Entrenamiento

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El pecho de Uraraka está hace un par de minutos en un vaivén tranquilo. Aunque el anterior entrenamiento había dejado a ambos en el piso, los dos eran tan tercos que no podían decirle que no a una pelea más. Querían practicar y querían ganar. 

Solo uno sería el vencedor. 

— ¿Quieres otro round? —preguntó Bakugo alzando la cabeza desde donde estaba. 

Ella sonrió con sorna. 

— Siempre quiero otro. — respondió provocativamente. 

Y entonces, ambos se levantaron, como todos los días. 

—¿Quirks? — preguntó Bakugo y ella sonrió. 

— Sin. Quiero vencerte en cuerpo a cuerpo. 

Y bueno, sí podía pasar. 

Ambos se pusieron manos a la obra. Ella se quedó en su posición mientras el rubio estudiaba la postura de su compañera. Estaba claramente a la defensiva, ambos antebrazos en su rostro, evitando que un golpe la desestabilizara. Bakugo fue el primero en lanzarse hacia adelante y golpear directo a uno de los hombros de ella pero Ochako fue más rápida. Se agachó y contraatacó con un puñetazo en el estómago. Él soltó un jadeó y se encogió levemente pero su mano fue derecho hacia el hombro de ella y lo agarró con fuerza. 

Ella intentó alejarse de él pero notó lo que planeaba hacer; Bakugo quería tumbarla. 

Sus clases y los consejos del propio Bakugo quedaban siempre pegadas en su subconsciente. Agarró el brazo de él, lo jaló hacia ella, utilizó su pierna derecha para hacerlo perder equilibrio y luego cambió la dirección hacia dónde tiraba, de manera improvisada, hacia su pierna derecha. Deslizó la pierna por detrás de sus tobillos y lo tumbó en el suelo de manera estrepitosa. 

Y de manera orgullosa, Uraraka se sentó encima de Bakugou.  

— Creo que te gané. — dijo con orgullo. Bakugou sonrió divertido. — ¿qué? 

— Nada, es impresionante lo mucho que has cambiado tu estilo de pelea, es todo. 

— Fueron por los consejos tuyos... y también de Gunhead-san. Digo, él es realmente bueno siendo un héroe de apoyo. 

—¿Eso es lo que quieres ser?

— Creo... creo que sí. Digo, mi quirk es más que nada de defensa y de apoyo. 

—Eres una tonta, quiero recordarte que casi me matas, joder, con esos escombros de mierda. Tu maldito quirk no es débil, pero si tu quieres creer mierdas, puedes hacer lo que quieras. 

—Ay, sí, se me había olvidado que fue una buena estrategia. Y sí, lo siento, pero la verdad me gustaría ser héroe de apoyo, ¿sabes?

—¿Quieres luchar de nuevo? 

La verdad, Ochako ya se sentía cansada pero sabía que Bakugo quería seguir entrenándola para que pudiera aguantar mejor el constante ritmo que llevaba el entrenamiento con su profesor. 

Bakugo la hizo levantarse de un salto y entonces, comenzó el entrenamiento otra vez, pero ahora evitando el que pelearan nuevamente. Le hizo levantar 27 toneladas, un camión abandonado que había por donde entrenaban por más de quince minutos, lo cual la hizo sentir nauseas y terminó vomitando. 

Y él fue lo suficiente caballero como para tomar su cabello mientras ella vomitaba, realmente exhausta. 

— ¿Te sientes bien? 

— Estoy algo mareada. —confesó mientras se limpiaba el vomito que le quedaba en la comisura de la boca. — perdón, no era mi intención que me vieras vomitar... No es necesario que me acompañes en cada entrenamiento...

Él se rió con honestidad, por fin. 

— Mira, Uraraka, si yo no quisiera estar aquí, sencillamente no estaría, déjate de pensar imbecilidades. Segundo, realmente me gustas a si que me gusta pasar tiempo aquí contigo. 

Uraraka parpadeó y le miró con curiosidad. Él pronto se dio cuenta de lo que dijo y su rostro comenzó a colorearse de una manera intensa. 

—¡No es lo que crees, Cara redonda! 

—¡Ya te escuché, no mientas! además, tu también... me gustas, o eso creo. Es algo raro, lo siento. — se rascó la mejilla de manera algo incómoda. — y es aún más raro porque vomité delante tuyo. 

—Pffff, es un entrenamiento normal, sabias que ibas a vomitar. Ven, ahora besame maldita cara redonda. 

—¿QUÉ? No, jamás. 

—¿¡Por qué puñetas no!?

—¡Acabo de vomitar, tarado!

Y sin que se diera cuenta, Ochako nuevamente lo tumbó en el suelo. 

—Gané. — dijo sacándole la lengua y se rió con suavidad.

Y Deku, que los observaba en silencio desde el otro lado donde estaba practicando, se dio cuenta que congeniaban de una manera en que el uno era para el otro.

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Sí, es algo re cortito lo del día de hoy peeero... ¡vamos! que el entrenamiento de estos dos me lo imagino siempre bien intenso. 

Nosotros  ✧Kacchako Week 2020✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora