta de esputo. Tose, se atraganta y dice:

—¿Jiang Ge, serás bueno conmigo más tarde?

El corazón de Jiang Wenxu no estaba preparado para tanto dolor.

El corazón de Jiang Wenxu no estaba preparado para tanto dolor

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Los 10 años que mas te ame : novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora