Capítulo tres.
Doctor Mordiscos.
Nora.Los odio por excluirme de tantas cosas. Los odio y será mejor que me tengan miedo ¡odio! estoy lleno de odio y me encanta. La naturaleza humana de la gente es su muerte —Eric Harris.
(***)
El sol se asoma por el este para cuando mis pies pisan el frente de mi casa. Estoy agotada. Caminé por todo el pueblo y no me encontré a nadie de la otra familia de cazadores que está en el pueblo, lo que me hace pensar que no hicieron guardia en la noche. Eso es raro, se supone que debemos cubrir el terreno entre las dos casas, pero no fue así porque no había ni rastro de ellos.No sé si están en peligro.
Me escabullo por los laterales de la casa, pero oigo unos murmullos provenientes del patio vecino y me escondo en los arbustos para escuchar.
—Desapareció anoche, no tenemos rastro de él. Trevor era joven, no quiero ni imaginarme que le pudo haber pasado. Me llamaron para avisarme que probablemente esté muerto, ya sabes que andaba en malos pasos —dice una voz, que reconozco como la de Bethany Wilson.
—Debemos cuidarnos las espaldas, apenas llegamos a este pueblo y están ocurriendo cosas —contesta una voz masculina.
—Lo único que tenemos que hacer es esperar y no levantar sospechas, hay que tener cuidado. Barry también desapareció, y de seguro estaba con él.
Sus voces van disminuyendo el volumen y escucho una puerta abrirse y cerrarse. Esa es mi señal para salir de mi escondite y correr a la seguridad de mi casa. No me molesto en cambiarme de ropa porque me toca entrenar con los chicos, así que bajo directamente al sótano para reunirme con mi familia. Todos observan mis movimientos, y me quito el suéter quedándome en un top deportivo que llevaba como sujetador. Saco las armas que tengo escondidas y las pongo en la mesa en donde está recostado Constantine junto con el saquito que me entregó.
—Orden cumplida, tuler.
Da un asentimiento de cabeza y toma la bolsa observando el contenido—: Dos vampiros en una noche, maravillosa cacería, Nora. Estoy orgulloso de ti, no es de los míos fallar.
El lugar de entrenamiento es muy espacioso, las paredes tienen espejos, esta bien iluminado, hay un armario de armamento, un par de colchonetas para luchar, unos sacos de boxeo, maniquíes, muñecos de prueba, y otras cosas más que nos facilitan el entrenamiento.
—Gracias.
—Entrenaremos un rato. El informe del día guárdalo para la cena.
Comenzamos el entrenamiento con ejercicios físicos, los cuales ejecutamos durante una hora, para fortalecer los músculos. Me gusta ejercitarme, me relaja y es mejor sentir el agotamiento físico que la debilidad de un cuerpo mal entrenado. Nos organizamos para pelear entre nosotros, y como siempre, me toca con Holer. Las peleas con Holer son reñidas, duras y agotadoras, pero son provechosas para mí, ya que el chico cuenta con una velocidad que rivaliza con la de los vampiros, gracias a la habilidad que posee.
Esquiva mis golpes con rapidez, sin embargo la diferencia de estatura me pone en ventaja porque puedo ser muy rápida, no tanto como él, pero estoy cerca. Una patada en mi estómago me hace caer, pero me levanto de nuevo y lo ataco con más fuerza. Uno, dos, tres golpes y me tiene contra el suelo, ganando la laucha.
Me ayuda a levantarme y finjo estar furiosa. El entrecierra sus ojos y suelta una carcajada burlona.
—No siempre vas a ganar, Nora.
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Cazar o Morir.
Про вампировEn mi cultura, enamorarse de un Vampiro es traición y una abominación, pero convertirse en uno, es suficiente para ser cazado como el resto, sin importar que hayas sido uno de los míos antes. Cazar o morir. No hay elección. En el mundo donde crecí...