No more sorrow [PAUSADA TEMPORALMENTE]

Capítulo 2

El entrenamiento parecía ser fácil, no era más que lanzar kunais y dar en el blanco, al parecer recién han empezado con esto de ser un grupo así que al menos no llegué tan tarde. Minato sensei nos decía las cosas que debíamos hacer y nos corregía si cometimos algún error. La verdad no estoy tan cansada como había creído que estaría.

El entrenamiento transcurrió sin problemas y terminó rápido, la verdad muy rápido. O bueno, al menos para mí ya que cada vez que alguien quería hablarme, mientras estábamos en un ejercicio, siempre respondía con un simple "después me preguntas"...creo que pasó sólo cuatro o tres veces ya que prefirieron guardar sus preguntas. Y la verdad es que así lo prefería, necesitaba concentrarme por completo en el entrenamiento.

-Bien chicos, buen entendimiento, en dos días los veré aquí de nuevo para empezar el verdadero entrenamiento - nos dice Minato sensei y al terminar choca el puño derecho contra la palma izquierda. - Ya pueden irse a casa - sonríe y se va caminando

-Uf! Hasta que al fin terminó el entrenamiento! - dice Obito - Hey chicos, ¿Qué les parece ir por algo de comida a la ciudad?

-Sí! - exclama emocionada Rin - Yo si quiero ir, ¿Y tú, Kakashi? - pregunta ilusionada.

Ahora me doy cuenta de que Kakashi fue el único de ellos quien no me preguntó absolutamente nada. Él sigue mirándonos en absoluto silencio, sus ojos se detienen en mí un momento, son ausentado, bajos y concentrados. Su rostro es tan serio, firme e inexpresivo. Mira a Rin y ella aparta la mirada, Obito por su parte se queda esperando y pone los ojos en blanco.

-No - le dice - prefiero quedarme a entrenar un rato más.

-Oh, entiendo...-dice Rin apenada y baja un poco la cabeza - entonces será para otra ocasión. - sonríe mientras alza la cabeza.

-¿Y qué hay de ti? - me pregunta, emocionado, Obito. - ¿Quieres venir con nosotros?

-¡Me encantaría! Pero la verdad estoy cansada y quiero ir a mi casa a descansar - miento, solo quería estar sola - Será en otra oportunidad, deberían ir ustedes dos solos - remarco las dos últimas palabras.

Obito y Rin se sonrojan al instante, él comienza a decir cosas que no entiendo porque comienza a tartamudear por el nerviosismo, a cambio Rin mantiene la cabeza gacha y un color de un ligero toque rojo carmesí en sus mejillas. Ambos se van riendo y ese tipo de cosas, se nota que son unidos. Yo espero a que se vallan y comienzo a caminar. Alzo la mirada al cielo y me doy cuenta que ya esta empezando a atardecer, unos colores maravillosos de toque naranja se derraman por el cielo creando una acuarela digna de apreciar.

Me adentro en el bosque y los arboles se alzan como si quisieran tocar el cielo, las hojas revolotean traviesas con el pasar del fuerte viento que de ves en cundo pasa. No se escucha ningún ruido, eso es bueno, es tranquilo, más que aceptable, me gusta. Sigo mi camino disfrutando del silencio, hasta cierto punto ya que puedo escuchar un pequeño sonido que viene de mi costado. Volteo rápidamente y no encuentro nada, ni siquiera un animal o algo por el estilo, analizo toda esa parte con mi mirada y me mantengo alerta.

Esta vez escucho otro sonido a mi costado y siento una mano en mi hombro, rápidamente la tomo y me doy una vuelta para quedar detrás de la persona que me estaba siguiendo, tomando su muñeca con mi mano e impidiendo que se mueva, saco mi kunai y se lo pongo al borde del cuello. Todo eso en una pequeña facción de segundos. Entonces cuando estoy segura de que ya esta inmovilizado le miro para ver de quien se trata. Al verlo me sorprendo, y lo suelto, doy unos pasos atrás y dejo caer el kunai.

-Eres muy rápida ¿eh? - dice él mientras se soba la muñeca con la palma de la mano.

Lo miro y recojo el kunai sin despegar ni por un solo segundo mi mirada de la suya. El se pone a caminar como si nada hubiera pasado, con una actitud tan relajada y inexpresiva que se me hace difícil de creer. Oh vamos, lo inmovilice de un solo movimiento, él siendo él debería haber dado un poco más de pelea que simplemente eso. Comienzo a caminar en dirección a mi casa, él sigue ahí, caminando junto a mí.